Atención alérgicos al olivo en Málaga: avisan de la fecha en la que se espera la eclosión de polen

El mapa dinámico de niveles de polen en el aire que facilita la Universidad de Córdoba, nodo central de la Red Española de Aerobiología, muestra una evolución brusca en una sola semana con respecto a la floración del olivo. De estar en nivel verde, bajo, estos días, a dispararse a rojo de manera generalizada, sin paso intermedio y, además, de manera amplia por todo el territorio andaluz. El punto de inflexión son los últimos días de abril y primeros de mayo.

Toda la provincia de Málaga entra en este umbral de nivel alto, a excepción de una estrecha franja de terreno que, desde Manilva a la Serranía de Ronda traza, la línea imaginaria de la frontera con la vecina Cádiz. En esta zona, las concentraciones colorean el mapa en amarillo; esto es, niveles moderados de polen en suspensión.

Cabe recordar que la alergia al olivo es una de las más frecuentes en Málaga. De hecho, es la más prevalente. Y ha sustituido a las anteriores 'estrellas' de la generación de histamina, los ácaros del polvo. Al ser partículas muy finas (apenas 18-25 micras) son fácilmente transportadas por el viento. Incluso lejos, lo que incrementa su presencia en ciudades como Málaga.

Antonio Picornell es doctor y trabaja en el Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de Málaga, también asociado a la red citada. «Sí, es normal esta eclosión. Depende mucho del viento que domine y las temperaturas. A veces entra levante y 'lava' la atmósfera, dado que el viento que entra en la ciudad viene del mar y no coge polen. Sin embargo, si cambia el viento y empieza a entrar del interior, trae todo el polen que van liberando los olivos», explica.

Del mismo modo, alude a la humedad relativa como otro condicionante añadido: «Si la humedad relativa es alta, el polen tiende a aglutinarse y precipita, lo que disminuye las concentraciones en el aire», apunta.

Otro factor bien conocido es que la contaminación atmosférica empeora los síntomas al producir una mayor capacidad para producir alergia por irritar las vías respiratorias y mucosas.

Las claves para combatir esta alergia varían en función de la ubicación de la persona alérgica, de su actividad y de la severidad de los síntomas, que van desde la conjuntivitis, rinitis, picores, cansancio hasta, en algunos casos, asma. Lavados nasales, gotas oculares, antihistamínicos, mascarillas, cierre de ventanas, mascarillas, búsqueda de la línea de costa, evitar el deporte al aire libre... El arsenal es amplio, pero sólo hay una medida eficaz a largo plazo: la inmunoterapia, las vacunas.

Siguiendo la experiencia de otras temporadas, los pólenes empezarán a decaer a finales de mayo pero todavía estarán activos en junio. Mayo es tradicionalmente un mes adverso para los alérgicos al polen de olivo.

La eclosión afectará de lleno también a las provincias de Jaén, Córdoba, Granada, Sevilla y a la zona más occidental de Almería.

Pero, ¿qué pasa con otros pólenes? El plátano, el plantago, las amarantáceas, las gramíneas, el aliso, el avellano, la casuarina y el abedul están en niveles bajos o muy bajos. En niveles moderados se encuentran estos días los pólenes de urticáceas y ciprés (éste último, ya en retroceso). En niveles moderados con picos altos en zonas concretas están la urtica membrenacea.

Según la citada web de la UCO, el grado de alergenicidad de este polen es de 5, junto con el plátano de sombra, abedul y gramíneas, el más alto. Por contra, con un 3, se sitúan el aliso, las amarantáceas, el avellano, la casuarina y el plantago.