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ANA MEDINA
málaga.
Domingo, 29 de diciembre 2024, 01:00
La Catedral de Málaga reúne este domingo a la comunidad católica en torno a la celebración de acción de gracias por el Jubileo 2025, convocado por el Papa bajo el lema 'Peregrinos de la Esperanza'.
El 24 de diciembre, Francisco abrió la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, marcando así el inicio del Jubileo Ordinario de 2025. Este tiempo de gracia que la Iglesia católica celebra cada cuarto de siglo se extenderá hasta el 6 de enero de 2026. A la Puerta Santa de San Pedro se suman las de las basílicas mayores de Roma y, de modo extraordinario, la ubicada en la cárcel romana de Rebibbia. Con ella, el Papa quiere ofrecer a los presos «un signo concreto de cercanía».
En las Iglesias locales, como la de Málaga, se prepara un extenso calendario de actividades y un elenco de recursos para ayudar a los católicos a vivir de modo especial este tiempo. El arranque tiene lugar este domingo 29 de diciembre. Los malagueños han sido convocados a participar en la celebración de la Eucaristía presidida por el obispo, don Jesús Catalá, en la Catedral las 11.30 horas. Una hora antes, quienes lo deseen tienen cita en la parroquia de Santiago, donde da comienzo la celebración con una oración inicial para después salir en procesión representantes de parroquias y delegaciones episcopales hacia el templo mayor, al que se accederá por la Puerta de las Cadenas. Como recogen las prioridades pastorales diocesanas para este curso, «el jubileo es una ocasión propicia para que cada cristiano sea en la Iglesia una llama de esperanza, que ilumina nuestra sociedad tan necesitada de Dios».
El Papa, en su homilía en la Nochebuena, recordó que la tarea del cristiano es «traducir la esperanza en las distintas situaciones de la vida». Por ese motivo, el obispo ha designado una serie de lugares jubilares en Málaga donde quienes no puedan peregrinar a la ciudad santa puedan obtener la indulgencia y el perdón de sus pecados. El principal es la Catedral de Málaga, abierta este tiempo para acoger peregrinaciones de arciprestazgos, como el de Axarquía interior, el primero, el 11 de enero, y a distintos grupos, como los periodistas y comunicadores, que abren este calendario en la fiesta de su patrón, san Francisco de Sales, el 24 de enero, a las 10 horas. Un listado completo de las celebraciones diocesanas está disponible en la web creada para la ocasión: jubileo.diocesismalaga.es, así como aquellos lugares a los que, de la mano del almanaque, se invita a 'peregrinar' como testigos de la esperanza, en un recorrido que va desde la paz, la familia, el perdón, los enfermos o los migrantes, entre otros.
«En todo jubileo es fundamental la petición de perdón de nuestros pecados y la conversión, llevando a cabo un renacer y un comenzar de nuevo», ha dicho don Jesús Catalá en su mensaje de Navidad. «Las iglesias jubilares pueden ser oasis de espiritualidad para revitalizar el camino de la fe y beber de los manantiales de la esperanza, sobre todo acercándose al sacramento de la Reconciliación. Se trata de reconocer el pasado como parte de la historia agradecida y dirigir nuestra mirada hacia el futuro», añade.
El sacerdote Guillermo Tejero, coordinador del Jubileo en Málaga, explicaba que «el año Jubilar invita a un espíritu de conversión. Atravesar la Puerta Santa es también un signo de que estamos llamados a llevar la alegría del Señor a cada uno de nuestros ambientes: la familia, el trabajo, los amigos... Por eso, es bueno preguntarnos ¿qué 'puerta santa' tengo que atravesar yo para ser 'testigo de la esperanza' en el mundo?».
Dos lugares jubilares más han sido designados por el obispo de Málaga para este año: en la ciudad autónoma de Melilla, la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, y en Málaga, la Casa del Sagrado Corazón, el Cotolengo, como lugar que testimonia de modo especial la virtud de la esperanza.
Como ha dicho el Papa, la esperanza cristiana «es la promesa del Señor que hemos de acoger aquí y ahora, en esta tierra que sufre y que gime». En ese sentido, Francisco invita a luchar «contra la mediocridad y la pereza», y nos exhorta a que «nos hagamos peregrinos en busca de la verdad, soñadores incansables, mujeres y hombres que se dejan inquietar por el sueño de Dios; el sueño de un mundo nuevo, donde reinan la paz y la justicia».
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