Uno de los últimos delfines muertos que apareció en Estepona la semana pasada. sur

Enero, un mes negro para los delfines con 14 varamientos en Málaga

La sucesión de temporales, enganches en redes de pesca y parásitos explican el elevado dato de mortalidad de la especie

Ignacio Lillo

Málaga

Lunes, 31 de enero 2022, 12:13

Se termina uno de los meses más negros que se recuerdan para los delfines en Málaga. En los últimos 30 días se han registrado hasta ... 14 varamientos en playas de la provincia, un número superior a la media. Aunque fluctúa mucho, se contabilizan de 40 a 100 ejemplares al año en la provincia, esto es, de tres a ocho al mes, aunque con grandes picos y meses casi en calma total, según explica José Luis Mons, director del Centro de Recuperación de Especies Marinas Amenazadas (Crema) del Aula del Mar.

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El viernes aparecieron dos, en playas de Estepona y Benalmádena, así como los restos de una tortuga marina. «Esperamos que con el fin del temporal dejarán de llegar, los temporales fuertes y sucesivos como estos castigan mucho a los animales débiles», explica el biólogo marino. Han aparecido individuos de las tres especies habituales en el Mediterráneo: sobre todo comunes y listados, pero también un mular.

En cuanto a las causas de esta elevada mortalidad, no se ha encontrado un factor común. Aunque no se han podido hacer necropsias a todos, ya que algunos estaban muy descompuestos, al menos cinco tenían hemorragias, que pueden ser debidas al propio varamiento o a infecciones previas. Otros tantos habían tenido «interacción con la pesca», por enganches con las redes, y en otros casos estaban muy afectados por parásitos. Por tanto, las causas están repartidas.

A ello, se une la sucesión de varios temporales, que remueven el fondo y hacen aflorar los cadáveres de los animales que llevaban varios días muertos; además de que el oleaje intenso provoca los problemas ya mencionados para los animales débiles o enfermos, que terminan varando en la orilla para poder respirar y fallecen.

Aunque los resultados de las necropsias todavía se están analizando, en principio no parece que haya un patrón común en todos ellos (tales como enfermedades o interacciones con los sónar de los barcos y submarinos militares), que habría supuesto un motivo de alarma mayor.

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