María Salas (segunda por la izquierda) cree que el sindicato nace con una vocación específica.

«En España los sindicatos tienen ideología política y es un error»

María Salas, profesora de Derecho del Trabajo de la Universidad de Málaga. La experta aboga por un nuevo escenario de relaciones laborales «que supere la lucha de clases» porque «trabajador y empresario están obligados a cooperar»

Nuria Triguero

Domingo, 31 de enero 2016, 00:35

«Las relaciones laborales en España necesitan de una madurez que aún no han conseguido: ni por parte de los sindicatos ni de las patronales». ... Como profesora titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad de Málaga, María Salas transmite a las nuevas generaciones una visión del mercado laboral en la que trabajadores y empresarios no son enemigos.

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Según los estudios del CIS, la valoración de los sindicatos por parte de la ciudadanía ha caído prácticamente a la mitad en diez años (la nota media ha pasado del 4,5 al 2,6). ¿A qué cree que se debe?

Por un lado es un fenómeno que no puede desligarse de la crisis y el aumento del desempleo. Pero los sindicatos han perdido apoyo ciudadano no sólo en España, sino a nivel internacional. Y el origen, a mi juicio, es que siguen pensando en un estándar de trabajador que ya ha cambiado. Ya no es el varón de 40 años que trabaja con horario de 9 a 5. En la medida en que el sindicato no cambie su visión del trabajador, es normal que éste plantee esas mociones de censura. Porque son los sindicatos los que tienen que adaptarse a las necesidades de los trabajadores, y no al revés. Luego en España hay otro problema que quizá siente mal que lo diga, pero lo voy a decir: el sindicato se caracteriza por su ideología política, y eso es un error. En Alemania o el Reino Unido, que son países de sindicalización fuerte, estas organizaciones no responden a ideologías, sino a los diferentes sectores. En cambio en España y otros países de sindicalización débil, están muy ideologizadas.

¿Por qué afirma que es un error que los sindicatos estén alineados con opciones políticas?

Para empezar porque si algo necesita el trabajador para defender sus intereses con eficacia es la unión. Y esa unión no existe desde el momento en que un trabajador que no comulgue con planteamientos de izquierda no se identifica con los sindicatos mayoritarios. Además, ¿qué ocurre cuando el partido en el gobierno es de la misma línea que los sindicatos?

Usted plantea entonces que los sindicatos se conviertan en organizaciones puramente profesionales...

Es que el sindicato nace con una vocación específica: representar los intereses del trabajador, hacerle ganar valor, no sólo defenderlo contra algo. Este cambio de óptica es importante para que la sociedad deje de ver que hay un enemigo del trabajador, que es el empresario. Es verdad que sus intereses son distintos, pero no tienen por qué ser contradictorios.

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¿Cómo han afectado las reformas laborales al papel de los sindicatos?

Es cierto que la negociación colectiva se ha reducido al ámbito de empresa. ¿Y qué pasa en España? Que tenemos un tejido empresarial donde domina la pequeña y la microempresa, donde no se va a poder negociar un convenio. Por ahí viene la limitación de capacidades. En lo que no entro es en si eso se ha hecho para debilitar a los sindicatos o porque así se puede responder con más rapidez a las circunstancias de cada empresa.

En este nuevo escenario, ¿en qué prioridades deberían centrarse los sindicatos?

En primer lugar, en eliminar las barreras ideológicas. En segundo lugar, en empezar a ver la relación laboral como una relación humana de producción, superando la concepción marxista de que el empleado tiene que luchar contra el empresario. Son partes obligadas a cooperar. Para conseguir la democracia en las relaciones laborales, los sindicatos tienen que romper con esa concepción. También deberían trabajar para fomentar la gestión coordinada de las empresas, como se hace en Alemania, donde los trabajadores están integrados en los órganos de decisión de las compañías. En España al trabajador se le llama para que participe de las pérdidas, pero no de las ganancias.

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Habla de que los sindicatos están anclados en el pasado, pero ¿y la patronal?

La patronal es otro de los grandes problemas. Tiene que perder la visión dividida de la sociedad y aprender que la empresa también es del trabajador. En el sistema de relaciones laborales español hace falta una madurez que no hemos conseguido aún.

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