Antonio Luque insiste en que con agua no habría paro y se evita el éxodo rural
El presidente de Dcoop pide a los políticos que adopten una visión a largo plazo e impulsen infraestructuras hídricas en la provincia
La provincia de Málaga sigue anclada en la sequía. Las lluvias otoñales y las precipitaciones de diciembre no han sido suficientes para aliviar la situación ... dramática que vive el campo. Con cada día que pasa, la situación se hace más preocupante y el sector de la agricultura ya está siendo un reflejo del impacto que todo esto supone. Cosechas cortas se dan la mano con cosechas venideras aún más cortas y la escasez hídrica ya proyecta graves amenazas para las campañas que corresponden a la temporada 2023-2024. Si hay alguien en Málaga que entiende de campo es Antonio Luque, el presidente de Dcoop, la cooperativa de aceite más grande del mundo. Hijo y nieto de olivareros, lleva muchos años advirtiendo de los riesgos de un cambio estructural en la situación climatológica si ésta no viene acompañada de infraestructuras hídricas que compensen la falta de agua. Una realidad a la que se ha llegado en estos momentos, según confirmó Luque este jueves en 'La Alameda', el programa que producen 101TV y SUR, y que presenta el director de este periódico, Manolo Castillo. La intervención del presidente de Dcoop fue un monográfico en torno al agua y dejó reflexiones de sumo calado, como las que hizo respecto al campo como potencial fuente de empleo si no hubiera esa escasez de agua: «Sigo diciendo de forma contundente que, con agua, no habría paro en Andalucía».
El presidente de Dcoop se volvió a mostrar convencido de que con una gestión política adecuada se le podría poner freno al paro estructural que sufre la región. No se quedó en esta idea. Luque también aseguró que una política de agua adecuada es la llave para «anclar a la población en los municipios rurales y evitar la despoblación».
No es la primera vez que el presidente de Dcoop habla del agua como solución definitiva al desempleo. Para él, según resaltó, no es una creencia sino una certeza. «Cuando escucho a los políticos decir que lo que puede frenar el crecimiento económico es la sequía, ese pensamiento se consolida», explicó. Además, Luque aseguró que sin escasez de agua la situación social sería mejor y Andalucía tendría la capacidad de «generar los alimentos a un precio más competitivo».
En este contexto, Luque apeló a los políticos a adoptar una visión a largo plazo. «El principal problema de las infraestructuras hídricas es que tardan diez o quince años en realizarse», apuntó. Un tiempo que contrasta con medidas más efectistas, que necesitan menos tiempo, y que igualmente quedan bien para la promoción ante el votante. Luque se mostró consciente de ello, pero insistió en que «el político que sea capaz de solucionar el problema del agua será el político mejor recordado en los próximos 200 años».
Pedagogía
La campaña del olivar de este año debe ser, según Luque, una señal de alarma definitiva. «Será muy corta», adelantó y, acto seguido, ofreció algunas claves para mejorar la gestión del agua. Para empezar, Luque apeló a un gran pacto de Estado y en «hacer pedagogía». «Hay que cambiar el discurso. A lo mejor, a un vecino del Ebro no hay que hablarle de trasvases sino que hay que decirle que se va a evitar que se le inunde la cochera cada año», explicó.
Por otra parte, Luque también pidió abandonar estigmas sin fundamento y destacó que los pantanos deben ser infraestructuras a contemplar como alternativas para poner fin a la sequía. «Nuestras administraciones se tienen que poner de acuerdo», insistió en que el debate del agua se debe sacar de la batalla política.
Preguntado por infraestructuras deseadas, destacó una desaladora para la Axarquía y herramientas hídricas que «eviten que se tire el agua al mar». Un factor diferencial, según Luque, que impulsaría a Málaga.
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