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Los King, con su hijo, de cinco años
El juez pone en libertad a los padres del menor británico con un tumor

El juez pone en libertad a los padres del menor británico con un tumor

El magistrado tomó la decisión después de que la Fiscalía de Reino Unido retirase la orden de arresto que emitió contra los progenitores

Alvaro Frías

Martes, 2 de septiembre 2014, 20:14

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En libertad. Así es como se encuentran Brett King y su esposa Naghemeh King, los padres de Ashya, el niño de cinco años afectado por un tumor cerebral que fue sacado sin consentimiento médico de un hospital británico; después de que la Audiencia Nacional ordenase a última hora de la tarde de ayer que ambos abandonasen la cárcel madrileña de Soto del Real, en la que permanecían desde el pasado lunes.

Sobre las 20.00 horas, el magistrado de guardia de la Audiencia Nacional Fernando Andreu tomó la decisión después de que el Reino Unido retirase la Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE) que emitió contra ellos. Ante el desestimiento de las autoridades británicas, Andreu acordó la inmediata puesta en libertad de los padres y no quiso esperar hasta hoy, que era cuando los progenitores estaban citados para que se resolviese sobre su situación.

A su salida de la prisión, Brett King agradecía a las autoridades españolas y británicas las gestiones realizadas para su puesta en libertad. A las puertas de la cárcel eran esperados por familiares en un automóvil que se disponían a trasladarlos a Sevilla, desde donde está previsto que viajen a Málaga.

La decisión del magistrado se dio a conocer tras una intensa jornada, que arrancó con una noticia positiva para los padres del pequeño, ambos testigos de Jehová. La Fiscalía británica informaba por la mañana de que iba a proceder a efectuar «una revisión inmediata» sobre el caso después de haberse obtenido «nuevas pruebas» en relación a la acusaciones que realizaron contra ellos.

En concreto, las autoridades británicas emitieron una OEDE contra los padres del pequeño por un supuesto delito de crueldad contra una persona menor de 16 años, que está contemplado en la legislación del Reino Unido, después de que éstos se marchasen del hospital con su hijo. Así, abrieron un proceso que acabó con el arresto de los padres en un hostal de Benajarafe por parte de la Policía Nacional y su ingreso en la prisión de Soto del Real por un periodo máximo de 72 horas, después de que el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno estableciese este espacio de tiempo para estudiar unos documentos y solicitar un informe sobre el estado de salud del niño.

Tras el mediodía, la Fiscalía británica ya emitió un comunicado en el que informaba de la retirada de la orden de detención y aseguraban que no se emprenderán más medidas legales contra los progenitores. Horas antes, el propio primer ministro británico, David Cameron, y el viceprimer ministro, Nick Clegg, se mostraron a favor públicamente de que los padres pudieran reencontrarse con su hijo, después de que el Gobierno de Reino Unido recibiese una petición de casi 100.000 personas para que se anulase el proceso de extradición abierto contra los King.

Por su parte, en España, la Fiscalía de la Audiencia Nacional también veía con buenos ojos que se dejase en libertad a los padres del pequeño. Según indicaron las fuentes consultadas, el departamento dirigido por Javier Zaragoza consideraba que no existían razones para mantener a los padres del menor en prisión.

Precisamente, para que la Fiscalía española adoptase esta postura jugó un papel relevante el informe que el juez Ismael Moreno solicitó al Hospital Materno Infantil de Málaga, en el que permanece ingresado el pequeño desde que sus padres fueran detenidos en Benajarafe. Clave también para la decisión de Andreu de ordenar la puesta en libertad, de este documento se desprende que no hay indicios de que se haya producido una desatención del niño ni de que sus progenitores se opongan a su tratamiento médico, según aseveraron las fuentes consultadas.

Tratamiento alternativo

Desde un primer momento, el abogado de los padres, Juan Isidro Fernández, insistió en que este caso no está relacionado con la cuestión religiosa. En este sentido, manifestó que los progenitores explicaron al juez que su intención al trasladarse a Málaga era la de vender un piso de su propiedad para poder pagar a su hijo un tratamiento alternativo a la quimioterapia.

Se trata de un tratamiento denominado protonterapia, que no se ofrece en el Reino Unido y sí en países como Estados Unidos o República Checa. Las fuentes sanitarias consultadas señalaron que este método tiene el mismo efecto que la quimioterapia contra el cáncer, pero cuenta con menos efectos secundarios.

Asimismo, el letrado anunció ayer que interpondrá una querella contra el hospital británico en el que estaba ingresado el pequeño. «Actuaremos con todas nuestras fuerzas tanto a nivel jurídico en Gran Bretaña como del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, para que se diriman todas las responsabilidades por el trato cruel, inhumano y degradante» al que se han visto sometidos los padres, aseguró Fernández.

El abogado dijo sobre el asunto que es de «una crueldad que sobrepasa los límites del derecho internacional. Fernández Precisó que se han causado «gravísimos daños morales a la familia», al apartar a los padres de un niño que requiere cuidados permanentes.

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