Felipe Romera: «El PTA está en un momento dulce pero muy peligroso: puede morir de éxito»
El director de la tecnópolis está convencido de que se avecina una fase de «gran crecimiento» que permitirá alcanzar los 50.000 trabajadores en diez años, pero advierte de que ese volumen «no es sostenible sin un transporte público de masas»
Felipe Romera es el único director general que ha conocido el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) en sus 30 años de historia. Ha cumplido los ... 65 pero se revuelve cuando le mencionan la jubilación. Este ingeniero soriano salido de la 'cantera Fujitsu' no quiere retirarse sin dejar encarrilado el futuro de la tecnópolis; un futuro a diez años vista que pasa por aprovechar las «oportunidades infinitas» de la digitalización para seguir atrayendo a grandes multinacionales que impulsen la cifra actual de trabajadores (20.000) hasta los 50.000. Para conseguir eso sin morir de éxito no puede fallar ninguno de dos factores: mano de obra e infraestructuras.
¿Cuál es la última empresa que se ha instalado en el PTA?
No lo sé, pero de las últimas grandes es E&Y, que empezó a operar después del verano [con 100 empleados que previsiblemente se duplicarán para el verano].
Ya sé que aún no tienen las cifras definitivas, pero ¿cómo ha ido 2019 en términos de empleo y de apertura y cierre de empresas?
El número de empresas se mantiene constante en torno a las 600, pero detrás de esa cifra hay un gran dinamismo porque cada año se crean 100 y se van otras 100. Tengo la percepción de que el empleo ha crecido; sobrepasaremos los 20.000 trabajadores [2018 se cerró con 19.873]. Casi todas las empresas grandes han aumentado plantilla y ésas son las que marcan el empleo.
¿Cómo definiría el momento actual para el Parque?
Está en un momento dulce pero también muy peligroso. Estamos quedándonos sin oficinas. Cuando empezó el Parque el modelo era que una empresa venía, se compraba una parcela y se hacía su edificio. Eso nadie lo hace ya. Ahora las empresas quieren oficinas listas para ocupar. Están viniendo empresas grandes de fuera que van a crecer mucho en empleo, pero en estos momentos tenemos, mal contados, 100.000 metros cuadrados de oficinas en el recinto y sólo 3.000 disponibles. Es menos del 5%. Éste es el riesgo. Yo creo que pronto va a venir un ciclo de gran crecimiento porque la ola de innovación actual empujada por la digitalización, la cuarta revolución industrial y las tecnologías disruptivas genera un mercado infinito, y nosotros tenemos una gran oportunidad a nivel mundial porque Málaga como ciudad está muy de moda y el ecosistema del Parque es muy potente, con muchas multinacionales que le dan mucho valor. Así que las empresas van a seguir viniendo y creciendo si somos capaces de no morir de éxito.
¿Hay un riesgo real de que ocurra eso, de morir de éxito?
Claro. Morir de éxito es la peor muerte que se puede tener, porque significa no ser capaz de satisfacer la demanda. Las empresas demandan dos cosas: gente para trabajar e infraestructuras. Gente hay, porque aunque ya no la haya en Málaga, viene de otras provincias. Así que nuestra obsesión son las infraestructuras: trabajar para que haya más edificios de oficinas y para garantizar la movilidad.
¿No le preocupa entonces la falta de mano de obra? Hay empresas que se quejan de la escasez de ingenieros
Es cierto, pero la realidad es que a Málaga están llegando muchos profesionales de otros lugares, fundamentalmente de Andalucía, Madrid, Barcelona y el mundo. La gente junior viene de Andalucía, de FP e ingenierías. Y cuando las empresas necesitan un gestor para un proyecto lo buscan por el mundo.
¿Cómo va la construcción de oficinas?
Ahora hay en proyecto para construir, por nosotros o por otros, 50.000 metros cuadrados de oficinas. De éstos, tenemos 18.000 metros con licencia para empezar ya, que incluyen un edificio que está promoviendo el propio Parque y que nos ha salido mal porque el constructor ha abandonado la obra. Queremos reiniciarla este año, esperamos sacar el concurso a finales de este mes o principios de febrero de forma que el año que viene tendremos ese edificio con 3.000 ó 4.000 metros cuadrados. Para desarrollar los otros dos edificios que ya tienen licencia estamos en una 'due diligence' con un promotor que se va a hacer cargo. Y por otro lado, este mes o el que viene sacaremos los concursos para los proyectos de arquitectura de seis edificios más: cuatro en la ampliación del PTA y dos en el campus universitario, al lado del Rayo Verde. La idea es la misma: alguno de estos edificios lo podemos promover nosotros pero la prioridad es que entre la iniciativa privada porque nosotros como empresa pública no tenemos capacidad ni es nuestra misión convertirnos en promotores inmobiliarios.
¿Sigue siendo difícil encontrar inversores dispuestos a construir oficinas?
Hasta hace poco los fondos de inversión inmobiliarios no venían a Málaga porque era un mercado pequeño y no tenía el negocio de la reventa. Estos fondos promueven o compran un edificio, lo llenan de empresas y pasados unos años lo venden para rentabilizar su inversión. Ese circuito de desinversión no existía en Málaga, pero ahora empieza a estar. En el PTA hemos tenido ya dos operaciones de este tipo: un fondo de capital riesgo francés ha comprado un edificio a Iberdrola y un fondo inmobiliario de Madrid ha comprado el edificio Vitelcom 2. Este tipo de operaciones no ocurrían nada más que en Madrid, Barcelona y Lisboa, y ahora las estamos viendo aquí. Así que estoy convencido de que van a venir más fondos y de que en los próximos cinco años esos 50.000 metros cuadrados de oficinas que necesitamos estarán construidos.
«Los mejores empleos y los mayores sueldos de Málaga están en el Parque»
A más largo plazo, ¿hay espacio para que siga creciendo el Parque?
Estamos haciendo un plan parcial, que lleva un año presentado al Ayuntamiento y no avanza por trámites de medio ambiente, pero imagino que este año le daremos un buen tirón. La idea es tener 50.000 metros cuadrados más disponibles que yo los contemplo para los próximos diez años, si se produce ese boom que yo creo que se va a producir en el Parque al calor de las tecnologías digitales.
¿Cuál es el techo?
En diez o quince años, el Parque estará completo. El techo son esos 150.000 metros cuadrados que hemos comentado. Luego tenemos otros 100.000 metros reservados al norte, pero que no son nuestros todavía. Y al sur tenemos para construir otros 20.000 o 30.000 metros cuadrados más. Pero yo el techo lo fijo en ese plan parcial que nos permitirá llegar a las 50.000 personas de las que siempre hablo yo. Llegando a ese punto, en mi opinión el Parque tendría dificultades para crecer más.
Abramos el capítulo de la movilidad. Resulta difícil concebir un recinto de 50.000 trabajadores si actualmente ya hay graves problemas de tráfico y aparcamiento.
Mi empeño en este momento es que necesitamos nuevos accesos. Tengo que decir que lo que se ha hecho ha sido fantástico. En 2018 aquí se produjo un caos que tensionó mucho el Parque, a raíz del cambio de sentido de una calle de Campanillas. Teníamos retenciones de más de media hora a la entrada. Cuando se rectificó eso la situación mejoró, pero realmente el gran cambio ha llegado con el nuevo gobierno de la Junta, que en un mes hizo la obra que durante años se decía que no se podía hacer: poner un tercer carril en la entrada. Ahora se están convirtiendo esos carriles provisionales en definitivos, habilitándose uno para bus/VAO. También se ha hecho otra cosa muy relevante que es la lanzadera del metro. Tenemos un autobús o dos esperando a la gente en las horas punta donde llega el metro y los trae al Parque. Funciona bien, espero que vayan aumentando los usuarios. Pero todo esto que te estoy contando no va a ser suficiente en un futuro.
«Habrá viviendas en el PTA más pronto que tarde»
¿Cuál es entonces su plan para garantizar la movilidad en el futuro?
La idea que ya estamos hablando con el Ayuntamiento y la Junta es hacer una plataforma de comunicación, un vial distribuidor, desde la ampliación del campus de Teatinos, donde está el Rayo Verde, hasta el PTA por el cementerio, atravesando Campanillas por detrás. En esa plataforma irían el metro, el cercanías, una carretera y un carril bici. Eso es fundamental para los 20.000 trabajadores que vamos a meter en la ampliación del Parque. Le he dicho a Elías Bendodo que hay que hacerlo sí o sí. No lo necesitamos el año que viene, ni el otro, pero sí en seis o siete años. Y sabiendo lo que se tarda aquí en hacer infraestructuras, hay que empezar ya. Queremos que quede definido y reservado para que el desarrollo urbanístico de Campanillas no se meta ahí.
¿Entonces apuesta por el metro, el cercanías o ambos?
Yo lo que veo es lo siguiente: el Parque con 50.000 personas sin un transporte público de masas es insostenible. Porque la gente puede venir, pero ya hay problemas para aparcar, así que imagina con 20.000 personas más. En el parque actual hay 200 hectáreas para 20.000 personas. Y en la ampliación vamos a meter otras 20.000 en la mitad de espacio: los coches no caben.
El aparcamiento se perfila ahora como el gran problema, una vez aliviados los accesos… ¿qué se está haciendo para solucionarlo?
Acabamos de abrir un nuevo aparcamiento en precario al sur, ya hay otro funcionando en el norte. Pero lo que tenemos que hacer no es abrir aparcamientos, es quitar coches. Y eso sólo se consigue con transporte público de calidad. Cuando esté el carril bus/VAO, en abril o mayo, le voy a pedir al alcalde que amplíe los autobuses no sólo desde el centro de Málaga sino desde la periferia, como se comprometió. Por ejemplo, hace falta una línea desde Ciudad Jardín. Los autobuses van llenos, son un transporte de gran valor. Pero insisto, tenemos que prever el futuro.
¿Habrá viviendas en el Parque?
Sí. Más pronto que tarde. Tenemos ahí una 'due diligence' de la que no podemos hablar pero se está hablando con un promotor para temas muy bonitos alrededor del 'coliving' y para primavera o verano podemos tener excelentes noticias.
¿La carestía de la vivienda está afectando al crecimiento del Parque?
Las personas que vienen de fuera a trabajar necesitan un sitio para vivir. ¿Y dónde se vive ahora en Málaga? Es imposible. El Centro de Málaga ha escupido a la gente fruto de los 'Airbnb' y las historias turísticas. La gente del PTA ha huido a los pueblos: los Alhaurines, Campanillas, Cártama... En Campanillas se están reformando garajes para meter a personas. Es una tensión infinita. Necesitamos viviendas de uso temporal en el PTA para acoger a las personas que vengan de fuera hasta que se espabilen y decidan si se compran una casa o lo que sea.
¿Cómo evolucionan los sueldos? ¿Ya no hay ingenieros mileuristas?
El problema de un ingeniero no es lo que gana cuando empieza a trabajar. Pensar que porque a un ingeniero en prácticas le paguen 500 euros o en su primer contrato 1.000 euros esos son los sueldos de los ingenieros es un error. Los ingenieros ganan bastante dinero en el Parque. Muchos ganan de 40.000 a 50.000 euros, son sueldos excelentes para Málaga. Hemos tenido muy mala imagen por este tema. Pero esto es cuestión de oferta y demanda: la incorporación de nuevas empresas y el crecimiento de las actuales está provocando sí o sí que suban los sueldos. Siempre lo he dicho: el mejor empleo de Málaga está en el Parque y los mayores sueldos de Málaga están en el Parque. Y estoy convencido de que la gente que trabaja en software es la que más dinero va a ganar en los próximos años porque es donde más tensión entre oferta y demanda va a haber.
¿Hay ahora más interrelación entre la ciudad y el Parque, más sinergias? Han estado siempre muy separados
Sí, estaban muy separados. Pero la presencia del Parque está empezando a vertebrar la ciudad; está ayudando al desarrollo de una ciudad cosmopolita. Cada vez hay más empresas que se instalan en la ciudad y eso es fantástico. Nosotros lo que queremos es crear un sistema de innovación, que impregne a la ciudad. Con el fenómeno de la digitalización en las ciudades están surgiendo polos de innovación. Pasa en Madrid, Barcelona, Lisboa, y va a pasar en Málaga, otra cosa es el tiempo que se tarde en hacer edificios de oficinas.
Hay una corriente importante de empresas tecnológicas que reniegan del Parque y prefieren estar en el Centro. ¿Le preocupa?
Hay empresas que se van del Parque a la ciudad y viceversa. ¿El PTA qué ofrece? la capacidad de crecer. En Málaga si tienes 1.000 metros y necesitas 2.000 estás hecho un desgraciado porque no los encuentras. Aquí puedes tener 1.000, 2.000, 3.000 o los que quieras. Eso es un gran valor añadido para muchas empresas. Pero pongamos las cosas en dimensión porque se dice que aquí no se puede aparcar, pero ¿y en el Centro de Málaga? Aquí viene mucha gente a trabajar desde otros municipios, tanto del Guadalhorce como de la costa occidental. ¿Cuánto tardarían en llegar si su oficina estuviera en el Centro?
¿No cree que al PTA le falta capacidad de seducción hacia los emprendedores locales? No se percibe como un entorno amigable para las 'startups'.
Tienes razón: en los últimos años, fruto de la poca sensibilidad para resolver los problemas de movilidad, la peor consecuencia ha sido la pérdida de valor por parte de mucha gente y algunas empresas. Somos conscientes de que el mundo de las 'startups' modernas lo hemos perdido. ¿Cómo vamos a intentar recuperarlas? Con el Limón Verde, que es una aceleradora de proyectos digitales que empezará a funcionar antes del verano en el antiguo Centro de Ciencia y Tecnología. Además, en este sentido de las 'startups' ha sido un alivio el Rayo Verde: la colaboración con la Universidad es muy valiosa y vamos a hacer dos edificios más allí.
«Verme en los tribunales fue una experiencia muy mala: yo soy de los buenos y me metieron con los malos»
¿Le sorprendió que le mantuviera en el cargo el nuevo gobierno de la Junta?
Siempre he dicho que estoy aquí ligero de equipaje, aunque suena a cachondeo porque llevo 30 años. No me hubiera sorprendido que me echaran y tampoco me ha sorprendido quedarme. A mí la gente me conoce: no soy del PSOE, pero aunque lo fuera, esto no va de eso. Yo soy un currante, he puesto mi vida al servicio de un proyecto. ¿Que me echan? Tampoco me habría defraudado, este es un puesto goloso y un cambio de gobierno es propicio a eso. Yo tengo que decir que Rogelio Velasco es el consejero que más interés ha tenido por el Parque y me está ayudando mucho en la captación de inversiones inmobiliarios. Y Elías y Juanma Moreno están muy volcados. Resolvieron en un pispás el problema de movilidad. ¿Que hacen lo que tienen que hacer? Sí, pero lo hacen. Así que en este escenario yo estoy muy cómodo y muy bien.
Entonces, ya se jubilará en el cargo... ¿Cuánto le queda para eso?
Tengo 65 años. ¡Pero jubilarse es un derecho, no una obligación! Mi idea es, y así me lo ha pedido el consejero [Rogelio Velasco], que siga en este proyecto. Mi compromiso es preparar ese crecimiento de los próximos 10 años. Yo me iré, es obvio, tengo conciencia de que esto se acaba. ¿Cuándo? Pues no sé: dentro de un año, dos, o cuatro. Veinte, seguro que ya no. Cuando eres joven no lo piensas, yo ya tengo conciencia de que esto se acaba.
Hubo más runrún sobre su salida hace un par de años con el PSOE que con el PP.
Pues sí, sí, sí. Yo he estado muchos años en la cuerda floja, por una serie de circunstancias. Además, he estado metido en asuntos judiciales. A mí me han podido echar en cualquier momento y no han querido.
Ha mencionado su paso por los tribunales. Estuvo investigado en el caso de los ERE y por las subvenciones al CIBIC y quedó exonerado en ambos. ¿Cómo fue esa experiencia?
Muy mala, muy mala. Yo nunca lo entendí: se lo dije al juez y casi me mata. ¿Por qué estaba yo allí metido? En los ERE, por ir a dos reuniones del consejo rector, que ni me pagaban ni nada. Yo iba porque he sido tan tonto siempre que he trabajado siempre por el servicio a los demás. Lo del CIBIC fue más tremendo porque llegué a ir a juicio y en la última jornada el fiscal me quitó de en medio. Es un tema que afecta mucho a la familia. Y afecta a personas como yo, que siempre he sido de los buenos y de pronto te ves metido con los malos. Y lo llevas como una mochila en la espalda que pesa mucho. Yo tuve una suerte loca y es que la ciudad de Málaga me respetó. El primer día salí a la calle, porque mucha gente se esconde pero yo no, hice el esfuerzo y miré a la gente a los ojos. Y vi el aprecio. Eso me permitió llevarlo mejor, me dio tranquilidad de ánimo. También me di cuenta de que el mundo de la justicia es un mundo muy distinto al mundo real: en mi caso la Justicia actuó como tenía que actuar, pero podía haber salido de otra manera.
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