

Secciones
Servicios
Destacamos
Pronunciarse políticamente a favor de construir embalses dejó de ser habitual durante muchos años, por extraño que pareciera. Las polémicas a raíz del Plan Hidrológico ... Nacional y los agravios territoriales pusieron en el foco asuntos como trasvases y presas, mientras que en Europa se abrían paso postulados 'más blandos'. Sin embargo, la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía ha vuelto a poner sobre la mesa y a impulsar los primeros estudios para dos embalses clave en el contexto de sequía estructural que vive la provincia: el de Gibralmedina, entre Cádiz y Málaga, y el de Cerro Blanco o Río Grande, en la zona de Guaro y Coín.
El consejero al frente de las políticas hidráulicas, Ramón Fernández Pacheco, fue muy claro este lunes en su visita a Málaga. «Son dos presas que entendemos fundamentales por dos motivos. El primero, es ganar en capacidad de agua embalsada. En segundo lugar, por esa función laminadora que tienen que tener frente a avenidas. Aquí en el Guadalhorce lo hemos visto hace bien poquito. Es necesario que nuestros ríos se encuentren en perfecto estado y que cuenten con infraestructura para garantizar la seguridad de las personas», ha dicho.
600
millones de euros costaría el embalse y las conducciones hasta la Costa del Sol de la presa de Gibralmedina. El proyecto está redactado.
El consejero ha desvelado que hay reuniones fijadas con el Gobierno central en las que la Junta quiere poner sobre la mesa la necesidad de pactar estas costosas obras. «Son de interés general del Estado pero la Junta de Andalucía presta toda la disposición, puesto que entendemos que son fundamentales. De hecho, estamos trabajando en los proyectos y mantenemos conversaciones con el Ministerio de cara a poder conveniar su ejecución en un futuro», ha precisado.
Noticia relacionada
Julio J. Portabales
El embalse de Gibralmedina tiene proyecto redactado y desde el verano pasado por parte de la Junta. Regularía el río Guadiaro y se situaría entre las provincias de Cádiz y Málaga. Lo más importante es que desde el futuro embalse llegará agua a la provincia de Málaga: unos 15 hectómetros cúbicos al año de agua bruta para ser tratada por Acosol, en la Costa Occidental.
En realidad, se trata de dos proyectos. El primero, el de la presa en sí, tiene un importe fijado por el proyecto en 400 millones de euros. El segundo, las conducciones desde Cádiz a la Costa del Sol, asciende a 200 millones. El pantano será prácticamente del doble de lo planteado en principio y rondará los 100 hm3 (equivalente al consumo anual de la Costa del Sol). Aunará usos agrícolas y urbanos.
Los modificados para traer agua a Málaga llevaron el proyecto técnico hasta los 437.000 euros, un aumento del 19,2% del presupuesto inicial.
45
hectómetros cúbicos fue la capacidad que se pensó en el Plan Hidrológico Nacional para la presa de Cerro Blanco, en el río Grande. Luego se modificó la idea para apostar por un azud de derivación de unos 25. Ahora mismo, lo que hay es un pliego técnico para arrancar el estudio de alternativas.
Con respecto a la presa de Cerro Blanco o del Río Grande, la Consejería tiene terminados los pliegos para sacar a concurso, en primer lugar, un estudio de alternativas para ver la mejor opción para aprovechar los recursos de este río y, en segundo lugar, el proyecto constructivo de la solución elegida.
El proyecto de presa para regular el Grande es controvertido, pero concita el interés inequívoco de instituciones como el Ayuntamiento de Málaga, que la ve clave no sólo por el hecho de ser un seguro para el suministro de la ciudad y los riegos agrícolas, sino también, y en esto coinciden muchos ingenieros, porque serviría para controlar mejor las avenidas del río Guadalhorce, del que el Grande es afluente por la derecha.
Otras voces, fundamentalmente de partidos de izquierda y grupos ecologistas pero también algunos técnicos, advierten de afecciones al paraje de la Sierra de las Nieves y al paraje de la desembocadura del Guadalhorce. El impacto en materia de costas también sería probablemente alto, dado que, ante una zona de Guadalmar en regresión, frenar más aportes de sedimentos también es una decisión controvertida.
Pero de todo esto deben ocuparse los estudios de alternativas y la correspondiente fase ambiental de un proyecto que lleva dos décadas entrando y saliendo del debate público.
El embalse es una propuesta de los 90, incluida en el Plan Hidrológico Nacional. Tenía una capacidad de entre 45 y 50 hectómetros cúbicos y se situaría en los términos de Guaro y Coín. Pero tuvo mucha contestación política y de colectivos agrícolas y ecologistas por sus afecciones a la Sierra de las Nieves.
La presa se desinfló y evolucionó en forma de un azud mucho más grande que el de Aljaima, esta vez pensado entre Guaro y Coín, con idea de aprovechar 20 hm3 anuales (más de un tercio del consumo de la ciudad). Costaría 57 millones y llevaría una gran conducción de 38 kilómetros hasta Aljaima primero y el Atabal después. El caudal máximo previsto era de 4.000 litros por segundo. El informe de viabilidad fue emitido por la sociedad estatal Acuamed en marzo de 2006. Pero ahí quedó todo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.