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Los hechos ocurrieron entre 2011 y 2012. SUR
Condenan a prisión a la cabecilla local de una estafa piramidal a nivel mundial

Condenan a prisión a la cabecilla local de una estafa piramidal a nivel mundial

El juez considera probado que la condenada se encargaba de captar dinero a vecinas y compañeras de trabajo prometiendo elevados intereses

Iván Gelibter

Domingo, 8 de abril 2018, 00:36

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Captaba dinero de sus vecinas y compañeras de trabajo prometiendo elevados intereses; que finalmente no se entregaban y las víctimas perdían además el dinero invertido. Así lo ha dictaminado la Sección 9 de la Audiencia Provincial de Málaga, que además condena a la cabecilla local de una estafa piramidal que funcionaba por todo el mundo a dos años y medio de prisión por los delitos de estafa y pertenencia a organización criminal.

Tal como queda acreditado en la sentencia –a la que SUR ha tenido acceso–, desde finales de 2011 y hasta diciembre de 2012 funcionó en Málaga una organización denominada MMM2011 y MMM 2012 (que opera en varios países), «de estructura piramidal y creada y dirigida en su cúspide por personas desconocidas dirigida a captar inversores con la oferta de obtener enormes beneficios con intereses muy por encima de lo habitual en el mercado», se señala en el texto. Así, sostiene el juez que las cantidades captadas de los que se creían inversores iban destinadas al beneficio de diversos miembros de la organización, y no se destinaban a su colocación en valor o mercado alguno. La máxima responsable local de la organización coordinaba estas acciones «con intención de obtener un beneficio ilícito», captando dinero entre miembros de la comunidad rusa y ucraniana de Málaga, «muchas de las cuales se reunían en la plaza de la Marina de esta localidad», añade.

La acusada ha sido condenada a una pena de dos años y medio por estafa y pertenencia a organización criminal

El dinero se recaudaba entre la comunidad rusa y ucraniana, y se abusaba de situaciones «precarias»

Así, se considera probado que la condenada conocía que el dinero no se destinaba a ninguna inversión, a pesar de lo cual no dudó en recaudar diversas cantidades de sus compatriotas prometiéndoles pingues beneficios , «sabiendo que las personas a las que ofrecían tan imaginario negocio sufrían economías muy precarias , recogiendo el dinero y entregándolo a su superior en la organización recibiendo por ello importantes ingresos».

La puesta en escena

En este delito piramidal o en cascada, «los autores realizan una puesta en escena en la que un sujeto a su vez convence a otros para que entreguen cantidades de dinero, siendo irremediable que el capital se pierda definitivamente pues al aumentar las cantidades recibidas, se hacen necesarios mayores ingresos para afrontar el pago de intereses hasta que se dejan de pagar y los autores se apropian definitivamente del dinero así obtenido», explica el juez.

Ésta respondía junto con otras captadoras frente a un nivel superior, y obtuvieron por este método unas cantidades que suman algo menos de 20.000 euros en total. Algunas de las víctimas llegaron a recibir una pequeña parte de los intereses prometidos; mientras que ninguna de ellas pudo recuperar la inversión inicial.

La Audiencia Provincial considera por tanto que los hechos declarados probados son legalmente constitutivos de un delito de «estafa» al consistir la acción en realizar una puesta en escena para conducir a error a otro a consecuencia «de lo cual este o un tercero realiza un acto de disposición en su propio beneficio o en el de un tercero».

Aunque no concurre agravación ya que la cantidad total defraudada por la acusadas a la que se considera responsable en esta resolución no alcanzó los 20.000 euros, también son constitutivos de un delito de pertenencia a organización criminal.

La Sala condena a la acusada por tanto por el delito de estafa a un año de prisión en la medida en que ésta conocía las circunstancias sociales y laborales de sus compatriotas; «precarias , conviviendo en pisos varias de ellas y en condiciones laborales inestables pese a lo cual no dudó en engañar a las mimas y obtener así su dinero», afirma en su escrito el juez.

En lo que se refiere al delito de organización criminal no ha quedado acreditado que la principal acusada ocupara un papel «preponderante» en la organización, «aunque sí muy activo, lo que le reportó al menos más de 12.000 euros de beneficio», por lo que se le condena a 18 meses de prisión, sumando dos años y medio en total.

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