Una veintena de flamencos hace escala en la playa de La Misericordia de camino a Fuente de Piedra
Se trata de varias parejas de ejemplares adultos, y es poco habitual verlos descansar tan cerca de zonas habitadas, aunque suelen hacerlo en la cercana desembocadura del Guadalhorce
El estado de confinamiento en el que vive la ciudad sigue dejando imágenes que hablan de la vuelta de la fauna a los espacios habitualmente ... ocupados por las personas. En este caso ha ocurrido en la playa de La Misericordia, donde estos días se ha podido ver y fotografiar desde los balcones cercanos a una veintena de ejemplares adultos de flamenco rosa, a los que es extraordinario llegar a ver tan cerca de zonas habitadas, aunque sí suelen hacerlo en la cercana desembocadura del Guadalhorce.
Después de que varios vídeos e imágenes se hayan hecho virales a través de las redes sociales, Antonio Román Muñoz, profesor de Biología de la UMA y ornitólogo, confirma su presencia durante algunas horas en este punto de la capital. «Es muy raro que estén posados en el rebalaje, yo sólo lo he visto una vez en Mauritania antes que esta; pero sí es muy frecuente verlos volar en paralelo a la costa de la ciudad».
El experto explica que este grupo, formado por una decena de parejas adultas ya formadas, puede provenir desde Túnez o de los humedales de Larache, en el norte de Marruecos, desde donde estos días vuelan cientos de flamencos de camino a la laguna de Fuente de Piedra. «Debían estar cansados después de hasta seis a ocho horas volando de forma ininterrumpida, y han parado en el primer lugar en tierra firme que pueden». Sobre la elección de este punto, dice que se debe a que estos días no hay personas ni perros ni ruido de coches, incluso la iluminación los ahuyenta, «pero ahora la playa está desierta, no hay coches ni ruidos».
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Los flamencos suelen llegar a la Bahía de Málaga para hacer escala y de noche vuelan a la laguna donde crían. «Si hubiera menos ruido la ciudad sería una escala habitual», añade, y destaca que es muy frecuente escucharlos volar de noche en zonas como Campanillas y El Atabal. Estos días miles de ejemplares sobrevuelan Málaga capital en su migración para criar en Fuente de Piedra, hasta donde llegan ya emparejados desde África, y siempre mantienen la misma, con una esperanza de vida inusualmente elevada entre las aves, de unos 40 años, y hasta 50 en algunos casos.
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