Un malagueño en el crucero incendiado del Nilo: «El barco era una bola de fuego»
Raúl Rojas tuvo que ser evacuado junto al resto de pasajeros, más de doscientas personas, después de que un accidente en la cocina arrasase con su crucero
Fernando Alonso Román
Sábado, 1 de noviembre 2025, 00:14
Un incendio calcinó esta semana un crucero que navegaba por el río Nilo cerca de la ciudad de Esna, en Egipto. Entre los pasajeros había ... un malagueño, Rául Rojas. Viajaba con tres amigos cuando las llamas le sorprendieron a bordo. Pese a que el fuego, originado en la cocina, se intentó sofocar y se les comunicó que se había «solucionado todo», la situación escaló hasta el desalojo total del barco. El crucero Empress acabó envuelto en una gran «bola de fuego», según relata a este periódico.
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Rojas cuenta que el primer aviso lo recibieron de un amigo que bajó a su camarote y regresó a la cubierta avisando de que la tarjeta de su llave no funcionaba y de que salía «muchísimo humo de la cocina», situada justo debajo de la recepción. «Nadie nos informó oficialmente de nada, seguíamos en la cubierta porque dentro del barco había mucho humo, entonces decidimos que lo mejor era estar al aire libre», explica el malagueño.
A pesar de ver a la tripulación correr con extintores gritándose, no escuchó ninguna alarma de incendio. Hubo momentos de gran incertidumbre, ya que no entendían el idioma; hasta que alguien les brindó algo de información, insiste, pasó mucho tiempo. Entre la última foto del atardecer que hizo poco después de las seis de la tarde y el desalojo total apenas pasó una hora. La tripulación, que inicialmente les pidió que se quedaran en la parte superior del barco porque el fuego estaba bajo control, acabó atracando el barco en la orilla del Nilo donde no había puerto ni infraestructura, únicamente unas escaleras que conectaban la carretera con el río. Desde la organización se improvisó una pasarela de emergencia para desalojar a los pasajeros de los camarotes.
Finalmente, el grupo de Raúl y otros pasajeros fueron trasladados a otro crucero de la misma compañía que se situó en paralelo al siniestrado. En ese momento, la urgencia fue evidente y solo podían escuchar a la tripulación gritar la palabra «Go» sin cesar. «Pasamos miedo porque veíamos cómo estaban desalojando a los pasajeros a través de pasarelas o en botes, el humo salía por todas partes… Nos pidieron que nos tapáramos las caras con toallas para que no nos diera el humo. Fue muy impactante», cuenta.
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Una vez ya a salvo en el otro crucero, pudieron observar cómo el barco quedó reducido «a nada más que fuego». Afortunadamente no hubo víctimas, aunque sí muchas pérdidas materiales. Raúl Rojas y sus amigos, como muchos otros, perdieron todo lo que tenían de equipaje: documentación, pasaporte, dinero en efectivo y toda la ropa.
Realojo
Tras ser realojados en un hotel de Luxor, la empresa organizadora se ha hecho cargo de la situación. El miércoles por la mañana, la compañía llevó a los afectados a «grupos de compras» para reponer lo esencial. «La empresa se encargó de comprarnos ropa, nos dejaron en la tienda para que escogieramos una muda para al menos dos días». Posteriormente, se convocó una reunión donde se ofrecieron dos opciones: volver a España o seguir con el viaje. Raúl y su grupo decidieron continuar, sustituyendo los desplazamientos en crucero por autobús y alojándose en hoteles. «Preferimos tomarlo con humor para llevarlo mejor», afirman los integrantes de este grupo. La empresa sigue gestionando la documentación provisional (salvoconductos) para garantizar el regreso a España el próximo lunes, como estaba previsto.
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