Imagen del ventilador de la UCI del Hospital HM Santa Elena. SUR

Más de 4.700 malagueños necesitan respiradores al ser oxígeno dependientes

Los últimos avances en concentradores, fuentes portátiles y ventiladores han aumentado la calidad y la esperanza de vida de estos pacientes

Domingo, 27 de julio 2025, 00:33

La tarde noche y la madrugada del pasado 28 de abril fueron momentos difíciles para las personas oxígeno dependientes, es decir, aquellas que requieren de ... O2 suplementario para respirar de forma adecuada. Familiares y afectados colapsaron las llamadas al 112 porque no podían usar los concentradores o los ventiladores que dependían de la red eléctrica y la Policía Local y Protección Civil trasladaron bombonas, incluso, a estos. Muchos acudieron a los hospitales para que les recargaran las baterías o los enchufaran, directamente, al flujo de los grupos electrógenos que tienen los centros sanitarios. La Consejería de Salud y Consumo afirma que en la provincia hay en torno a 4.700 pacientes que conforman el colectivo oxígeno dependiente.

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Como explica el neumólogo Carlos Rueda, que ejerce en el Hospital Regional Universitario de Málaga, «los oxígeno dependientes básicamente son personas que viven con una cantidad de oxígeno en sangre, lo que se llama saturación, que está por debajo de un límite admisible y requieren de suplementación». Es decir, el paciente debe recibir oxígeno para mantener los niveles adecuados.

Entre los pacientes que necesitan de este oxígeno suplementario al tener dificultades respiratorias se encuentran quienes sufren males como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), patologías fibróticas (relacionadas con un exceso de tejido o cicatrización, por ejemplo la fibrosis pulmonar), «que evolucionan rápido o van evolucionando a lo largo del tiempo y van fibrosando el pulmón, que es incapaz de meter oxígeno, con lo que necesitan ese suplemento relativamente pronto», dice el doctor Rueda, que añade a la lista los males embólicos, de forma que muchos enfermos necesitan oxígeno únicamente en el momento agudo y también los hay que la van a requerir durante mucho tiempo, o quienes sufren de insuficiencia cardiaca, «el corazón no sólo moviliza la sangre, sino que la coge del pulmón y transmite la oxigenación; cuando ese trabajo no lo haces bien, es decir, que tu vena de transporte es muy deficitaria, tienes que mantener esa carga de oxígeno». Alude el doctor a las enfermedades restrictivas.

La botella ya es testimonial

El doctor Rueda confirma que la botella de oxígeno hoy no es real. «En general, lo que utilizamos en oxígeno terapia crónica, es decir, que vas a vivir con oxígeno un tiempo o durante el tiempo que dure tu recuperación, es un concentrador, una máquina capaz de hacer que la cantidad de oxígeno se concentre, de ahí su nombre», explica. A cada inhalación, crece el nivel de oxígeno en sangre. Se conectan a la red eléctrica. «Esto hace que tu vida sea mejor». Hacen ruido y son una fuente calorífica en la habitación, pero una de las revoluciones de la neumología llega con las fuentes portantes. «Es un invento maravilloso, porque hace que un paciente que no puede salir de casa porque el oxígeno cae y no puede prácticamente andar, lo puede hacer», recalca. Se trata de dispositivos portátiles que insuflan oxígeno a sus portadores, que se han popularizado en los últimos meses y que, si es necesario, se pueden conectar a la batería del coche, incluso, entre otros lugares hasta hace un tiempo inverosímiles. Te permite salir a la calle e, incluso, trabajar.

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«En general los pacientes con insuficiencia respiratoria, y que tengan una vida autónoma, muy probablemente tengan un dispositivo grande en casa, que lo puedan mantener 15 o 16 horas en casa funcionando, y luego un dispositivo portátil, que tiene una autonomía menor», reflexiona. «En general, si una persona es autónoma, si no es absolutamente dependiente, suelen tener las dos fuentes», indica, aunque hay quien sólo usa un dispositivo portátil para ayudarle en los esfuerzos del día a día.

El grado de calidad de vida varía de unos enfermos a otros. El hecho de que respirar deba ser una acción consciente y cada soplo de aire requiera de un esfuerzo, para este neumólogo, es una situación muy complicada para la persona. «El aire no cuesta dinero, no cuesta esfuerzo, pero en estos casos se convierte en algo caro, en exceso». Habla el doctor de la disnea o respiración consciente. Ahora, muchos de estos enfermos, aun con limitaciones, comienzan a ganar grados de independencia cada vez más acusados. «No hace tanto tiempo que lo estamos consiguiendo», recalca.

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También mejora la supervivencia gracias al oxígeno, los tratamientos y la rehabilitación. Además, la aproximación quirúrgica puede ayudar en el enfisema, crecen los trasplantes con aumentos de supervivencia «increíbles», pero se ha avanzado mucho además en el campo de los ventiladores, esenciales también no sólo en el tratamiento de enfermedades respiratorias, sino también en males neurológicos. Por ejemplo, en pacientes con ELA o con un EPOC muy avanzado o en personas con obesidad. «En este tipo de pacientes, a veces tu cerebro ya deja de transmitir la orden de respirar de forma adecuada. O eres tan grande, pesas tanto, que tu peso te oprime mucho el pulmón y no tiras. O porque tienes un pulmón de tan mala calidad», dice. «Tenemos sistemas de ventilación en cualquiera de estas tres indicaciones. Podemos regular sin tener que meter un tubo, una intubación. Podemos hacer lo que se denomina una ventilación. Hacemos que todo el sistema muscular y respiratorio descanse y te ponemos una mascarilla con la que iniciamos la ventilación y te vamos llevando a tu respiración de siempre», reflexiona.

Por ejemplo, el afectado puede recibir ventilación durante una hora por la noche, sobre todo durante el sueño, y el resto del día el paciente puede mantener una calidad de vida alta.

La UCRI, excelencia médica en el Hospital Regional

En momentos más duros, interviene la Unidad de Cuidados Respiratorios Intermedios (UCRI), abierta en el Regional en 2021, que recibe a pacientes con problemas respiratorios graves pero que no necesitan estar en la UCI. «Es un lugar donde, en el momento agudo, tenemos pacientes que en principio no tienen indicación de ponerles un tubo, y los ventilamos», reseña. «Conseguimos ventilar a la gente que ha llegado ya al límite respiratorio, pero, insisto, no tienen indicación de intubación», recalca. Se trata de enfermos con EPOC, con hiperventilación asociada a la obesidad severa, insuficiencia cardiaca o neumonías también severas, entre otras patologías. Durante la pandemia, hubo pacientes con neumonías bilaterales, de forma previa a la intubación. «Esta unidad es diferencial en nuestro hospital», afirma.

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Durante el apagón, a muchos oxígeno dependientes les faltó electricidad y por eso acudieron a los hospitales y centros de salud. «Hay gente que tiene un dispositivo con un ventilador. Si tienes una enfermedad que te hace que no ventiles, que simplemente te cuesta meter aire en el pulmón, pues si no tienes el ventilador, lo pasas mal. Sobre todo, si ese ventilador depende de la electricidad. Tenemos cierto tipo de ventiladores que tienen baterías», señala y pone de ejemplo los que usan quienes tienen apnea del sueño, que tienen baterías que duran unas cuatro horas.

«Hay casos de pacientes que son muy dependientes del ventilador, que requieren de una ventilación menor; y otros que lo requiere prácticamente todo el día»

Carlos Rueda

Neumólogo del Hospital Regional Universitario de Málaga

«Hay casos de pacientes que son muy dependientes del ventilador, que requieren de una ventilación menor; y otros que lo requieren prácticamente todo el día. En general, tendrán dos de estos dispositivos. Hay ventiladores con batería. Si se va la luz, en cuatro horas no va a funcionar bien. Entonces entra el segundo ventilador y sigue funcionando bien. El problema es que eso tiene un límite. Y ese fue el gran límite del apagón, cuando ya todo el sistema se puso en estrés», precisa, a lo que se añadió que el teléfono no funcionó y muchos no pudieron comunicar que tenían un problema.

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Además, la empresa especializada desplazó allá donde se le requirió ventiladores suplementarios, así como botellas de reserva, incluso a veces por la llamada de la Policía Local. Muchos fueron al centro comercial e incluso al banco y allí pudieron enchufar sus dispositivos y otros tantos se dirigieron al Regional.

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