Pablo Pastor: «Gracias al empuje turístico de Málaga se han rehabilitado edificios muy interesantes»
Este arquitecto técnico ha dirigido la restauración de casi un centenar de inmuebles históricos, muchos de ellos religiosos
Con 57 años recién cumplidos, el arquitecto técnico Pablo Pastor Vega acumula a sus espaldas un amplio catálogo de edificios históricos y religiosos de Málaga ... que han pasado por su batuta para ser rehabilitados. El último de ellos ha sido la iglesia de los Santos Mártires, que ha recuperado su esplendor barroco tras dos años de obras. Pastor es la cuarta generación de una familia ligada especialmente al mundo de la construcción. Su bisabuelo fue maestro de obras de la localidad cordobesa de Almodóvar del Río; su abuelo levantó los edificios del Echegaray y el Málaga Cinema; y su padre regentó hasta los ochenta la empresa Construcciones Pastor, que levantó buena parte de los edificios de la barriada de la Paz.
–¿Cuántos años ya en el oficio de arquitecto técnico?
–33 años. Empecé a trabajar en 1989 antes de terminar la carrera en Granada. He pasado por los puestos de empleado en constructora, y supervisor de proyectos en la Oficina de Rehabilitación del Ayuntamiento, cuando estaba recién creada, hasta que me establecí por mi cuenta. Desde 1996 estoy especialmente ligado al Obispado de Málaga.
–¿De dónde le vino esta pasión por la restauración de edificios antiguos?
–Creo que desde muy pequeño, porque me acuerdo que cuando mi padre estaba rehabilitando la sala María Cristina para la Caja de Ahorros de Ronda, me iba todos los sábados con él a visitar la obra y me fascinaba. Tendría seis o siete años entonces.
–¿Qué es lo que más le apasiona de su profesión?
–Las obras de rehabilitación. Desde pequeño me ha encantado la historia del arte local. Lo que en realidad quería ser era historiador, pero también me atraía el mundo de la construcción. Así que mi padre me dijo que me hiciera aparejador y que lo otro lo tuviera como afición. Por eso, cuando hago un proyecto, me encanta documentarme bien de su historia.
–Se ha especializado en la restauración de edificios religiosos, ¿por qué le vino esa faceta?
–Me vino porque, en la primera constructora que estuve, hice bastantes obras de rehabilitación de iglesias en Málaga con la Consejería de Cultura. Posteriormente, ya tomé contacto con el Obispado, empecé a trabajar con ellos y hasta hoy.
–¿Cuántas iglesias y conventos tiene ya en su haber profesional?
–Creo que casi un centenar en distintas actuaciones.
–¿Recuerda algún episodio o alguna sorpresa que deparara algunas de las restauraciones que ha comandado en los últimos años?
–Recuerdo con mucho cariño la rehabilitación de la iglesia de San Agustín, porque fui alumno agustino. Existía mucha documentación del padre Andrés Llordén sobre las criptas y los enterramientos de los patronos que pudimos ir comprobando a medida que se desarrollaba la obra. Desde luego, no estaba equivocado. Descubrimos yeserías que decoraban el templo dentro de las criptas... fue la primera gran rehabilitación, me fue muy grata. También fue toda una sorpresa las pinturas murales que aparecieron en el interior de la iglesia de la Divina Pastora.
–¿Cree que los malagueños aprecian lo suficiente el valor de su patrimonio arquitectónico?
–La mayoría sí, pero existe un grupo pequeño, que no sé cómo calificar, que dañan el patrimonio con pintadas en las fachadas de los edificios. Pero en general creo que cada vez se aprecia más. Cuando se hace alguna actuación la gente se interesa. Quizás redescubren lo que tenían porque no habían tomado conciencia de lo que era.
–Si en su mano hubiera estado, ¿habría derribado La Mundial para hacer el hotel de Moneo?
–No. Se perdió una tipología constructiva del siglo XIX que está protegida y entiendo que la ley es para todos. Yo no la habría derribado aunque lo permitieran.
«Si hubiera estado en mi mano no habría derribado La Mundial, se perdió una tipología constructiva del siglo XIX»
–¿Hasta qué punto las administraciones públicas pueden llegar a jugar un papel de freno en la protección del patrimonio?
–Las administraciones públicas deben poner los medios suficientes para resolver los expedientes y ser ágiles. Está bien que se vele por el patrimonio, pero un proyecto no puede estar más de seis meses para recibir una respuesta. Tampoco pueden ser demasiado intervencionistas. Creo que se deberían hacer trámites de urgencia o de emergencia para casos como la Catedral o la iglesia del Sagrario. El principal monumento de la provincia, que es la Catedral, no puede estar sin una cubierta.
–¿Cree que ese tejado para la Catedral podría empezar pronto?
–Espero que sí, ojalá antes de final de año.
–¿Le haría la torre que le falta?
–Primero haría el tejado, y luego marcaría el resto de actuaciones en un plan director. Si se pudiera terminar la torre y las otras dependencias, ¿por qué no?
–¿Qué le parece que las críticas en contra de la pérgola que instaló el Ayuntamiento junto a la iglesia de Santo Domingo hayan llevado a su retirada?
–Me parece muy bien que la movilización ciudadana haya paralizado un asunto que ni el Ayuntamiento ni la Junta deberían haber permitido.
–Muchos malagueños están descubriendo en estos meses la obra de restauración de la parroquia de los Santos Mártires. ¿Qué destacaría del resultado?
–Se ha redescubierto un templo dedicado a los mártires y al Santísimo Sacramento. A la gente le sorprende cómo ha quedado el suelo y su luminosidad.
–¿Qué le parece la dinámica del Centro e incluso sus barrios del entorno en cuanto a la proliferación de proyectos de apartamentos turísticos? ¿Se podría morir de éxito?
–Hasta hace unos veinte años, las intervenciones en el Centro eran un poco de escenarios de películas del oeste: se actuaba en las fachadas y las cubiertas, pero los interiores estaban en un estado lamentable. Quizás gracias a este empuje turístico se han rehabilitado edificios muy interesantes. Es verdad que puede llegarse a una saturación de apartamentos, pero esto siempre es reversible y se pueden convertir el día de mañana en viviendas. Al menos los edificios se han puesto en valor.
–¿Qué espera del futuro de Málaga para los próximos años?
–Málaga es ya una de las diez primeras capitales europeas. Si los malagueños y los políticos siguen en la línea actual, la ciudad tendrá un gran futuro.
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