El incremento de costes hunde la rentabilidad del sector agrario de Málaga en 2022
Los cultivos tropicales experimentan una caída en la facturación sin precedentes y la sequía merma la producción de cítricos
«La palabra que define el balance de lo que ha sido el año 2022 es la de desastre». De esta manera ha resumido el ... presidente de Asaja, Baldomero Bellido, lo que han sido los últimos doce meses para el agro de la provincia de Málaga, marcados por la sequía y por un incremento de costes de producción que han hundido la rentabilidad en todos los sectores. Pesimismo ante el presente y ante lo que está venir para el campo es lo que ha impregnado la comparecencia con los principales dirigentes de Asaja, que se ha celebrado este jueves.
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Entrando en números, la caída de la rentabilidad se explica de manera sencilla. Aunque la facturación se ha podido mantener con respecto al año anterior, incluso aumentar de manera ligera, los incrementos de costes golpean a los agricultores. Según los datos aportados por Asaja, el aumento del precio de la energía ha sido del 270%, el de los plásticos de un 40%, el de los fertilizantes un 230% y el de los piensos un 40%. «Esto supone la asfixia del sector», ha remarcado Bellido. Cuantificar de cuánto ha sido esa bajada de la rentabilidad, queda aún pendiente de precisar en los próximos meses. Pero las pérdidas, según Asaja, están aseguradas.
A nivel global, el campo malagueño ha facturado en 2022 un total de 701,55 millones de euros, un 1,62% más que en 2021. De este total, 574,38 millones de euros corresponden a la agricultura y 127,7 millones a la actividad ganadera.
Por sectores, el olivar sigue siendo el cultivo mayoritario de la provincia. La producción de aceite ha generado una facturación de 230 millones de euros, confirmando la tendencia a la baja de los últimos años. En 2018, la facturación aún fue de 254 millones de euros, en un escenario en el que los costes de producción no son los de ahora. La facturación de la aceituna de mesa, con 37,93 millones de euros, se mantiene con respecto a la del año anterior.
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Una caída notable en la facturación se ha producido en los cultivos tropicales. Incrementos de costes y sequía generan un cóctel nocivo que está poniendo contra la espada y la pared a muchos agricultores que se dedican al mango y al aguacate. Los 104,15 millones de este 2022 representan un descenso del 29,55% con respecto a 2021. Si se compara con la facturación de 2020, que fue de 116,49 millones, la debacle es aún más pronunciada. Para irse a una facturación más baja en los cultivos tropicales, hay que remontarse al año 2014, cuando esta fue de 90,49 millones de euros.
Hay más datos que invitan al pesimismo. Los cítricos, concentrados fundamentalmente en el Valle del Guadalhorce, han vivido una campaña catalogada como «ruina absoluta». A una cosecha reducida por culpa de la sequía, hay que sumar una caída en los precios. Ambos factores dejan una facturación de 36,96 millones, la más baja de la serie histórica.
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Los descensos en la facturación también han llegado al almendro. Los 6,59 millones de euros que ha dejado el almendro y la castaña suponen un descenso del 21,6%. El viñedo está en la misma estela de descenso. En los cultivos herbáceos, donde se integran los cereales, la facturación ha subido debido a un notable incremento en el precio de venta. Pese a que la sequía ha provocado una cosecha menor con respecto al año 2021, los 47,10 millones de euros suponen una subida en torno al 15%.
En la actividad ganadera destaca la facturación récord del porcino blanco, con un total de 54,42 millones de euros, motivada por un incremento en el precio respecto a 2021. El porcino ibérico ha mantenido la facturación del año anterior. La leche de cabra se mantiene estable respecto a 2021, alcanzando los 39,12 millones de euros. Pero se ha registrado un notable descenso en el ganado, provocado por el alza de los costes energéticos. «Hay ganaderos que se encuentran ante el dilema de o come el ganado o como yo», ha señalado Bellido.
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Malas perspectivas
El contexto global, con la guerra entre Rusia y Ucrania sin perspectiva de paz, con la dificultad para acceder a determinadas materias primas como el grano, hace que los agricultores malagueños planifiquen el 2023 en un panorama similar al de este año. «No hay nada que nos haga ver que los costes de producción vayan a bajar en un corto plazo», ha asegurado el presidente de Asaja.
Aunque algunos sectores, como se ha expuesto, han visto como ha incrementado la facturación, Bellido ha insistido en que se trata de «cifras totalmente engañosas». «Eso es así por dos cosas: primero hablamos de un incremento sobre una de las facturaciones más bajas de la serie histórica, que fue la del año pasado, y de una facturación sometida a unos costes de producción jamás vistos», ha añadido.
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