Tinderella, Chenoa, Matilda o Bridget Jones: por qué los síndromes casi siempre tienen nombre de mujer
Una investigación de la catedrática de la UMA Susana Guerrero alerta del abuso de términos seudocientíficos en la prensa que patologizan el comportamiento femenino
Si eres muy protectora con tus hijos es que tienes síndrome de mamá gallina, mamá helicóptero, gallina clueca, mamá leona o mamá osa. Si, por ... el contrario, eres sospechosa de no cuidar lo suficiente bien de ellos, te etiquetarán como «mala madre» o «madre tóxica». Si estás soltera prepárate, porque hay un buen 'pack' de síndromes diseñados para ti: el de Bridget Jones, el de Tinderella, el de Chenoa, el de la mesa de los niños... En el trabajo, si eres demasiado brillante en todo lo que haces, ¡cuidado! puedes tener el síndrome de Maripili. Pero si prefieres adoptar un perfil bajo y eres discreta a la par que eficaz, es que sufres el síndrome de la tiara. Los medios de comunicación están continuamente inventando nuevos supuestos síndromes, carentes de respaldo científico, con los que «etiquetan y patologizan el comportamiento de las mujeres». Así lo pone en evidencia la investigación realizada por la catedrática de Lengua Española de la Universidad de Málaga Susana Guerrero.
La profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UMA advierte de que, a pesar de los avances, en muchos discursos mediáticos persiste el sexismo institucionalizado y alerta de la «divulgación seudocientífica» que campa a sus anchas por Internet y las redes sociales y está fuertemente condicionada por estereotipos, ya que patologiza con mayor facilidad el comportamiento de las mujeres que el de los hombres y contribuye a «victimizarlas», «reproduciendo una visión de ellas como pasivas, emocionales, dependientes, inseguras y miedosas».
Para llevar a cabo este estudio, la catedrática de la UMA ha analizado cerca de 250 textos publicados en medios digitales tanto de España como de Hispanoamérica desde 2005 a 2025, en los cuales aparecen referencias a 145 síndromes. Tras descartar los que hablan de síndromes efectivamente registrados en diccionarios y/o manuales médicos, Guerrero se centra en 123 falsos síndromes que tienen en común el estar relacionados con el sexo femenino.
«Esta divulgación seudocientífica está condicionada por estereotipos que no hacen sino acentuar la brecha de género. Es lo que sucede con síndromes surgidos recientemente como el síndrome de Laura, de Maripili o de las Tinderellas, que nos llevan a reflexionar sobre si estamos nombrando simplemente rasgos de la personalidad y comportamientos que podemos encontrar igualmente en los hombres», reflexiona la autora. No obstante, también reconoce que algunos de estos síndromes han sido creados desde una conciencia crítica (como el de la mala madre o el de la Pitufina), con el fin de evidenciar y criticar comportamientos o estereotipos machistas.
A continuación, un listado de los síndromes más curiosos que recoge el estudio.
Síndrome de Barbie: También llamado atelofobia, es un miedo irracional al fracaso y la imperfección.
Síndrome de Tinderella: Claro juego de palabras entre Cinderella (Cenicienta en inglés) y Tinder, la aplicación para ligar. Este supuesto síndrome define a una mujer que coquetea mediante aplicaciones de citas, pero sin llegar nunca a concretar ninguna.
Síndrome de la hija mayor: Es una presión silenciosa que experimentan muchas primogénitas al asumir responsabilidades emocionales y domésticas en la familia, como cuidar a los hermanos o ayudar en las tareas del hogar. Esta sobrecarga puede favorecer el desarrollo de rasgos de personalidad como perfeccionismo, autoexigencia y dificultad para pedir ayuda.
Síndrome de Rebeca: Es la obsesión patológica de una persona por las relaciones pasadas de su pareja actual. Este fenómeno se caracteriza por sentimientos de inseguridad, comparación constante con la expareja y comportamientos controladores o manipuladores, que pueden dañar la relación. El nombre se debe a la célebre película de Hithcock.
Síndrome de Bridget Jones: Miedo irracional y persistente a no encontrar pareja. También conocido como anuptafobia.
Síndrome de Campanilla: La compleja personalidad de este personaje del cuento de Peter Pan ha inspirado teorías (sin base científica) que etiquetan con su nombre diferentes comportamientos. «Personas, especialmente mujeres, que pueden ser extremadamente celosas o posesivas en sus relaciones interpersonales», dice uno de los artículos citados por Susana Guerrero. «Esa mujer fuerte y potente, triunfadora en un mundo de hombres, a la que aparentemente todo le sale bien… excepto el amor», reza otro.
Síndrome de Wendy: La otra protagonista de 'Peter Pan' inspira otro supuesto síndrome que sufren a aquellas personas, habitualmente mujeres, que asumen un rol de cuidador excesivo o codependiente en sus relaciones interpersonales, especialmente en relaciones románticas. Entre sus características se encuentran «una dificultad para establecer límites, una predisposición a sacrificarse en beneficio de los demás y un intenso miedo al abandono».
Síndrome de Cenicienta: Con este nombre el estudio ha encontrado tres diferentes patrones: el de las falsas acusaciones de los niños hacia sus padres, el de rechazo hacia la madrasta y la necesidad de algunas mujeres de ser protegidas por hombres.
Síndrome de Cleopatra: Esta denominación también tiene tres acepciones diferentes. La primera responde al estereotipo de mujer «enérgica y apasionada, inteligente, de apariencia cuidada y altamente competitiva --suele aparecer nombrado como »complejo de Cleopatra«; el segundo se usa para etiquetar a la mujer que fracasa en el amor y se enamora de hombres comprometidos y el tercero se utiliza para aludir de modo burlesco a las personas obsesionadas con la leche.
Síndrome de LAURA: Es un acrónimo, (Liberada, Autónoma, Universitaria y que Racionaliza el Amor) que describe a un estereotipo de mujeres independientes, con éxito profesional y que priorizan su autonomía personal por encima de las relaciones sentimentales. El ejemplo perfecto de que con estos términos a veces se intenta patologizar una opción de vida.
Síndrome de Yentl: Invisibilidad médica de las mujeres en los estudios de enfermedades cardiovasculares, que están orientados mayoritariamente hacia los hombres. El nombre proviene de la película 'Yentl', protagonizada por Barbra Streisand, en la que la mujer se hace pasar por un hombre para poder recibir la educación que desea.
Síndrome de Matilda: Invisibilidad de los logros de las mujeres científicas, cuyo trabajo a menudo se atribuye a sus colegas varones. Debe su nombre a la sufragista Matilda Joslyn Gage.
Síndrome de Bonnie and Clyde: Atracción sexual hacia criminales y personas peligrosas.
Síndrome de doña Florinda: Concepto sociológico que describe la actitud de desprecio hacia los de su misma clase social por parte de personas que se sienten superiores debido a tener un nivel económico o social ligeramente mejor. El nombre está inspirado en la mismísima Doña Florinda de 'El chavo del 8'.
Síndrome de Penélope: Se refiere a dos conceptos diferentes, uno neurológico y otro pseudo-psicológico. Por un lado, es un síndrome neurológico infantil conocido técnicamente como síndrome de Landau-Kleffner o encefalopatía epiléptica con estado epiléptico eléctrico durante el sueño). La otra acepción hace referencia a personas que viven una espera prolongada en un estado de resignación.
Síndrome de Casandra: Inspirado en el mito de Casandra (princesa troyana a quien el dios Apolo le dio la capacidad de prever el futuro, pero como ella rechazó su amor, la maldijo para que nadie creyera sus predicciones), hace referencia a personas que sienten que sus advertencias o intuiciones son ignoradas.
Síndrome de Afrodita: Hace referencia a mujeres solteras con éxito en la vida y el trabajo que sienten que lo único que falta en su vida es una pareja, pero las altas expectativas respecto al amor o el miedo al fracaso les impiden establecer relaciones duraderas.
Síndrome de Medea: El mito de Medea, la madre que asesina a sus hijos en venganza hacia su marido, Jasón, se ha adoptado como sinónimo de la violencia vicaria, es decir, la actuación del progenitor que mata a sus hijos con la finalidad de hacer sufrir a su pareja. Es revelador que sea una mujer la que dé nombre a este comportamiento cuando la mayor parte de los casos de violencia vicaria son protagonizados por hombres que matan a sus hijos.
Síndrome de Superwoman, de Wonder Woman o de la Mujer Maravilla: Diferentes formas de etiquetar a una mujer que busca la perfección en todos los roles que desempeña.
Síndrome de Chenoa o de la ex de Bisbal: Es el que, según sus ideólogos, sufren quienes comprueban que sus exnovios o exnovias, tras romper, se convierten en una versión mejorada de sí mismos y se convierten en la pareja ideal.
Síndrome de Marilyn Monroe: Término que eleva a teoría psicológica la vida y la personalidad de la célebre actriz americana. Así, se hace referencia a una persona que parece tener una vida feliz y exitosa, pero en realidad se siente sola, triste y deprimida. Esta condición se asocia con la búsqueda constante de aprobación externa y la soledad en medio de la fama.
Síndrome de Maripili: Hace referencia a la mujer que se esfuerza para gustar a todo el mundo en todos los ámbitos de la vida y que tiene miedo a no ser aceptada o estimada. El término lo acuñó la periodista Carmen García Ribas en su libro homónimo. Y tiene su contrapartida masculina, el Síndrome de Manolo, típico de muchos directivos cuyo miedo (no reconocido) al fracaso les hace mostrarse agresivos y autoritarios con sus trabajadores.
Síndrome de la Tiara: Actitud pasiva que toman las mujeres en sus puestos de trabajo, cumpliendo esforzadamente con sus deberes sin hacerse notar, esperando en algún momento ser reconocidas.
Síndrome de la mesa de los niños: Otro tópico asociado a mujeres solteras que se sienten fracasadas por no haberse casado y que no son tomadas en serio por su entorno familiar. El nombre hace referencia a que estas mujeres, por no tener pareja, supuestamente son relegadas a la mesa de los niños en las bodas.
Síndrome de Borgen: Acoso que sufren las políticas mujeres y que las lleva a abandonar sus cargos. 'Borgen' el nombre de una serie de la televisión danesa que analiza las perversas dinámicas del poder político.
Síndrome de la mujer felpudo: Descripción de un patrón de comportamiento, que algunos artículos achacan «mayoritariamente» a las mujeres, excesivamente complaciente en las relaciones de pareja.
Síndrome de la madre helicóptero, la madre osa, la madre gallina o la mamá leona: Diferentes maneras de denominar el estereotipo de la madre superprotectora.
Síndrome de la abeja reina: Describe el comportamiento de mujeres en posiciones de liderazgo que, para alcanzar el éxito profesional en entornos dominados por hombres, se distancian de otras mujeres, a las que consideran competidoras o rivales. Este fenómeno se manifiesta en el apoyo que brindan a sus colegas masculinos frente a las mujeres, la crítica o el sabotaje hacia otras mujeres, la preferencia por rodearse de hombres y el rechazo a las cuotas de género y a otras medidas tendentes a avanzar en igualdad en los entornos de trabajo.
Síndrome de la chica con suerte: Creencia popularizada por las redes sociales que afirma que al pensar y auto-percibirte como una persona afortunada, puedes influir en la realidad para que cosas buenas te sucedan.
Síndrome de 'Pick me girl': Algunos artículos denominan así a un «tipo de mujer que busca constantemente la validación y atención de los hombres, a menudo imitando comportamientos masculinos y menospreciando a otras mujeres para destacarse». Este comportamiento incluye criticar a otras mujeres por sus gustos o apariencia.
Síndrome de la Pitufina: Se conoce como el efecto que se produce cuando una mujer es la única representante de su género en un grupo predominantemente masculino. El nombre sale de la serie 'Los pitufos', donde hay un ejemplar de cada carácter y sólo una mujer en todo el poblado, haciendo entender que su rasgo característico es, exactamente, ser una mujer.
Síndrome de la mala madre: Se utiliza para aludir a la mujer que posee un autoconcepto negativo como madre por no cumplir con lo que la sociedad espera de ella o las expectativas que ella misma se había marcado.
Síndrome de Anna Karenina: Se aplica a mujeres que experimentan un amor tan intenso y descontrolado que dejan a un lado el bienestar físico y el equilibrio emocional para estar con la persona deseada.
Síndrome de Madame Bovary: Otro síndrome de inspiración literaria que hace referencia a una mujer que sufre un estado de insatisfacción crónica producido por el contraste entre las ilusiones y la realidad.
La investigadora malagueña advierte de que muchos de los textos analizados «recurren a una retórica pseudocientífica cuya argumentación se soporta en el uso de falacias». «El discurso divulgativo, en muchas ocasiones, adolece de sensacionalismo, de exageraciones, de imprecisión, de sesgos y de incompletitud», afirma.
Personajes literarios, históricos y mitológicos, animales o famosas: así nacen los estereotipos
En su estudio, Susana Guerrero detalla el proceso de creación léxica de la terminología en torno a los síndromes. En el origen de muchos de ellos se encuentran personajes que poseen alguna relación de semejanza o contigüidad con el síndrome en cuestión, ya sean personajes históricos (María Antonieta, barón Münchhausen...), literarios (Madame Bovary, Anna Karenina, Fortunata, Dorian Grey...), de la cuentística tradicional (Cenicienta, Rapuzel, Alicia en el País de las Maravillas, el patito feo...), del cine (Rebeca, Bridget Jones, Campanilla, Wendy, Yentl, Bonnie and Clyde...), de la mitología (Penélope, Casandra, Medea, Atlas, Ulises...) o del mundo del espectáculo (Marilyn Monroe, Chenoa...), etc. Algunos son derivaciones coloquiales de nombres propios (Maripili, Manolo) o se han formado mediante cruce léxico (Tinderella), acronimia (LAURA) o siglación (síndrome del SAP). Otros se han creado mediante procedimientos metonímicos (síndrome de la Tiara) o metafóricos (síndrome de la mujer felpudo) que afectan a nombres comunes. También se ha constatado la dependencia de la lengua inglesa, bien mediante el anglicismo puro ('Pick me girl', 'Superwoman'), usual también en las siglas, o bien mediante calcos léxicos (Lucky Girl Syndrome).
«Sus fuentes de creación son diversas, pues, aunque algunos han sido creados por especialistas en psicología o psiquiatría, otros han surgido en redes sociales, en el mundo de la ficción o son ocasionalismos inventados por periodistas», explica la autora.
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