Los alumnos del plan contra la exclusión de la Junta no reciben aún los desayunos y meriendas

«Deberían tener en cuenta que para muchos de estos niños la merienda que se les entrega en el colegio es también su cena y tal vez la de toda su familia», argumenta el responsable de un centro escolar, que dice recibir cada día numerosas quejas y preguntas de los padres sobre este servicio. Lo mismo ocurre en otros muchos colegios de la provincia, principalmente en aquellos de las zonas más deprimidas, donde buena parte de los alumnos están en riesgo de exclusión social.

Desde la Delegación provincial de Educación explicaron ayer que los desayunos y las meriendas comenzarán a entregarse «una vez que concluya el proceso de ratificación del alumnado beneficiario por parte de los servicios sociales comunitarios». Entonces, el ente público de Infraestructuras y Servicios Educativos (ISE) procederá a enviar el suministro que corresponda a cada centro.

Sin fecha concreta

En cualquier caso, no ofrecieron ninguna fecha concreta para la puesta en marcha del plan este curso y argumentaron que en la normativa no se establece ningún límite al respecto y que durante este tiempo los colegios trabajan con sus propios recursos. Asimismo, insistieron en que el alumno beneficiario del decreto contra la exclusión «está recibiendo la comida principal desde principios de curso». Respecto al número de niños que podrán recibir las tres comidas este curso, dijeron no disponer de datos concretos, ya que estos dependerán de los informes de los servicios sociales comunitarios.

El pasado curso se beneficiaron unos 5.000 escolares de toda la provincia. Durante los meses de julio y agosto once colegios mantuvieron las tres comidas al día para un millar de niños en riesgo de exclusión social. Centros en los que llevan casi un mes sin ofrecer este servicio a pesar de que la situación de las familias no ha variado. «Los estudiantes nos dicen que no cenan nada y cuando les damos aquí el desayuno lo devoran», cuenta el director de este colegio, que utiliza recursos propios para poder dar un vaso de leche y un bocadillo al comienzo de clase. «Si el comedor funciona desde el primer día, ¿por que los desayunos y las meriendas no?», se pregunta.