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El Orgullo de Torremolinos tiene un componente festivo que el de Málaga aún no sabido desarrollar Salvador Salas
¿Dónde está la gran fiesta del Orgullo en Málaga?
50 años de Orgullo

¿Dónde está la gran fiesta del Orgullo en Málaga?

La ciudad celebra hoy los 50 años de los Disturbios de Stonewall con el objetivo de incorporar en el futuro la parte festiva a la celebración

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Viernes, 28 de junio 2019, 00:36

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Con una patada en la puerta. Así empezaban en Nueva York (y en cualquier otra parte del mundo) las redadas que la policía efectuaba en los pocos y concentrados lugares en los que el colectivo LGTBI se reunía en la Gran Manzana. Aquello era una triste rutina que se acabó la madrugada del 28 de junio de 1969; hace exactamente 50 años.

Unas horas después de haber sido enterrado el cadáver de Judy Garland, las personas reunidas en torno al Stonewall Inn decidieron que aquella sería la última noche en la que las fuerzas del orden les iban a perseguir. La respuesta, a base de ladrillos y piedras, provocó dos días de conflicto entre manifestantes. Estos eventos se bautizaron rápidamente como los Disturbios de Stonewall, y marcó un antes y un después en la lucha del colectivo por tener los mismos derechos que el resto de personas.

A partir de entonces, las personas LGTBI comenzaron a constituirse en asociaciones y organizaciones que llevaban las exigencias a los órganos políticos y sociales. Un año más tarde, en 1970, Nueva York fue sede la primera manifestación del Orgullo; una tradición que se repite año a año, y que en España solo fue posible una vez iniciada la democracia, a pesar de que la Ley de Peligrosidad Social tardó aún algunos años en ser derogada.

En estos últimos tiempos, las grandes ciudades del mundo celebran sus desfiles, aunque no todos coinciden con esta fecha. Madrid se ha convertido en una de las sedes del Orgullo más importantes del mundo, pero en el caso de España los festejos y reivindicaciones de Torremolinos (que tienen lugar un mes antes) no han hecho más que crecer.

A pesar de ello, Málaga sigue siendo la única capital de provincia grande en la que no existe un evento que una la reivindicación con la fiesta, ya que tan solo se ha prestado atención a la primera de las variables. Es cierto que la cercanía con Torremolinos (que en sí ya es una marca propia de Orgullo) ha tenido mucho que ver, pero no es el único motivo.

Unión de empresarios

Para Antonio Ferre, presidente de la asociación Andalucía Diversidad, parece no existir un interés concreto. «Es cierto que es difícil que muchas asociaciones se pongan de acuerdo, pero si no hay interés en presupuestar algo por parte del Ayuntamiento es muy complicado», sostiene. «Málaga se merece un Orgullo. En Córdoba se va a hacer algo, en Almería y en Jaén también. ¿Por qué aquí no?», se pregunta el activista. Ferre reconoce que aunque la participación de las administraciones es fundamental, la parte privada juega un papel relevante. «Lo bueno que tiene Torremolinos es que posee todo el gran empresariado de Andalucía. Si juntas todos los locales de Torremolinos suman más que en toda Andalucía», explica. El presidente de Andalucía Diversidad tiene claro que el Ayuntamiento no puede financiarlo en exclusiva, sino que tiene que colaborar. «Hace falta hacer algo más grande, sobre todo por el turismo que hay en Málaga», insiste, y plantea organizar en torno a la plaza de la Merced un evento con conciertos y actividades para niños. «Málaga puede sacar un orgullo original con su propia idiosincrasia», afirma.

Javier Boxó es uno de los empresarios históricos del colectivo LGTBI en Málaga. En su opinión, haría falta seguir el ejemplo del municipio vecino y promover una asociación de empresarios que esté dispuesto a apoyar la causa. «Cuando el Ayuntamiento vea que exista un interés se dará un paso adelante. Hacer un Orgullo en esta ciudad beneficiaría tanto a nivel comercial como a la propia imagen de ciudad», defiende.

Alicia Luque. Profesora de universidad en Texas, EE UU

«Estoy orgullosa de que fuera vean a España como un ejemplo»

La malagueña Alicia Luque vive en Estados Unidos desde hace siete años. Primero en Oregón y después en Chicago, donde conoció a Miriam, una italiana que se ha convertido en su esposa hace pocos días. Ahora ha terminado el doctorado y ha encontrado trabajo como profesora universitaria en una universidad en Texas, donde seguirá siendo igual de visible como lesbiana como lo era cuando aterrizó por primera vez en América. «El Orgullo es fundamental», sostiene en una conversación telefónica. «No solo porque hemos sido siempre un colectivo oprimido, sino por la propia celebración de la diversidad», argumenta. A su juicio, la ignorancia a veces es muy osada, como cuando se usan expresiones de por qué no hay un orgullo hetero. «Me gustaría no haber tenido que celebrar nunca el Orgullo, pero es imprescindible. Me parece una demostración social importante y una fortaleza para la democracia», insiste, para añadir que una de las cosas de las que está más orgullosa es que la gente de fuera le diga que España es un «ejemplo» de lucha del colectivo.

Mar Cambrollé. Presidenta de la Asociación Trans de Andalucía (ATA)

«Hemos protagonizado la única revolución sin armas»

Mar Cambrollé es una de la grandes activistas trans de la historia de este país. Protagonista de algunas de las primeras manifestaciones del Orgullo tras el fin del franquismo, desde hace unos años preside la Asociación de personas Trans de Andalucía-Sylvia Rivera (ATA). Ha sido una de las voces más críticas con la falta de avances en legislación, especialmente en lo relacionado con el colectivo trans. Aún así, reconoce que en términos generales ha habido un avance importante; y que se ha hecho una gran revolución y conquista a nivel mundial. Sostiene que ello ha permitido crear una conciencia social y cultural de respeto a la diversidad sexual y de género, y que eso es algo sobre lo que no cabe un cuestionamiento. «A pesar de ello, las personas trans seguimos siendo las más vulnerables; no hemos conseguido alcanzar el espacio mediático, tanto en los partidos políticos o en otros ámbitos como el de la cultura que tienen los hombres gays». Aún así, insiste, «los avances refrendan la gran revolución que hemos protagonizado; la única que se ha hecho sin armas; desde una lucha continua y con el apoyo de muchos grupos de otra índole», defiende.

Pablo. Estudiante de Bachillerato

«El Orgullo significa sentirte a gusto contigo mismo»

Pablo acaba de terminar selectividad y tiene pensado estudiar Historia. Con solo 17 años tiene por delante el verano más largo de su vida en el que tiene pocas cosas de las que preocuparse. Ni siquiera hacer pública su orientación sexual es algo que le preocupe. Aunque todo aquel que pertenece al colectivo LGTBI tiene que estar continuamente saliendo del armario cada vez que conocen a nuevas personas, en este caso sus amigos y parte de su familia ya saben que es bisexual. Con esa edad, como es lógico, no ha estado presente en ningún Orgullo, pero tiene muy claro cuál es la idea de fondo de un día como el de hoy. «El Orgullo significa sentirte a gusto contigo mismo, ser feliz sabiendo lo que eres. En este día se celebra precisamente esto, sentirse orgulloso de quiénes somos», afirma. Pablo cree también que el Orgullo debe tener los dos componentes: el reivindicativo y el festivo. «Es un tiempo de disfrutar, pero también de recordarle a la gente que no en todas partes del mundo se puede vivir con la misma libertad que en España», añade.

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