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Algunos de los vecinos desalojados por el mal estado de un pilar permanecen frente al edificio, situado en la zona de Intelhorce. SUR
Los vecinos desalojados por riesgo de derrumbe en Intelhorce: «Anoche fue una pesadilla, pero ya vemos algo de luz»

Los vecinos desalojados por riesgo de derrumbe en Intelhorce: «Anoche fue una pesadilla, pero ya vemos algo de luz»

Los efectivos de bomberos consideraron que la evacuación de los residentes era la mejor decisión tras observar el mal estado en el que se encuentran los pilares del bloque

Jueves, 1 de febrero 2018, 01:27

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La noche del pasado martes se convirtió en «una auténtica pesadilla» para los vecinos del bloque de viviendas situado en el número 16 de la calle José María Jacquard, en Intelhorce. «Pensábamos que el edificio se iba a caer en cualquier momento y que íbamos a perderlo todo», aseguraba Conchi Román, una de las personas que fue desalojada después de que los efectivos de Bomberos consideraran que podría existir riesgo de derrumbe.

Alicia Cordero, otra de las vecinas, se encontró con la escena cuando llegaba a casa después de trabajar. «Todo el mundo estaba muy nervioso porque no sabíamos lo que iba a pasar, de hecho tuvo que venir hasta una ambulancia para atender a uno de los vecinos», apuntaba ayer mientras aguardaba su turno a las puertas del bloque para poder entrar a recoger algunas de sus pertenencias.

Y es que los vecinos tuvieron que salir con lo puesto. «Te vas de tu casa con una bolsa de plástico con casi nada, dejando atrás toda tu vida. Yo compré esta casa hace unos años y no sabía si me iba a quedar en la calle porque se podía venir abajo», manifestaba Conchi Román.

Aunque durante la noche fueron pocos los que pudieron dormir alguna hora debido a la intranquilidad, durante la jornada de ayer los ánimos eran otros. Tras la visita de los operarios de Urbanismo y de que el concejal Francisco Pomares les explicase que podrían regresar a sus casas en 24 o 48 horas, los vecinos se quedaron más tranquilos.

Ahora solo esperan que los trabajos para apuntalar el edificio por seguridad se acometan con rapidez y poder, de esta forma, regresar a sus viviendas. «Lo único que queremos es volver a casa».

Así fue el desalojo

Medio centenar de vecinos de la barriada de Intelhorce tuvieron que ser desalojados en la noche del pasado martes de sus casas ante el mal estado en el que se encuentran los pilares del edificio en el que residen. Aunque en un primer momento se sopesó el hecho de que existiera riesgo de derrumbe, el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de la capital, Francisco Pomares, informó ayer de que esta posibilidad está descartada.

Todo comenzó sobre las 20.30 horas, cuando el Real Cuerpo de Bomberos de Málaga recibió una llamada de los vecinos alertando de la aparición de unas grietas de gran tamaño en los pilares del bloque, situado en el número 16 de la calle José María Jacquard. El presidente de la comunidad de vecinos, Alberto Gil Ramos, explicó a este periódico que tomaron la decisión de alertar a los efectivos de emergencias tras una recomendación de un arquitecto.

Fue al bajar con un operario para trabajar en un bajante cuando se dieron cuenta de la situación de los pilares. Sobre todo uno, que se encontraba aparentemente en muy mal estado, por lo que, tras asesorarse, acabaron llamando a los bomberos, según apuntó Gil.

Tras recibir la alerta, la sala de coordinación del centro municipal de emergencias movilizó varias dotaciones y también a efectivos de la Policía Local de Málaga. Los técnicos de Bomberos constataron que, efectivamente, la situación podía afectar gravemente la estabilidad de la estructura y consideraron que podría existir peligro de derrumbe, de ahí que se ordenara el desalojo preventivo de los residentes.

A partir de ese momento, sobre las 22.00 horas, se coordinó un amplio operativo para, en primer lugar, sacar a todos los vecinos de sus casas, acordonar debidamente la zona por si el edificio se venía abajo y reubicar a las familias.

Para ello, se avisó a funcionarios del área de Derechos Sociales del Ayuntamiento, que se encargó de buscar alojamiento temporal a las familias que viven en el inmueble afectado. Después, se dejó un retén de Policía Local en la zona para vigilar que nadie invadiera el perímetro de seguridad trazado en torno al edificio.

En la mañana de ayer fueron los funcionarios de Urbanismo los que se desplazaron hasta la zona. En concreto, los miembros del departamento de Conservación, que revisaron los pilares del bloque de viviendas.

Policías, bomberos y vecinos durante la noche de los hechos.
Policías, bomberos y vecinos durante la noche de los hechos. SUR

El responsable de Urbanismo, que acudió a la calle José María Jacquard acompañado por la edil del distrito, Teresa Porras, precisó que los operarios certificaron que hay algún pilar dañado por humedades, por lo que los vecinos, a través del seguro de la comunidad, han contratado a una empresa que actuará para apuntalar con seguridad el inmueble, y reparar posteriormente los pilares. El concejal aseguró que, una vez se apuntale, los vecinos podrán volver a sus casas. En este sentido, debido a la dificultad de los trabajos por el poco espacio del que disponen los operarios para trabajar, Pomares estimó que el regreso podría hacerse a lo largo de la jornada de hoy o de mañana.

Además, el edil envió un mensaje de tranquilidad a los vecinos, insistiendo en que el edificio no tiene tanto daño como parecía. Pese a la antigüedad del bloque de viviendas, que se levantó hace unos 50 años, manifestó que la construcción se hizo bien en su época, por lo que el bloque «no presenta daños estructurales de ningún tipo».

Revisión de inmuebles

Por otro lado, Pomares recordó que el Consistorio de la capital recomienda a las comunidades de vecinos que revisen los edificios. «Los inmuebles con cierta edad tienen que ser cuidados y revisados y hay que llamar a profesionales que los vean desde arriba hasta los pilares», añadió.

Al respecto, aseguró que en el edificio desalojado no se ha intervenido desde hace unos diez años, cuando los vecinos arreglaron los pilares: «En ese tiempo parece que ha habido humedades, ha debido de existir filtración; y eso es lo que ha provocado el daño». Mientras se realizan los trabajos para apuntalar el edificio, los vecinos pueden ir entrando en pequeños grupos para coger sus pertenencias. Finalmente, Porras indicó: «Hay que estudiar la patología, solucionar el problema y cuanto antes puedan volver a sus casas, que creo que es una de las cosas que ellos quieren, volver cuanto antes, pero con seguridad».

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