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Antonio Moreno e Irene Higueras
Málaga.
Domingo, 1 de junio 2025, 02:00
«La Iglesia está cerca de ti, aunque no siempre la veas. Tan cerca, que hemos creado una línea especial para mostrarlo a todo el ... mundo». Con esta frase se promocionaba allá por el mes de marzo el viaje en la Línea 105 Xtantos, una experiencia pionera en Málaga a la que se invitó a unirse a través de Internet a las personas que lo desearan.
Las plazas ofertadas se completaron con creces y, en la mañana del pasado 28 de mayo, tuvo lugar el primer recorrido de la Línea 105 por las calles de la capital, que ha permitido a los participantes conocer una pequeña muestra de lo que la Iglesia de Málaga realiza en favor de toda la sociedad.
El nombre de la Línea 105 juega con el número de la casilla correspondiente a la asignación tributaria a la Iglesia Católica. Y es que, hasta el 30 de junio, la Agencia Tributaria mantiene su campaña de la Renta, en la que todos los ciudadanos que estén obligados o quieran realizarla, tienen la oportunidad de dedicar un porcentaje de sus impuestos al sostenimiento de la Iglesia Católica. Marcando la casilla 105, los contribuyentes dedican el 0,7% de sus impuestos en favor de quienes más lo necesitan a través de los múltiples servicios que realiza la Iglesia, sin costarle más, ni que les devuelvan menos. Marcar la casilla 105, además, es compatible con marcar la de otros fines sociales (casilla 106), multiplicando así la ayuda por dos, como se recomienda desde la administración diocesana.
Entre los viajeros de la Línea 105, Pablo Baena, por ejemplo, calificaba la experiencia como «muy emotiva e interesante para inculcar valores a las personas» y expresaba su deseo de que en próximas ediciones puedan participar muchas más personas «que no conozcan tan de cerca la labor de la Iglesia».
El recorrido de la Línea 105 dio comienzo en la Casa del Sagrado Corazón (Cotolengo), un hogar en el que encuentran acogida quienes no tienen nada ni a nadie. Allí, las religiosas que los atienden y el equipo de voluntarios que trabajan a diario por el bienestar de las personas acogidas explicaron la historia del centro así como su funcionamiento.
Desde el Paseo Marítimo Antonio Machado, el autobús de la Línea 105 partió con dirección a calle Hilera, en cuyas cercanías se encuentra la parroquia de Santa María de la Amargura. Acompañados por su vicario parroquial, José Miguel Porras, los viajeros tuvieron la oportunidad de conocer el centro de mayores, y pudieron informarse, de boca de las responsables de la Pastoral de la Salud y del proyecto 'Abriendo Ventanas' sobre cómo se atiende domiciliariamente a las personas enfermas o que viven solas, desde el plano espiritual y social.
La pasajera Esmeralda Holgado afirmaba después de visitar esta parroquia que después de la experiencia, pienso que la X es poco, tanto en la casilla 105 como en la 106. Porque la labor que se hace es muchísima».
La siguiente parada de la Línea 105 fue en el barrio de la Trinidad, en cuya parroquia de San Pablo los participantes pudieron conocer la labor evangelizadora y social que realizan las cofradías como la del Cautivo, contando también con el testimonio de la directora de la Cáritas Parroquial que explicó el trabajo que realizan en favor de los más desfavorecidos del barrio.
De la Trinidad a la Palmilla, el bus de la Línea 105 acercó a los participantes a saludar a la comunidad de religiosos Trinitarios que sirve a la comunidad parroquial de Jesús Obrero y San Pío X. Una vez allí, el párroco explicó el apoyo que ofrece la parroquia a la población migrante, así como a reclusos y exreclusos y sus familias. La responsable de la Asociación Vive, que trabaja por la inclusión de las mujeres del barrio, mostró el trabajo que llevan a cabo.
La última parada del bus 105 fue en el colegio diocesano Cardenal Herrera Oria, donde los viajeros pudieron conocer el aula del Programa para la Transición a la Vida Adulta y Laboral (PTVAL), un programa de Formación Profesional Básica Adaptada, dirigido a jóvenes con necesidades educativas especiales que, tras concluir su etapa obligatoria, necesitan un acompañamiento específico para afrontar su paso a la vida adulta.
«Esto ha superado mis expectativas» -reconocía Elisa Aranda, otra de las pasajeras-. «Las traía bastante altas, porque creía conocer bien la labor que realiza la Iglesia, pero hay cosas que me han sorprendido mucho. Por ejemplo, la gran labor que hacen en Palma-Palmilla con el tema intercultural e interreligioso».
Por su parte, Paula Vega, misionera digital que narró toda la experiencia desde su perfil de Instagram @llamameyumi relató su sorpresa por «el nivel de compromiso que hemos podido ver en los voluntarios que atienden las distintas realidades».
En medio del ajetreo diario, la Línea 105 ofreció a un grupo de malagueños la oportunidad de realizar cinco paradas para contemplar esa realidad tantas veces callada de la Iglesia malagueña.
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