Proyecto Hombre cumple cuarenta años en Málaga: de la heroína a las nuevas adicciones
Mil personas, de media, al año, pasan por las instalaciones de esta organización en la provincia
Corrían los primeros años ochenta y una pandemia asolaba a la juventud europea: la heroína. En Italia comenzó un movimiento para prevenir la caída en ... la drogadicción o, una vez en sus garras, arrancar a la gente de ellas. El gran ideólogo de la iniciativa, de Progetto Uomo, fue el religioso Mario Picchi, fallecido en el año 2010, de quien el obispo emérito de la diócesis de Málaga, Jesús Catalá, este martes en que se celebran los cuarenta años de Proyecto Hombre en Málaga, afirmó que buscaba «ayudar a la gente con adicciones para que se estructurara personalmente, porque eso era lo que les fallaba, y ello desde los valores cristianos, porque divinizan al hombre». «Proyecto Hombre en Málaga ha sido fiel a ese doble objetivo», aseguró Catalá, que recordó que el desembarco de la organización en este territorio -la primera provincia andaluza en contar con su asistencia- fue posible gracias a la contribución de los Terciarios Capuchinos -que ya no están presentes en Málaga-, la Asociación Horizontes de Marbella y la propia diócesis de la mano de Cáritas. También homenajeó a dos personas clave que conectaron la Roma de Picchi con Málaga: el obispo Ramón Buxarrais y Benito Gil. Este último, terciario capuchino, fue él mismo a formarse a Italia como terapeuta para iniciar el programa en la costa del Sol.
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«El de las adicciones es un problema con contornos cada vez más difusos, pero cada vez más arraigado en la sociedad»
«Proyecto Hombre tiene que ver con todas las personas que se han encontrado una respuesta, que han podido dar sentido a su vida, tanto con las personas que trabajan aquí como con las personas a las que atendemos», relató Elena Presencio, directora general de Proyecto Hombre a nivel nacional, durante un acto que se celebró en la mañana de este martes en el auditorio Edgar Neville de la Diputación, y en el que participaron representantes de las administraciones local, provincial y autonómica, además de la propia iglesia.
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«La droga parece que no existe pero está en todo su auge»
Presencio manifestó su reconocimiento al «sólido» grupo humano formado por medio centenar de personas de distintas disciplinas, desde las médicas a las psicosociales, que trabaja en la sede de Málaga, a las que se suman otras cien personas voluntarias «que acompañan y alientan a las personas que atendemos». Ante este problema, el de las adicciones que, dijo, tiene «contornos cada vez más difusos» pero que cada vez está «más arraigado en la sociedad» y toma nuevos rostros, como las redes sociales, los videojuegos o el sexo, «una de las cosas que más emocionan es la calidad humana del equipo que mantiene la convicción de que recuperar la vida es más que superar una adicción», puesto que implica retomar la vida laboral, recuperar la familia, la salud, la autonomía económica y un estilo de vida saludable; «es reconstruir a la persona desde otro lugar, dar sentido a la vida».
«Recuperar la vida es más que superar una adicción»
Presencio citó a la filósofa Adela Cortina: «El hombre puede tolerar la infelicidad, pero no la falta de sentido». «Acompañamos a las personas en la búsqueda del sentido a la vida», incidió. Asimismo, la directora general de Proyecto Hombre en España recordó uno de los principios de la organización: «No juzgamos tu pasado, creemos en tu futuro. Sostenemos una confianza que ellos no tienen en sí mismos. Miles de personas han reconstruido sus familias y son parte activa de esta sociedad».
De acuerdo con Belén Pardo, directora de Proyecto Hombre en Málaga, por la organización en la provincia han pasado una media de mil personas al año, por lo que el número de beneficiarios de sus acciones muy bien puede rondar las 40.000. Pardo señaló en declaraciones a SUR que el uso de drogas ahora está muy diversificado y que, además, ahora hay otras problemáticas de adicción que no tienen que ver con una sustancia, sino con el mal uso de redes sociales, con la sexualidad o con las compras, todas ellas, dijo, «tienen que ver con el vacío que están experimentando muchas veces las personas en este momento».
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«Hay formas más bonitas de ser feliz que ser un esclavo: la libertad»
Durante el acto, el alcalde, Francisco de la Torre, se atrevió a proponer un lema para la organización: «Hay formas más bonitas de ser feliz que ser un esclavo: la libertad», dado que, en su opinión, estas cuatro décadas de Proyecto Hombre en Málaga han sido «fecundas en la recuperación (de las personas) y la prevención», en el trabajo «para que la gente recupere su libertad plena, porque la adicción es perder la libertad».
De la Torre insistió en la importancia de la educación en la prevención de la drogadicción, de ahí que anunciara que de los 100.000 euros que presupuesta cada año a este fin se vaya a pasar a los 150.000 en 2026.
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A su vez, el presidente de la Diputación, Francisco Salado, hizo hincapié en que es «fundamental e imprescindible» apoyar al tercer sector, a las organizaciones como Proyecto Hombre, «porque llegan donde no llegan las administraciones públicas»: «Cada euro que invertimos las administraciones públicas el tercer sector lo convertís en oro, por esto tenemos que avanzar cogidos de la mano». También destacó que la ONG entienda las adicciones como «síntomas» de que las personas «tienen un problema o más de un problema» y que no se atienda únicamente la dependencia a sustancias o prácticas, sino «la situación psicosocial» para resolverla y sea posible en lo sucesivo continuar con una vida plena. Recordó que Proyecto Hombre presta ayuda educativa, social, sanitaria o legal y que «hay adicciones que se mantienen en el tiempo y otras que aparecen, como la de las redes sociales o los videojuegos».
«Estamos en una sociedad a la que la modernidad ha arrasado. Tenemos mejoras en la tecnología. Y lo que nos facilita, en lugar de rellenarlo de abrazos, lo hacemos con situaciones de estrés»
Quien más tiró de filosofía fue Carlos Bautista, delegado de Salud y Consumo de la Junta, que echó mano del último premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, Byung-Chul Han, y su libro 'El espíritu de la esperanza' y también de otros pensadores como Hartmut Rosa o Steven Pinker, y reflexionó: «Nos hablan de una sociedad que está en un momento muy crítico y que ha abandonado a los más vulnerables. Estamos en el mundo más interconectado de la historia y sin embargo nunca la sociedad había estado tan sola. Cómo es posible que nuestra gente joven que se comunica a través de una tablet, de un móvil, se sienta tan sola, tengamos tantos problemas de adicciones, tantos suicidios, tanta soledad. La soledad genera miedo, aislamiento, adicciones y problemas de salud mental». Y continuó: «Estamos en una sociedad a la que la modernidad ha arrasado. Tenemos mejoras en la tecnología. Y lo que nos facilita, en lugar de rellenarlo de abrazos, lo hacemos con situaciones de estrés. El estrés de la población está muy alto y está relacionado con situaciones reales, las guerras, la pandemia, pero también con situaciones de alarma inventadas y pretendemos que nuestra gente joven salga indemne de esto». Así que animó: «Tenemos que dibujar una sociedad más amable, generando certidumbre, certezas a la gente que sufre. No tenemos que estar ahí con un WhatsApp, tenemos que abrazarnos. Una sociedad más tranquila, un abrazo y una conversación solucionan muchas cosas».
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