Las amenazas que se ciernen sobre la Constitución

La crisis de las democracias constitucionales a nivel internacional, la polarización política y social, la «colonización» de instituciones o la extensión del sentimiento de desconfianza entre los jóvenes hacia la Constitución son algunas de las amenazas que se ciernen sobre la Carta Magna. Así lo expusieron este lunes el catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Málaga, Manuel Arias; el profesor titular de Ética y Filosofía Política de la UMA, Manuel Toscano; y la profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de Granada, María Dolores Requena de Torre, durante su participación en el foro 'Encuentros por la Constitución', organizado por SUR y Vocento, moderado por el director del periódico, Manolo Castillo, y celebrado en el auditorio del Museo Picasso de Málaga.

Durante su intervención, Toscano expuso que la Constitución es una historia de «éxito» pero añadió que hay «nubarrones» que desafían su estado de salud. Así afirmó que «no corren buenos tiempos para las democracias constitucionales en el mundo» y que este fenómeno afecta a aquellas que son más jóvenes o a las que tienen un mayor recorrido histórico recordando episodios como el asalto que se produjo al Capitolio en Estados Unidos.

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En este sentido, Manuel Toscano advirtió sobre los fenómenos que amenazan a las democracias. «Ahora las democracias no colapsan por un ataque sino que son desmanteladas desde dentro en un proceso de degradación que se realiza, en muchos casos en nombre de la democracia. Lo que se desmantela son los elementos liberales como la independencia judicial o las instituciones que velan por el control de la legalidad que establecen las constituciones», afirmó este profesor universitario, quien añadió que este desmantelamiento, que conduce a democracias iliberales, se manifiesta en ejemplos como la deslegitimación del adversario y la polarización.

A este respecto, Manuel Arias sostuvo que «las anomalías democráticas se están convirtiendo en norma» en las democracias occidentales, aunque en un distinto grado en función de los países. En esa graduación, a su juicio, España es «de las más afectadas».

Sobre las causas en España, Arias argumentó que desde hace cinco años la gobernabilidad del país depende de fuerzas políticas «destruyentes» de la Constitución como Junts, Bildu, ERC o Podemos., que cuestionan lo que llaman «el régimen del 78». «Es imposible que eso no provoque un efecto negativo sobre la Constitución y la percepción que los ciudadanos tienen de a Constitución», argumentó.

Este politólogo agregó que a ello se suma el discurso «poco amigable» del PSOE con la Carta Magna poniendo como último ejemplo que desde las filas socialistas se cuestionara la decisión del Tribunal Supremo de anular el nombramiento de Magdalena Valerio como presidenta del Consejo de Estado, con el argumento, por parte del PSOE, de que los representantes de la soberanía nacional en el Congreso reconocieron su idoneidad para el cargo.

Para el catedrático de Ciencia Política otro hecho singular de España es que este «extremismo político» afecta al Estado de Derecho y también «amenaza» la unidad del país por el papel protagonista y el peso que el movimiento independentista juega en la gobernabilidad.

Manuel Arias también puso el acento sobre una singularidad española en este proceso de crisis constitucional y es que, según arguyó, en el poder está un partido socialdemócrata y no en una fuerza de extrema derecha como ocurre en Hungría, sucedía hasta hace poco en Polonia o en su día en Estados Unidos con Trump. Un hecho que, a su juicio, «dificulta la contestación social» contra este proceso.

María Dolores Requena introdujo otro elemento para la reflexión sobre cómo perciben la Constitución los jóvenes que han crecido en democracia y, a su juicio, ya son «insuficientes» los argumentos que apelan al significado histórico de lo que supuso la aprobación de la Carta Magna y hay que ir más allá porque «se está extendiendo un sentimiento de desconfianza en la Constitución entre los más jóvenes y es un fenómeno alarmante y peligroso».

Para Requena hay elementos que pueden contribuir a esa imagen entre los jóvenes, como la sensación de que el poder no está controlado o la posible percepción de amenazas a sus derechos o libertades. O las contradicciones que se producen cuando se les habla del derecho a la vivienda y ven la realidad de las dificultades que tiene este colectivo para acceder a un piso o que se explique la función que tiene el Tribunal Constitucional como garante de la constitucionalidad y luego ver la realidad partidista que marca su composición y sus decisiones.

En este sentido, Manuel Toscano, que alertó sobre la existencia de un «partidismo negativo» que en un clima de polarización deslegitima al adversario, destacó que el proceso de degradación democrática comenzó con la «colonización» de instituciones como el Constitucional porque «tenemos un serio problema ya que sabemos de antemano el resultado de cualquier cuestión de inconstitucionalidad» que se plantee dada la composición que tienen en función de los nombramientos realizados por los partidos políticos.

En esta línea, María Dolores Requena sostuvo que dada la elasticidad de la Constitución que da lugar a variadas interpretaciones la posición del Constitucional es «esencial» y es un riesgo que su legitimidad esté en cuestión.

A este respecto, Manuel Arias llamó la atención sobre el hecho de que se pueda llevar a cabo «una reforma constitucional o una mutación constitucional» no por el procedimiento ordinario establecido en la propia Carta Magna sino a través de las interpretaciones del Constitucional. Por ello, este politólogo avisó de que se está ante una crisis constitucional que no sólo afecta a las instituciones sino también al espacio público y a los contrapoderes y advirtió sobre «la banalización del disparate». «Cuando se consolida la idea de que un partido puede hacer cualquier cosa por mantener el poder se abre una puerta peligrosa», aseveró.

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Los expertos llamaron a la ciudadanía a tomar conciencia de «la gravedad» de lo que está sucediendo y respecto a una posible reforma de la Constitución, Manuel Toscano sostuvo que hoy es «impensable» porque requeriría que los partidos mayoritarios se pusieran de acuerdo.

A este respecto, Pablo Sánchez Molina, profesor de Derecho Constitucional de la UMA y que abrió el foro, defendió que unas de las principales reformas de la Carta Magna «debe ir por cerrar esa descentralización territorial» a nivel autonómico y municipal. Además, añadió que es «legítimo» estar en contra de la Constitución pero «no lo es saltarse lo que dice». «Podemos criticarla y mejorarla, pero debemos respetarla», apostilló.

Unas reflexiones de las que fueron testigos alumnos de la Facultad de Derecho. Varios de ellos leyeron una veintena de artículos de la Carta Magna en un acto al que también asistieron el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, el presidente de la Diputación, Francisco Salado, y el presidente del Consejo Social de la UMA, Antonio Urda.