Casi seis mil alumnos se han quedado sin poder estudiar FP en los institutos públicos de Málaga

La Formación Profesional, como sucede en la universidad, funciona como distrito único para toda Andalucía, lo que supone que los estudiantes pueden solicitar ciclos para institutos de toda la región. Las plazas se adjudican en función de la nota, aunque desde hace unos años tienen preferencia los que continúan su itinerario formativo (de ESO a grado Medio o de Bachillerato a un grado Superior), lo que penaliza a los que abandonaron los estudios y deciden retomarlos años más tarde.

Por lo que respecta a la FP Básica (para alumnos que no terminan la ESO), el número de puestos ofertados en la provincia ha sido de 1.790. Las solicitudes admitidas han sido 1.481 y se han quedado fuera 331.

Esta alarmante falta de plazas escolares en la FP contrasta con otro dato, el de puestos que han quedado vacantes: 400 en FP Básica; 526 en grado Medio y 240 en grado Superior. Lo que viene a indicar un desajuste de la oferta y la demanda, con ciclos que tienen menos interés para el alumnado.

En el IES Litoral se imparten varios ciclos de la familia de Sanidad. La demanda «es muy alta y cada año tenemos más solicitudes», asegura elvicedirector, Víctor Soto. Para este curso se han quedado en lista de espera cerca de 1.800 solicitudes. Destaca el vicedirector la gran aceptación de los ciclos en Dual: «Los alumnos están muy contentos con este sistema y ese sentir lo van transmitiendo a otros amigos y compañeros».

Para Juan Carlos Amaya, coordinador de la FP Dual en el IES Campanillas, «es una verdadera pena que personas que quieren formarse en esta o en otras familias profesionales, se queden fuera o tengan que recurrir a la formación privada. Esa misma que está creciendo notablemente gracias a la demanda que está generando la FP actualmente». Se refiere a la alta demanda de los ciclos superiores en Desarrollo de Aplicaciones Web y Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma, con más de cien alumnos en lista de espera en cada uno de ellos. El centro solo puede ofrecer 50 plazas entre las dos especialidades. «Hay que apostar por la FP pública, que ofrece formación de muchísima calidad y en igualdad de oportunidades para todos, ampliando líneas en las especialidades más demandadas o reconvirtiendo aquellas que ya no tienen tanta salida en el mercado», apunta.

El IES Jacaranda, en Churriana, se ha especializado en los ciclos de las familias de Hostelería y Turismo e Industrias Alimentarias. Es bien conocida su escuela de cocina y restaurante, que este año por la pandemia no ha podido abrir al público. Según su director, Julián Carpintero, este curso se han quedado más de 200 alumnos sin plaza. Considera necesario aumentar el número de plazas públicas, así como mejorar las instalaciones y crear «proyectos atractivos para enganchar al alumnado». También propone jornadas de puertas abiertas para que los estudiantes en los institutos conozcan la FP: «llevarlos a las empresas a que conozcan todos los entresijos de cada profesión a nivel social, económico, organizativo y administrativo. La coordinación entre instituto y empresa debe ser perfecta», apunta.

Juan Antonio Aguilar, vocal en Andalucía de la asociación FP Empresa y profesor en el IES Romero Esteo, señala que con la gran demanda «los centros se han quedado pequeños, ya no sabemos dónde meter a los alumnos». Considera que este interés es consecuencia de que la FP se ve como «una salida rápida hacia el empleo, y los chavales, como es lógico, apuntan sobre seguro». Advierte no obstante de que aún persisten ciertos prejuicios y una concepción errónea sobre el nivel en la FP: «Algunos alumnos vienen mal orientados, y creen que esto es un paseo, que no tienen que estudiar y fracasan, porque no vienen ni preparados ni motivados».

El IES n.º 1 Universidad Laboral imparte este curso cuatro ciclos de grado Medio y ocho de grado Superior, cinco en turnos de mañana y tarde, por lo que a efectos prácticos serían 17 ciclos. Todos agotan las plazas y también las listas de espera. Su director, Juan Jesús Larrubia, indica que «el largo proceso de adjudicación de plazas» (que se extiende de julio a noviembre) hace que muchos solicitantes desistan, se vayan a un centro privado o a un ciclo que no fue su primera opción, con el consiguiente abandono escolar. Larrubia plantea dos propuestas para incrementar la oferta de plazas: autorizar turnos de mañana y tarde y una apuesta por la enseñanza semipresencial. «Un porcentaje significativo de plazas presenciales están ocupadas actualmente por solicitantes que alternan trabajo y formación. Por lo que el aumento del número de plazas semipresenciales, indirectamente se traduciría en vacantes de plazas presenciales para alumnado más joven», afirma.