«Málaga estaba en su mejor momento, la pandemia nos ha reseteado»

Organizar eventos y montar conciertos son elementos fundamentales en su trabajo y si hay algo que ha aprendido, es que la palabra planificación se ha desformado hasta límites inimaginables. ¿El sector de eventos y Málaga como destino atractivo para su desarrollo se juegan la supervivencia? ¿Cuál ha sido la evolución de la ciudad en los últimos años y qué depara el futuro? Rubio contesta desde su trinchera, una de las muchas que ha abierto el virus.

–¿Ha habido algún evento que ha tenido que cancelar en estos meses y que no le haya dado mucha pena?

–Pena da todo. Teníamos el año lleno de cosas que ya estaban cerradas antes del mes de marzo, y de pronto todo se paró en seco.

–Houston, tenemos un problema. ¿Cuándo le hizo 'click' a usted?

–El 6 de marzo subimos a Madrid a una reunión y sólo se hablaba del Covid. El ambiente ya era raro. La semana siguiente, jueves 12, nos cancelaron un proyecto importante que nos habían aprobado un par de días antes, y viernes 13, tras ver en la agencia la intervención del Presidente del Gobierno, en shock, empezamos a preparar ordenadores de todo el equipo y nos despedimos sabiendo que no venía nada bueno.

–¿Cómo ha sido su trabajo desde marzo hasta ahora?

–Mucho teletrabajo, cancelaciones de proyectos, contratos anuales que se han caído. No está siendo fácil, como para todos. Si que estamos teniendo mucha demanda de temas online: webs, gestión y estrategia en redes…

–¿Qué significa el coronavirus para alguien que se mueve en el sector de los eventos?

–Gran parte de nuestro día a día está vinculado a eventos y actividades culturales, conciertos, presentaciones… El año pasado por estas fechas teníamos la agenda repleta. Este año, como la gran mayoría, estamos a medio gas, las contrataciones han bajado muchísimo.

–¿Qué es lo que le pesa más en esta situación? ¿Duerme bien por las noches?

–La incertidumbre, posibles impagos, poder mantener al equipo. Hombre, ser empresario durante una pandemia mundial con fuerte crisis económica no hace muy buena pareja con dormir a pierna suelta. Antes dormía mejor.

–¿Cree que nos podríamos acostumbrar a conciertos a través de Zoom?

–Durante el confinamiento los hemos disfrutado mucho, pero no es la idea, no. Un concierto hay que vivirlo 'in situ', esa emoción tan potente que trasmite la música en directo sólo se consigue en un formato presencial.

–¿Dónde estaba Málaga y la provincia antes de la pandemia y dónde está ahora?

–Málaga estaba en su mejor momento, pero la pandemia nos ha reseteado. Como al resto del mundo.

–¿Qué suponen las nuevas restricciones para el sector?

–Algunos proyectos no hemos sabido si iban a poder celebrarse prácticamente hasta el mismo día, eso es de locos por todo lo que lleva detrás: materiales, preproducción, producción, equipo implicado, artistas… Nos hemos convertido en una 'empresa anfibio', nos vamos adaptando según las pautas que van marcando las autoridades.

–¿Es esta la crisis más amenazante a la que se ha enfrentado?

–Hemos superado crisis de todos los colores: la famosa del 2008, la crisis del sector inmobiliario que en Málaga golpeó especialmente fuerte y a nosotros en particular (con impagos de alguna promotora), una crisis societaria en 2012. Pero con una pandemia mundial si que no contábamos.

–¿Lo peor es no saber cómo vamos a estar dentro de unos meses?

–Exactamente, ojalá me equivoque pero nos esperan un 2021 y 2022 complicados.

–Usted también organiza eventos culturales. ¿La cultura es segura?

–La cultura es segura, en estos meses se ha demostrado. De lo poco que hemos podido sacar adelante de nuestra división de eventos todo ha cumplido medidas, distancias, aforo, mascarilla, horarios. A nivel personal he ido al cine, al teatro, conciertos y a exposiciones. Hay unas medidas y cumplirlas es la opción para poder seguir.

–¿Cree que las nuevas restricciones que rigen ahora en Andalucía se podrían afinar más?

–Está claro que gestionar una pandemia no debe ser fácil, pero a la vez nos parece importantísimo que se tengan en cuenta, a la hora de establecer normativas, a los distintos representantes de los sectores que mueven la economía: la Confederación de Empresarios de Málaga, la asociación de hosteleros, los autónomos que nos levantamos todos los días para seguir tirando del carro... Estamos muy concienciados en que no hay otra forma de parar el virus que tomando medidas que todos conocemos, pero se toman decisiones desde un sillón sin conocer el terreno de juego.

–Uno de sus lemas es «comunica y vencerás». ¿Cree que nuestros políticos están comunicando de la manera adecuada en esta crisis?

–Todo es mejorable.

–Usted llegó en 2006 a Málaga, después de desarrollar su carrera profesional en Madrid. ¿Cómo fue el aterrizaje?

–El cambio fue brutal porque venía de trabajar en una multinacional y fue un choque importante. Presupuestos, tipo de clientes, proyectos... Recuerdo una de mis primeras reuniones aquí, estábamos hablando de materiales para un stand de un cliente que iba a una feria y le comenté que podríamos poner un 'take - one' (tipo de display) y me dijo: de Taiwán o de donde sea, pero los folletos tienen que estar puestos. Ahí descubrí mi nueva realidad. En estos años Málaga ha evolucionado tantísimo que hoy no lo percibiría igual.

–¿Cree que esta crisis devolverá a la capital a un pasado que se creía superado?

–No, rotundo. El clima, las instalaciones, espacios, infraestructuras, las conexiones, los profesionales, todo eso sigue estando aquí.

–¿Qué le dicen sus clientes de la hostelería? ¿Somos conscientes de la situación que están padeciendo?

–Somos la agencia local de Cervezas San Miguel, por lo que trabajamos muchísimo con los hosteleros y nos consta que lo están pasando realmente mal.

–¿Muchos se van a quedar por el camino?

–Desgraciadamente, alguno está valorando cerrar definitivamente, otros están temporalmente cerrados, y todo es una rueda porque a su vez si ellos paran, nosotros paramos y así con todo. Hay que apoyarles.

–¿Cómo ve el 2021? ¿Confía en algo parecido a un amanecer dorado o nos espera una larga travesía en el desierto?

–Quiero pensar en un futuro esperanzador aunque no va a ser fácil. A nivel empresarial, seguir trabajando, fomentar el teletrabajo en los casos que sea posible, y no parar la economía. Por supuesto me preocupa la crisis sanitaria, pero donde hay que ser más responsables es en las relaciones sociales. A nivel personal, de puertas para dentro, cada uno afronta el virus de una manera. El tema es que no somos conscientes de que la irresponsabilidad en encuentros familiares y con amigos, donde según los datos oficiales es uno de los sitios con más picos de contagio, tiene una repercusión directa en nuestra economía. En nuestro bolsillo, en tener trabajo o no, porque controlar los brotes supone paralizar el sistema. Yo tengo seis hermanos, no hemos estado los siete juntos desde diciembre de 2019. Ganas de verles tengo muchísimas, sobre todo a los que están lejos, pero la pandemia manda.

–¿La gente tendrá ganas de volver a ir a un concierto abarrotado, piel con piel, o ahora mismo es una concepción más bien romántica de un bonito pasado?

–Por supuesto, lo están deseando pero por ahora es poco probable. Te diré que en estos meses he descubierto que se puede bailar sentado en una silla, cantar con mascarilla puesta y disfrutarlo mucho.