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El taller empezó ayer a funcionar a pleno rendimiento en una nave del polígono Trévenez. Salvador Salas

Nace una fábrica malagueña de prendas de protección para frenar la dependencia exterior

Los empresarios Juan Arrabal y Manuel López ponen en marcha Texmasa con una treintena de costureras y parados de larga duración

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Martes, 12 de mayo 2020, 00:23

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En el escenario actual de incertidumbre económica, en el que las listas del paro no dejan de crecer, los ERTE caen en cascada, los autónomos intentan salvar sus negocios y el emprendimiento está en horas bajas acaba de ver la luz Textil Malagueña Sanitaria (Texmasa), una firma que surge de la inquietud de dos empresarios con el objetivo de reactivar la industria costurera que tanto peso tuvo en la ciudad hasta hace tres décadas y tratar de reducir la demostrada dependencia exterior de la provincia, de Andalucía y de España a la hora de abastecer a profesionales y a la ciudadanía en general de material de protección contra el coronavirus.

Juan Arrabal, dueño de la constructora Fearral, y Manuel López, propietario del hotel Málaga Nostrum, ya venían colaborando a través de distintas iniciativas como el reparto de mascarillas a sanitarios y cuerpos de seguridad que estaban en la primera línea contra el coronavirus, la donación de alimentos para familias sin recursos o incluso en tareas de desinfección en espacios públicos de la capital. Y también comprando telas para que un grupo de costureras fabricara mascarillas y batas. Hasta que hace unas semanas vieron que esta acción solidaria podría tener más recorrido generando puestos de trabajo, consiguiendo que la provincia sea autosuficiente en este tipo de prendas y, por supuesto, vislumbrando una oportunidad de negocio en vista de que el uso de mascarillas, gorros y batas se ha generalizado en cualquier actividad económica.

No se lo pensaron demasiado, y en cuestión de días alquilaron una nave del polígono Trévenez, compraron maquinaria textil y contrataron a una treintena de personas entre las que se encuentran estas mujeres que durante los dos últimos meses han dedicado sus conocimientos a ayudar a los demás de forma altruista. No les ha dado tiempo ni a poner el cartel de la empresa, pero el taller ya lleva unos días funcionando y desde ayer está a pleno rendimiento fabricando material de protección para empresas de distintos ámbitos.

Juan Arrabal (arriba) supervisa el estreno de Texmasa. Salvador Salas
Imagen principal - Juan Arrabal (arriba) supervisa el estreno de Texmasa.
Imagen secundaria 1 - Juan Arrabal (arriba) supervisa el estreno de Texmasa.
Imagen secundaria 2 - Juan Arrabal (arriba) supervisa el estreno de Texmasa.

«Hemos empezado con tres líneas de producción. Por un lado, mascarillas y gorros personalizados para empresas y colectivos que irán serigrafiados; por otro, batas impermeables para una compañía de Murcia que nos ha hecho un pedido de 12.000 unidades; y en tercer lugar, toallas y kimonos para peluquerías y centros de estética», explica Arrabal, que en marzo sufrió en sus propias carnes los efectos del Covid-19, aunque le ganó la batalla tras un tiempo en el hospital.

El taller ya tiene varios pedidos de empresas y ha lanzado una propuesta a la Junta para equipar al personal sanitario

De forma paralela a estos primeros pasos, ambos empresarios confían en la implicación de las administraciones públicas fomentando el uso y consumo de materiales realizados 100% en territorio nacional. De momento, ya han trasladado una propuesta a la Junta de Andalucía para ser uno de los suministradores de mascarillas quirúrgicas para el personal sanitario. Si la aceptan tienen intención de comprar la maquinaria necesaria para fabricar unas 250.000 unidades diarias.

Carácter social

Texmasa tiene un carácter social ya que el 95% de su plantilla está confeccionada por personas paradas de larga duración y con una edad superior a los 45 años. Además, a última hora se han incorporado al equipo dos jóvenes a través de la asociación Málaga Down y la intención es poner en marcha un taller de formación dirigido a jóvenes con dificultades en el ámbito de la integración socio-laboral. Al frente, como responsable de producción y confección, se encuentra Lourdes Paz, cuyas creaciones han desfilado por la pasarela del Salón Internacional de Moda Flamenca (Simof); mientras Ana Rosado, con más de 15 años de experiencia en el sector textil malagueño en firmas como Mayoral y Charanga es la responsable de imagen, calidad y coordinación de productos.

Esta aventura comienza con una inversión inicial de 320.000 euros, pero se muestran optimistas y prevén ir creciendo a medida que se vayan cerrando contratos. «Ojalá consiguiéramos volver 40 años atrás en la industria textil malagueña y dejar de depender de otros países como China», expone Arrabal mientras supervisa el estreno de Texmasa. Por ahora, las máquinas de coser no paran. ¿Hasta dónde llegarán?

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