La Dana se ceba con la provincia en una jornada con 20.000 rayos y 160 litros de lluvia torrencial

A la tormenta casi continua, que muchos describían como «una discoteca» por la profusión de fogonazos continuos de luz; se sumó la abundante lluvia y el granizo, que por suerte fue de tamaño menudo (nada que ver con lo ocurrido en El Ejido, en Almería, con bolas del tamaño de huevos), pero muy sonoro al golpear sobre las cubiertas de las viviendas y los techos de los coches. Durante la noche, hasta 20.000 rayos cayeron sobre la provincia, según fuentes de Aemet consultadas por este periódico.

Por primera vez, al menos desde marzo, llovía de verdad sobre la ciudad. El pluviómetro del Centro Meteorológico de Aemet, ubicado en la barriada de El Cónsul, midió casi 45 litros en solo una hora, entre las 4.00 y las 5.00 de la madrugada. A lo largo de la jornada se llegaron a sumar más de 90 l/m2. El colapso de tráfico no tardó en llegar, con calzadas inundadas en numerosos puntos, aunque lo peor se lo llevó, como es habitual, el polígono Guadalhorce y las carreteras de su entorno. Una gran balsa dejó intransitable la calle César Vallejo, en el entorno de la estación del Cercanías (de donde también era muy difícil salir). Un vehículo quedó atrapado dentro de la piscina... Preludio de lo que estaba por llegar.

A las 6.00 de la mañana el temporal quedó instalado sobre el alto Guadalhorce, y ya no paró de llover durante horas. La fuerza con la que bajaba el río en Valle de Abdalajís ya apuntaba a lo que ocurriría poco después en Álora y Pizarra. Las imágenes que llegaban desde la zona eran dantescas. Las trombas de hasta 164 litros por metro cuadrado durante la mañana, medidas por la red Hidrosur en Paredones, dejó decenas de casas, institutos y empresas anegados en Álora y Pizarra, mientras que la misma amenaza pesaba sobre la Estación de Cártama, aunque finalmente este punto tuvo un menor impacto.

La crecida del Guadalhorce, que se desbordó, se llevó flotando aguas abajo una treintena de coches que estaban aparcados cerca del cauce, y que eran de trabajadores de la empresa constructora Leba (filial de Bilba), que tiene su sede en el parque fluvial.

Pero la peor consecuencia fue para una veintena de vecinos y trabajadores, que tuvieron que ser rescatados de los tejados de los edificios. «Esta riada ha superado a las inundaciones del 89, que ya fue grave; hay niveles que son mayores que los de entonces». Así lo aseguró a SUR el alcalde de Álora, Francisco Martínez Subires, que se encontraba en la zona más afectada del municipio para coordinar los trabajos de asistencia a los damnificados. Durante la mañana se activó el Plan de Emergencia y se instaló un puesto de control para coordinar los trabajos, aunque los daños se tendrán que evaluar cuando deje de llover y baje el nivel.

La jornada dejó imágenes impactantes de las labores de los especialistas del Servicio Aéreo de la Guardia Civil, con dos helicópteros (de las dotaciones de Málaga y Granada), junto al Consorcio de Bomberos. Numerosos operativos se desplegaron en la zona y trabajaron a destajo durante toda la mañana para llevar a los vecinos atrapados y a sus mascotas hasta tierra firme. Manuel Marmolejo, vicepresidente de la Diputación Provincial y presidente del Consorcio Provincial de Bomberos, puso de relieve que la ventaja frente al anterior episodio que ocurrió en la misma zona del Guadalhorce es que ha ocurrido de día, y la ocasión anterior fue por la noche. Los principales daños se produjeron en la zona conocida como La Isla, entre el restaurante Los Caballos y la barriada del Puente, en Álora, según su alcalde. Y en el Vado del Álamo, una pedanía próxima a la barriada del Chorro.

El temporal también afectó gravemente a la vecina Pizarra, donde numerosos edificios públicos, tales como los colegios, el tanatorio y el ayuntamiento sufrieron inundaciones de diversa magnitud. Los efectivos también tuvieron que intervenir para sacar a personas atrapadas en varios coches atascados en balsas de agua en parajes como Camino Aneales, Vado Álamos, Isla Hermosa y barriada El Puente y en el río Campanillas. Entre ellos, en Pizarra los Bomberos intervinieron en el rescate de dos personas atrapadas en una caravana en un cortijo. También en Valle de Abdalajís, donde una familia se quedó aislada en una vivienda prefabricada en loma La Parra. Otras personas también tuvieron que ser rescatadas tras quedar atrapadas en la barriada Santa Águeda, en el entorno del río Campanillas.

Pero la jornada todavía dio más de sí, Las trombas de agua y las tormentas eléctricas provocaron el descarrilamiento de un tren de alta velocidad de Renfe a su paso por Álora; retrasos en el aeropuerto y en el Cercanías y daños en infraestructuras viarias. En total, fueron unas 300 las incidencias ocasionadas por el temporal en Málaga, que fueron gestionadas por el Centro de Coordinación de Emergencias (112). A pesar de ello, ninguna persona resultó herida.

En la capital malagueña entró agua en la capilla de Nuestra Señora del Carmen, en la calle Las Navas, y hubo un desprendimiento de laderas en la carretera de los Montes de Málaga. También fue necesario asistir a un centro educativo de la calle Monte de Sancha, y anegaciones parciales de casas, bajos, patios y locales comerciales. Otros municipios afectados fueron Alhaurín de la Torre, Benalmádena, Campillos, Cártama, Casabermeja, Coín, Fuengirola, Marbella, Mijas, Nerja, Ronda, Torremolinos y Torrox.

La cara positiva del balance la pusieron los embalses, sobre todo los del Guadalhorce, Guadalteba y Campanillas, que abastecen a la capital, entre otros municipios. En cuestión de pocas horas, hasta el cierre de esta edición, el aumento de las reservas hídricas fue el mayor desde marzo pasado: nada menos que 20 hectómetros cúbicos más, hasta los 115 (al 18,8% de la capacidad conjunta).