El tapón de las autoescuelas: faltan examinadores y sobran suspensos
Hay 18.000 alumnos pendientes del práctico en Málaga ·
El déficit de funcionarios y una tasa de aprobados de apenas el 25% en primera convocatoria generan un atasco en la provincia que se ha visto agravado por la pandemiaA Belén Maldonado se le ha atascado el carné de conducir desde que en septiembre de 2019 aprobó el teórico. Acaba de salir del sexto intento en el práctico y se muestra moderadamente optimista. El anterior fue en noviembre y ha tenido que esperar hasta marzo para volver a examinarse. Cuatro meses en los que dejó de dar clases hasta la semana previa a modo de recordatorio. Un paréntesis que se viene repitiendo en cada intento. «Lo que consigo avanzar lo pierdo después de tanto tiempo sin practicar, pero en casa no nos podemos permitir estar tantos meses pagando clases sin saber cuándo te va a tocar», se lamenta. No en vano, la sesión de 45 minutos le cuesta 25 euros. Junto a ella, Marta López, una joven universitaria que llevaba desde diciembre esperando fecha para el práctico. Y aun así se puede dar con un canto en los dientes, porque al principio lo tenía previsto para mayo. «Al final me han metido antes, pero no puede ser que tengamos que esperar tanto», se queja.
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Lejos de ser una excepción, ver pasar las hojas del calendario hasta el examen práctico es la tónica habitual en la provincia de Málaga. Actualmente hay cerca de 18.000 alumnos con el teórico aprobado, de los que unos 6.000 están preparados para presentarse al práctico y tienen que aguardar hasta seis meses para que les llegue su turno. Y si suspenden, como sucede a la mayoría, lo habitual es que se les vaya un año.
Las cifras
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300 centros de formación vial hay aproximadamente en la provincia de Málaga, según la Asociación Provincial de Autoescuelas. Tras un parón de casi tres meses por el estado de alarma, las clases teóricas y prácticas se reanudaron en junio del pasado año con estrictas medidas de prevención para minimizar el riesgo de contagio. El protocolo también se mantiene para los exámenes.
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29 examinadores prestan servicio en la provincia de Málaga según la Dirección General de Tráfico (DGT) frente a los 23 de hace dos años, pero muy lejos de los 40 de hace una década. En las próximas semanas está prevista la llegada de otros dos de forma interina. Cada uno hace 12 pruebas del práctico diarias, de lunes a viernes.
Un atasco que es el resultado de una situación que desde hace años vienen padeciendo las 300 autoescuelas malagueñas debido a la falta de examinadores. Ahora son 29 aunque hace dos años eran 23, muy lejos de los 40 de hace más de una década. Un déficit que la Dirección General de Tráfico (DGT) pretende paliar con la incorporación en las próximas semanas de dos funcionarios interinos.
Pero hay otro factor que explica esta situación: la elevada tasa de suspensos, ya que el 75% de los que se presentan a la prueba con el volante no la superan a la primera y, por tanto, vuelven a la lista de espera. Según los últimos datos de la DGT, de las 5.890 pruebas de conducción para el permiso B celebradas en la provincia los pasados meses de enero y febrero sólo 1.415 aspirantes (24%) aprobaron a la primera. Otros 774 (13%) lo hicieron a la segunda; 568 (9,6%) a la tercera o la cuarta, y 176 (3%) después de cinco o más intentos. El 50% restante fueron suspensos.
«Suspendí en noviembre y desde entonces, esperando; lo que avanzas lo pierdes después de tanto tiempo sin practicar»
BELÉN MALDONADO. ALUMNA
«Hacen falta más examinadores o que se reanuden las horas extras del pasado verano para aligerar la lista de espera»
ANTONIO MARTÍN. PRESIDENTE ASOCIACIÓN PROVINCIAL DE AUTOESCUELAS
«La tasa de suspensos no puede ser tan alta. Ya sea por dinero o por cultura, la mayoría de alumnos se prepara poco»
ANTONIO DOBLAS. DELEGADO EN MÁLAGA DE LA ASOCIACIÓN DE EXAMINADORES DE TRÁFICO (ASEXTRA)
«La falta de formación tiene que ver con los alumnos, pero también con la precariedad laboral del profesorado»
LOURDES ANTÓN PÉREZ. PRESIDENTA SINDICATO DE TRABAJADORES DE AUTOESCUELAS DEL SUR (SITAES)
Si este tapón ya era crónico, la pandemia se ha encargado de agravarlo tanto por los tres meses de cierre durante el confinamiento como por las restricciones y los protocolos de seguridad. Y también por las bajas y los aislamientos preventivos que también han sufrido examinadores, profesores y alumnos. «Aprobé el teórico en noviembre y aún no he empezado las prácticas porque tengo a mucha gente delante», expone José Manuel Herrera, un joven malagueño que necesita el carné para intentar abrirse nuevas puertas al mercado laboral como conductor. En este sentido, conviene precisar que una vez aprobado el teórico el aspirante tiene dos años de margen para sacarse el práctico. Si pasado ese plazo no lo hubiera conseguido, deberá examinarse de nuevo del teórico.
En los centros de formación responsabilizan del atasco a la Dirección General de Tráfico (DGT). «Hacen falta más examinadores, porque aunque ahora son una treintena, entre bajas y demás cuestiones siempre son menos. También es necesario que se reanuden las horas extras que se implantaron el pasado verano para aligerar la lista de espera», asegura el presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas, Antonio Martín.
Protocolo de prevención por el Covid-19
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Desinfección continua y un alumno por examen. Como en cualquier otro ámbito, la pandemia también ha trastocado el día a día en las autoescuelas. Tras casi tres meses de parón, las clases teóricas y prácticas se reanudaron a comienzos de junio y, al igual que los exámenes, se desarrollan con estrictas medidas de prevención para evitar contagios de Covid-19. Tanto en las aulas de los centros de formación vial como en las instalaciones de Tráfico donde se desarrollan las pruebas teóricas (Málaga, Marbella, Antequera y Ronda), las salas tienen aforo limitado. En cuanto al práctico, sólo puedo ir un alumno por prueba, además del profesor en el asiento del copiloto y del examinador, detrás. Todos deben llevar guantes y mascarillas, y en cada cambio la autoescuela es la responsable de limpiar y desinfectar las zonas sensibles del coche como el volante o la caja de cambios.
Los examinadores no escurren el bulto y reconocen el tapón existente, pero recuerdan que en los dos últimos años se han incorporado nuevos funcionarios y que pese al mayor tiempo por alumno que requieren los protocolos de prevención por el Covid-19 (sólo un alumno por prueba, desinfección del vehículo cada cambio,…) siguen examinando a 12 aspirantes cada jornada. «Si antes duraban 15 minutos, ahora son 25, y ese tiempo lo hemos asumido nosotros porque la situación está como está. El problema es que la pelota ya era grande y se ha complicado aún más por los tres meses de parón», comenta el delegado de la Asociación de Examinadores de Tráfico (Asextra), Antonio Doblas, para quien buena parte del problema se debe a la falta de preparación de los alumnos. «La tasa de suspensos es muy alta, lo que significa que diariamente hay muchos exámenes que se tienen que volver a repetir, así que elevar el índice de aptos es tan importante como añadir examinadores. Ya sea por dinero o por cultura, la mayoría de alumnos se prepara poco y eso revierte en una mayor acumulación de expedientes abiertos», argumenta Doblas.
Formación de calidad
Los otros agentes implicados en el asunto son los profesores. «Es cierto que faltan examinadores, pero también una formación adecuada. Y eso tiene que ver con los alumnos, pero también con la precariedad en el sector porque hay muchos compañeros que cobran por cada clase que dan y para llegar a fin de mes tienen que trabajar 12 y 13 horas diarias, así que al final de la jornada la calidad de la formación baja», advierte la presidenta del Sindicato de Trabajadores de Autoescuelas del Sur (Sitaes), Lourdes Antón Pérez, quien más allá de las condiciones laborales de los profesores también pone el acento en la necesidad de cambiar el mensaje de que sacarse el carné es un mero trámite cuando se trata de seguridad vial. «Los propios alumnos también son responsables de este atasco porque dan diez clases y se presentan a probar suerte y la mayoría suspende. Entendemos el factor económico, pero hay que decirles que no se trata de ir preparados para aprobar, sino para circular solos por la vía pública sin crear peligro», remarca.
Y, «sin generalizar», desde Sitaes también denuncian que «algunas autoescuelas viven de las tramitaciones, lanzando ofertas por debajo de coste para atraer alumnos y dándoles una formación mediocre para que se presenten y suspendan y así seguir cobrando más clases y tramitando más exámenes». Por tanto, lo que plantean los representantes de los profesores es un cambio en la forma de trabajar en la que se prime la calidad en la formación.
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