En Málaga ya hay el doble de mascotas que de niños
MASCOTIZACIÓN DE LA SOCIEDAD ·
Los animales de compañía tienen un protagonismo creciente en las ciudades, un fenómeno que los sociólogos vinculan al individualismo y la soledadLa mascotización es un proceso sociológico creciente que tiende a la consideración de los animales de compañía como parte del núcleo familiar, con todas las ... repercusiones que ello conlleva. Málaga y la provincia no escapan a esta tendencia, que es común a la mayoría de las ciudades de los países desarrollados. La situación llega hasta un punto tal que en los hogares malagueños ya hay el doble de animales domésticos que de niños.
El Colegio de Veterinarios contabiliza un total de 428.779 canes y 65.784 felinos censados (494.563 en total). Es prácticamente una mascota por cada tres habitantes (1,6 millones). Mientras, el Instituto Nacional de Estadística (INE) refleja una población de 260.225 menores de 14 años. Por tanto, son 234.338 animales más que infantes: prácticamente los duplican.
En el caso de Málaga capital no hay tanta distancia, aunque de nuevo ganan los animales por goleada: son 88.179 menores frente a 110.000 mascotas, esto es, un 20% más. La tendencia es similar en todas las grandes urbes, aunque en el caso de las de interior es más acusada, tanto por la baja natalidad como por la abundancia de perros para labores de caza, guarda, etc.
¿A qué se debe este fenómeno? Luis Ayuso, profesor de Sociología de la Universidad de Málaga (UMA) y especialista en Sociología de la Familia, pone de relieve que este debate está de plena actualidad, hasta el punto de que partidos políticos como Podemos y Ciudadanos proponen abiertamente la regulación de los animales como miembros de la familia, con lo que ello supone a nivel jurídico.
«Lo interpreto como un reflejo del proceso por el cual vamos a sociedades cada vez más individualizadas, y eso da lugar a estos nuevos fenómenos». El experto apunta al creciente número de hogares unipersonales, «donde los animales se adaptan muy bien a esta circunstancia, como una herramienta para combatir la soledad». De ahí que un alto número de personas mayores se vean acompañadas con lo que Ayuso define como «calor animal».
Baja natalidad
«Vamos a sociedades más solitarias e individualizadas, en 2050 seremos el segundo país del mundo más envejecido, tras Japón. Tenemos la tasa de fecundidad más baja del mundo», recuerda. En este punto, advierte de las grandes dificultades que encuentran las familias para tener descendencia, razón por la cual cada vez más jóvenes prefieren tener mascotas a hijos. Unido a lo anterior, aparece la progresiva evolución hacia la «sociedad de las emociones», que valora sobre todo el cómo se siente la persona: «El perro te recibe siempre alegre».
En cuanto al efecto del Covid, el sociólogo apunta que la pandemia ha acelerado el proceso de evolución hacia esta nueva sociedad. «Tenemos más elementos que nunca para relacionarnos, cara a cara y digitales, estamos hiperconectados personal y digitalmente y nuestro sentimiento de soledad es cada vez mayor, es una paradoja muy interesante». De hecho, para muchas personas ha aumentado esa sensación de aislamiento y lo suplen con los animales domésticos y con las nuevas tecnologías.
Más conciencia social
Todo lo que tiene que ver con los animales, desde la alimentación, el aseo y la peluquería hasta su cuidado sanitario es un negocio al alza en plena crisis. Juan Antonio de Luque, presidente del Colegio de Veterinarios de Málaga, pone de relieve que la sociedad ha adquirido en la última década una mayor concienciación sobre la salud y el bienestar animal, sobre todo de los perros y gatos: «Ya es como si fueran un miembro más de la familia, y eso obliga a los veterinarios a formarnos y a tener las últimas tecnologías y conocimientos para su tratamiento y cuidado».
Para la próxima primavera se espera la aprobación de una Ley de Bienestar Animal, lo que indica que esta preocupación social se está trasladando a las leyes estatales y a las ordenanzas municipales. Málaga es la provincia con más veterinarios de Andalucía y una de las mayores de España, una gran red que, a su juicio, cubre las necesidades de las familias para el cuidado de los animales. Además, ya existen hasta cinco hospitales veterinarios «que son punteros y de referencia». El negocio es tal que fondos de inversión internacionales están comprando clínicas.
Por otro lado, De Luque recuerda que la carrera de veterinaria sigue siendo de las preferidas por los estudiantes, con notas de corte «disparadas», lo que está haciendo que surjan facultades privadas; al tiempo que se produce una fuerte feminización: un 80% de los nuevos profesionales son mujeres.
En el aspecto social, coincide en el hecho de que hay un número creciente de personas que sustituyen a los hijos por animales de compañía, y los cuidan como si fueran tales: «Los veterinarios actúan como 'pediatras' de esas familias durante toda la vida del animal, hay una gran fidelización». Por ello, reivindica una reducción del IVA, que repercute en la salud animal. «Si son considerados parte de una familia, no entendemos que se les cobre más».
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Carmen Manzano, presidenta de la Sociedad Protectora de Animales de Málaga, rechaza tajantemente hablar de mascotas y se refiere a ellas directamente como «miembros de la familia». «Lo importante no es sólo amar sino también respetar a los animales, porque si hay respeto no hay abandono». La líder animalista coincide en que hay una conciencia mayor, especialmente en las ciudades.
«La sociedad es cada vez más egoísta: es mucho más fácil, más cómodo y más barato tener un perro que un niño, y dan menos quebraderos de cabeza». De ahí que cada vez más parejas jóvenes declinen ser padres, pero no tengan tanto miedo a adoptar a un perro o un gato, porque no rompen su ámbito de confort y, si su vida cambia, muchos todavía piensan que los pueden abandonar sin más. «La responsabilidad de un hijo no es la de un animal», sentencia.
En cambio, Manzano critica la tendencia creciente a tratarlos como a seres humanos: «Los animales quieren seguir siéndolo, no se les puede disfrazar ni teñirles el pelo; son parte de la familia pero no quieren que les impongamos una humanización».
En cuanto a las repercusiones de la mascotización en la labor de la Protectora, admite que muchos adoptantes alegan que lo hacen porque se sienten más solos. Se buscan sobre todo perros de tamaño pequeño, porque la mayoría vive en pisos de pocos metros cuadrados, y además son más fáciles de gestionar. En cuanto a las adopciones, el último año estuvo marcado por la pandemia, dado que durante el confinamiento se restringieron las salidas por miedo a abandonos posteriores. En cambio, las adopciones internacionales siguen en aumento.
«Deshumanización»
«Se humaniza a los animales y nos deshumanizamos las personas; como dijo el torero Paco Camino, es triste ver a los perros en las casas y a los abuelos en las residencias». Es la dura advertencia que lanza José María Mancheño, presidente de la Federación Andaluza de Caza, que critica prácticas que ya comienzan a surgir como bautizos, cumpleaños y bodas de animales. Y es que el de los cazadores y el del toro de lidia son dos de los colectivos vinculados a los animales que sufren con más virulencia las consecuencias del fenómeno. «Detrás de muchos ataques a la caza están los defensores de la mascotización, la sufrimos de manera hiriente y a diario».
Mancheño destaca que los cazadores también conviven con sus perros, «pero a algunas personas no les entra en la cabeza que sean auxiliares para cazar: el animal está mucho más a gusto corriendo en el campo que debajo de la mesa camilla». A su juicio, se trata de un problema «gravísimo» que produce un desequilibrio en la sociedad, y que viene motivado por una potente industria de comida, estética, etc. «Es un gran negocio, sobre todo en las grandes urbes donde la gente se siente más sola».
Aumenta el interés por regalar animales
El estudio de la Fundación Affinity es clarificador en cuanto a la tendencia a la mascotización de la sociedad española. Entre sus conclusiones, pone de relieve que hasta un 21% de la población tiene previsto regalar un animal de compañía para que sus seres queridos puedan sobrellevar mejor las restricciones del coronavirus. Además, un 24% de los encuestados reconoce que algún miembro de su familia le ha pedido uno en estos últimos meses.
Sobre los motivos que señalan los encuestados para tener una mascota destacan la creencia de que sería un compañero para sus hijos (35%); tener más tiempo para cuidar al animal (31%); la necesidad de un apoyo ante la soledad (22%) y la intención de hacer más actividad física al aire libre (17%).
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