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La Consejería de Salud y Consumo ha confirmado a este periódico la existencia de cuatro casos de parotiditis o paperas en la provincia en las ... últimas semanas, una situación que desvincula por completo de los brotes de sarampión que se han producido desde hace meses en la comunidad. Su origen, por tanto, no es el mismo. Consultado con relación a esta situación, el presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Pedro Navarro, ha insistido en la importancia capital de completar la pauta vacunal en el caso de la triple vírica, que protege de este mal, el sarampión y la rubeola: la primera dosis se pone a los 12 meses y la segunda, la de recuerdo o refuerzo, a los tres años. «En el caso de la triple vírica, el 90 y pico por ciento de los niños están vacunados. A veces, la segunda dosis no se pone», reflexiona.
Fuentes de la consejería indicaron que «la vacuna de la parotiditis produce anticuerpos en el 90% de los niños vacunados, esto genera pequeñas bolsas de susceptibles cada año», es decir, que, aunque no se han dado datos personales sobre la situación de estos enfermos, las autoridades apuntan a que podrían haberse producido las paperas en aquellos pequeños que entrarían en ese 10% de «susceptibles». En lo que sí insistieron las fuentes es en desvincular los cuatro casos de paperas de los brotes de sarampión que se han dado en los últimos meses. «En este asunto no hay niños sin vacunar ni es como un foco de sarampión. Nada que ver. Insistimos en dar mucha tranquilidad a la población. Entra dentro del margen de la vacuna que no sea 100 por cien eficaz en determinadas personas», precisan. Y es que en los brotes de sarampión sí ha habido personas que no estaban vacunadas.
Estas fuentes apuntan incluso a que, cuando se pone la vacuna, «puede desarrollarse la enfermedad con síntomas más leves». De cualquier forma, pide la autoridad sanitaria que los enfermos no acudan a la escuela o a su lugar de trabajo durante el periodo de «transmisibilidad», es decir, «en los cuatro días posteriores al comienzo de la parotiditis».
El doctor Pedro Navarro es, además de presidente del Colegio de Médicos, pediatra. Así, este experto recuerda que la vacunación de la trivalente se ha adelantado a los dos años allí donde se han producido muchos casos de sarampión. «A veces la segunda dosis no está puesta y la persona no cuenta con la inmunidad completa y, cuando llega a los 13 o 14 años, ya adolescente, puede contagiarse», reflexiona.
De cualquier forma, en un altísimo porcentaje de estos enfermos el mal cursa de «forma banal». En una parotiditis, el enfermo tiene cefalea, fiebre moderada, malestar general, dolores en la mandíbula y sequedad bucal. «Cuando se inflama la parótida, se ve que son paperas», explica Navarro. La incubación abarca un periodo que va de los 10 a los 12 días y la ventana de contagio, de otros diez. «Lo importante es aislar al enfermo y cursa, insisto, de forma banal», recalca.
Sin embargo, hay un tanto por ciento muy bajo de individuos en los que la enfermedad puede experimentar «una evolución más tórpida». Así, igual que una gripe que no se cura puede concluir en neumonía, en el caso de las paperas podrían inflamarse los testículos, los ovarios o el páncreas. El primero de los casos, denominado orquitis, tiene posibilidades de desembocar en «una esterilidad futura». Otros efectos secundarios o síntomas más graves pueden ser encefalitis, meningitis o pancreatitis, entre otras. Pero, insiste Navarro, ello ocurre en un volumen muy pequeño de enfermos, ya que la infección suele ser «banal».
«La vacunación se hace para evitar el cuadro importante de la enfermedad, que además no tiene tratamiento al ser vírica. Es muy importante el aislamiento para evitar los contagios», recalca el presidente del Colegio de Médicos. Estos se producen, sobre todo, por las gotas de saliva. «Una vez diagnosticado, aunque antes de eso puedes contagiar, el niño no debe ir al colegio, han de estar aislados y los padres, llevar mascarillas», destaca, para insistir en que «los calendarios vacunales hay que hacerlos completos. Si tiene dos dosis, la inmunidad es muy elevada y la población estará mucho más protegida. Todos los niños deben vacunarse». Recuerda que, una vez pasada la enfermedad, la inmunidad es de por vida.
«Si tienes dos dosis, difícilmente habrá contagio. Una dosis da algo de inmunidad, pero no es lo mismo», concluye.
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