Un estudio liderado por el Hospital Clínico identifica factores que mejorarán las terapias del cáncer de pulmón más habitual en no fumadores
Los oncólogos han detectado que un grupo de los enfermos tratados con el fármaco osimertinib experimentaba un avance muy rápido de la patología y han identificado las alertas comunes, lo que ayudará a intensificar y personalizar el tratamiento
Oncólogos de ocho hospitales andaluces han impulsado en los últimos meses una investigación muy relevante con relación al cáncer de pulmón más habitual en no ... fumadores, el que presenta una mutación en el gen EGFR. Así, tras seleccionar a un grupo de 225 pacientes tratados con la pastilla osimertinib entre 2017 y 2024, que se aplica desde hace años y supuso en su día un ejemplo de terapia dirigida u oncología de precisión, comprobaron que se daban tres patrones de evolución entre los enfermos (unos que viven más de veinte meses, que son los supervivientes largos; otros que se mantienen estables entre siete y diecinueve meses, los intermedios; y otros cuya enfermedad avanza antes de seis meses o progresores rápidos). De esta manera, se identificaron factores comunes en torno a los diferentes grupos que influyen en la evolución del mal, lo que abre la puerta a mejorar las terapias a aplicar, intensificándolas si es necesario.
El estudio está liderado por el Hospital Clínico Virgen de la Victoria y el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA Plataforma BIONAND) y ha sido presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO 2025), celebrado esta misma semana en Berlín. De esta forma, se ha podido reunir información inédita sobre cómo responden los pacientes al tratamiento estándar con la pastilla osimertinib, que se toma diariamente y que se aplica desde 2008, según el oncólogo médico José Carlos Benítez. «Este estudio es importante para el cáncer de pulmón, el llamado cáncer de célula no pequeña: de estos, un 12% o 15% de los pacientes van a tener esta alteración genética, se da, sobre todo, en no fumadores: jóvenes o mujeres mayores no fumadoras», relata.
Investigación conjunta de los hospitales andaluces
Además del Clínico, participan los hospitales de Torrecárdenas (Almería), San Cecilio y Virgen de las Nieves (Granada), Jaén, Jerez de la Frontera, Puerta del Mar y Puerto Real (Cádiz). El objetivo fue analizar en detalle la evolución de estos pacientes en condiciones reales de práctica clínica, más allá de los ensayos controlados, para entender mejor por qué algunos responden durante más tiempo al tratamiento mientras que otros progresan de forma precoz.
En este sentido, la pastilla supuso un triunfo de la oncología de precisión —o de las llamadas terapias dirigidas—, ya que se trataba de aplicar un inhibidor de la tirosina quinasa. «Es como una llave que encaja en el gen y apaga la activación de la célula: actúa sobre el interruptor que la mantiene activa y lo apaga», explica Benítez.
Estudio revela subgrupos de pacientes con distinta respuesta al tratamiento oral e identifican perfiles
«Hemos tratado de averiguar a qué pacientes se les quedó corto el tratamiento desde 2017 hasta ahora y hemos visto los que van peor y los que van bien. Hay tres subgrupos, a los que les va muy bien, los intermedios y a los que les va mal, porque la enfermedad progresa muy rápida, hemos estudiado sus características y pensamos que aquellos en los que la enfermedad progresó rápidamente quizás necesiten algo más», reflexiona.
El análisis de los datos, agrega la Sociedad Andaluza de Oncología Médica (SAOM), ha permitido detectar varios factores que influyen en esa evolución, como la pérdida importante de peso, la presencia de metástasis en huesos o hígado o niveles bajos de albúmina en sangre, una serie de marcadores o alertas que ayudarán a los médicos a decidir qué pacientes necesitan un tratamiento más intensivo desde el principio.
El doctor Benítez destaca que ya tienen datos de dos tratamientos más intensos para los enfermos de peor pronóstico: combinar la pastilla con la quimioterapia desde el principio o aplicar lazertinib (otro fármaco) más inhibidor de MET (otro medicamento), «tienen más efectos secundarios », subraya, pero que, aplicados a los enfermos de peor evolución estimada analizados los marcadores ya detectados, podrían abrir un horizonte de esperanza.
«El valor de este trabajo está en que refleja la realidad de nuestros hospitales, con pacientes muy diversos y situaciones clínicas que no siempre coinciden con las de los ensayos clínicos», explica el doctor Benítez, que además es investigador del IBIMA Plataforma BIONAND. «Gracias a estos datos, podemos anticipar qué pacientes podrían beneficiarse de estrategias más agresivas y cuáles pueden mantenerse con el tratamiento estándar, evitando efectos secundarios innecesarios», aclara.
Avances en el abordaje del cáncer de pulmón
El estudio se enmarca en un momento de transformación del abordaje terapéutico del cáncer de pulmón con mutación EGFR. En este sentido, investigaciones internacionales, como los ensayos FLAURA2 y MARIPOSA, habían demostrado resultados positivos que impactan en una reducción del riesgo de muerte (del 23-25% de los casos), pero a costa de un mayor riesgo de toxicidad. El hecho de disponer de evidencia del mundo real, como la que ha aportado el grupo andaluz, resulta clave para trasladar la investigación a la práctica diaria y tomar decisiones basadas en la realidad asistencial.
La SAOM destaca el valor de la colaboración interhospitalaria para una oncología basada en la evidencia
«La colaboración entre compañeros de distintos hospitales andaluces demuestra la fuerza de nuestra red pública de investigación y la capacidad de generar conocimiento útil desde la práctica clínica», añade el doctor Jesús Corral, presidente de la SAOM y uno de los investigadores participantes en este ensayo. «Estos resultados son un paso más hacia una medicina personalizada, donde cada decisión se apoya en la evidencia científica y en la experiencia acumulada de nuestros profesionales».
Los autores del estudio destacan que esta colaboración entre profesionales de ocho hospitales del sistema sanitario público andaluz consolida el papel de la comunidad como referente nacional en investigación oncológica. El modelo propuesto en este trabajo no solo mejora la comprensión del cáncer de pulmón con mutación EGFR, sino que también abre la puerta a incorporar nuevos marcadores clínicos y moleculares que ayuden a predecir la evolución de la enfermedad con mayor precisión.
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