La Virgen del Rocío recorre la Victoria y se reencuentra con sus devotos por Pentecostés

Ayer las calles presentaban un perfecto aspecto, engalanadas con farolillos y banderas para aguardar la llegada de la Virgen. Pasadas las 18.30 horas, las puertas se abrieron y el cortejo comenzó a salir de forma ordenada. La Escuela de Música de la Cofradía del Rocío fue la banda encargada de entonar las marchas tanto a la salida como en el encierro de la Virgen. Justo en su salida, a causa del viento, la mantilla quedó enganchada en su halo de coronación, problema que fue rápidamente solventado. A su llegada a la calle Alonso Benítez, el alzacable desprendió unos farolillos que cayeron sobre la Virgen pero que también fueron rápidamente retirados.

La Banda de la Esperanza fue la que acompañó musicalmente al Rocío, recuperando la marcha 'Novia de Málaga' de Gabriel Robles. La Virgen lucía espléndida con un exorno floral compuesto de rosas, orquídeas, nardos, delfinium lisianthus, rosas pitiminí, alhelíes y peonías.

Especialmente emotiva fue la tradicional petalada en la calle Alonso Benítez o en la calle Lagunillas a los sones de 'Ros Coeli Regina Mundi'. La Virgen del Rocío cruzó el Jardín de los Monos tras recibir una intensa lluvia de arroz. Poco a poco, la luz de las velas iluminaban el rostro de la Virgen, que avanzaba recreándose por las calles próximas a su Casa Hermandad mientras sus fieles devotos aplaudían a su paso.