La supervivencia al linfoma en Málaga supera el 80% por la detección precoz y las nuevas terapias celulares
El Hospital Regional es referencia en el tratamiento de estos tumores gracias a su circuito de diagnóstico rápido y a la aplicación de técnicas punteras
La supervivencia a cinco años frente los linfomas en Málaga supera el 80%, mientras que hace un lustro se situaba a un 70% y hace ... una década, entre el 50% y el 60%, según las estimaciones del coordinador del Área de Linfomas del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Regional Universitario de Málaga, Manuel Espeso de Haro. Ello se debe a la detección precoz, al escaso tiempo que pasa hasta que comienza el tratamiento y la irrupción, en los últimos años, de nuevas terapias celulares, de trasplantes autólogos y alogénicos y de anticuerpos monoclonales biespecíficos (nuevos fármacos), abordajes en las que el centro malagueño es absoluta referencia.
De cualquier forma, cabe recordar que dentro de los linfomas hay dos grandes grupos, los de Hodgkin y no Hodgkin, y dentro de estos, pueden reconocerse en torno a 60 tipos de tumores, unos más agresivos que otros y, por tanto, con tasas de supervivencia muy diferentes, por lo que la cifra planteada es una estimación que coincide con las de otros expertos en la materia, que apuntan a un incremento significativo de la supervivencia en las últimas décadas, situándose en torno al 80-85% en Hodgkin y cerca del 70%, en no Hodgkin.
Altas tasas de curación en linfoma de Hodgkin y pronóstico favorable en otros subtipos
El doctor Espeso de Haro calcula también la tasa de curación de ambos tipos de linfoma en torno al 80%.
Circuito de Diagnóstico Rápido de Linfomas
En ello tiene mucho que ver el Circuito de Diagnóstico Rápido de Linfomas, abierto por el Regional el 9 de febrero de 2021, que ha permitido reducir de forma significativa tiempos de respuesta claves en la lucha contra los linfomas. Espeso de Haro indica que la idea de crear este circuito buscaba que el paciente se viera en consulta en menos de siete días desde el diagnóstico y que el tiempo medio para iniciar el tratamiento fuera de 21. Antes, se veía el consulta a los enfermos con una tardanza media de un mes y el tiempo medio entre el diagnóstico y el tratamiento era de 45 días. Ello tiene un impacto directo en la supervivencia a estos cánceres.
En Málaga, se diagnostican 450 casos nuevos al año y existen entre 4.000 y 5.000 casos actualmente. «Nuestro servicio tiene la capacidad de dar una atención integral al paciente del linfoma: abarcamos todas las etapas. Podemos hacer el diagnóstico y el seguimiento, pero luego también abordar la estrategia del trasplante autólogo y alogénico que pueda requerir y, sobre todo, recientemente, terapia celular y la terapia CAR-T. Sólo hay tres centros en Andalucía con esta capacidad», relata el jefe de Servicio de la Unidad de Hematología, Manuel Isidro Muñoz Pérez. Los otros dos son el Virgen del Rocío, de Sevilla, y el Reina Sofía, de Córdoba.
80 nuevos casos al año en el Regional
En las consultas del Regional se diagnostican 80 nuevos casos al año, explica el doctor Espeso de Haro. «El Circuito de Diagnóstico Rápido, conjunto con Anatomía Patológica, liderado por la doctora Elisa Prieto, nos permite que, en cuanto salta un diagnóstico de un linfoma nuevo, se nos informa por Zoom», dice y señala que, una vez diagnosticado y localizado el nuevo paciente, «en menos de siete días está visto en consulta: generamos el diagnóstico, el tratamiento adecuado, si el paciente recae, vemos si va a terapia celular o no, si va a autotrasplante, si no va, porque se individualizan los casos. Además somos el único servicio que da cobertura integral a este paciente desde su diagnóstico hasta la terapia celular. Nuestra cartera de servicios es muy amplia».
La atención integral en el circuito de diagnóstico rápido evita el peregrinaje de los pacientes por múltiples servicios hospitalarios
La unidad ha detectado 357 linfomas en estos años y, de ellos, «se han derivado a nuestras consultas gracias al circuito 169 pacientes, casi la mitad de diagnósticos», dice Espeso de Haro. Atienden a una población mayor que la del Virgen del Rocío y los pacientes les llegan también de Vélez, de hospitales privados o de Medicina Interna. La gran ventaja, añade, es «comodidad para el paciente, rapidez en el diagnóstico y evitar visitas innecesarias a otros servicios como puede ser el otorrino, cirugía o medicina interna. Estos pacientes estas visitas ya no las hacen, porque vienen a mi consulta y yo ya les informo», aclara.
Terapias CAR-T
La doctora Carola Díaz Aizpún es hematóloga y coordinadora de las terapias CAR-T, que han revolucionado la lucha contra este conjunto de enfermedades. «La terapia CAR-T y las celulares consisten en coger linfocitos del propio paciente, que se modifican genéticamente, de forma que se les pone una especie de marcador que es capaz de reconocer al linfoma; a nosotros nos los devuelven modificados, se los infundimos al paciente, y estos atacan directamente al tumor», simplifica. La modificación genética se hace en una empresa farmacéutica holandesa, que los devuelve a las tres o cuatro semanas. El paciente es hospitalizado durante 21 días en los que se le inyectan estos linfocitos modificados, para pasar después a consulta. La terapia comenzó a realizarse en junio de 2023 y hoy ha alcanzado ya a medio centenar de pacientes.
«Esta terapia está reservada a estos pacientes que se han diagnosticado, pero que, con una línea de tratamiento, no han ido bien. Habitualmente, antes de este desarrollo, seguían con tratamiento de quimioterapia y podían acabar con un trasplante, pero desde hace algunos años disponemos de estas terapias», señala la doctora Díaz Aizpún.
El hematólogo Francisco Cabrera Ruiz asegura que las claves han sido «la gran disponibilidad de nuevos tratamientos que tenemos, que han cambiado el paradigma de la enfermedad totalmente, y la individualización del tratamiento, es decir, no todos los pacientes se tratan igual, aunque tengan la misma patología: uno de 70 años puede estar muy bien o muy mal y uno de 80 años puede estar incluso mejor que uno de 70».
Trasplantes
La jefa de sección de Trasplantes es la doctora María Jesús Pascual Cascos. En todos los tipos de linfomas, en algunas ocasiones y según estándares internacionales, «está indicado hacer un autotrasplante, que significa una quimioterapia, intensificación y rescatarle con sus propias células. Hoy en día, este tratamiento rescata a la mayoría de los pacientes que lo reciben, en torno a un 90%, aunque siempre puede haber una recaída». Eso sí, señala, «con el advenimiento de las nuevas terapias, como son anticuerpos biespecíficos y terapias celulares tipo CAR-T u otro tipo de tratamientos monoclonales, la indicación del trasplante autólogo, y también del alogénico, ha bajado». Si antes se hacían treinta, ahora se hacen 15, aunque el autotrasplante de células madre del propio paciente, extraídas antes del tratamiento, congeladas e inyectadas tras la quimio, «sigue siendo un tratamiento curativo en una proporción de pacientes seleccionados».
El trasplante autólogo en casa reduce las infecciones gracias al programa de Hematología Domiciliaria HEDO
Es más, el trasplante autólogo «se beneficia de un programa de hospitalización domiciliaria en el cual los pacientes pueden realizarse el trasplante en el domicilio». Se llama el programa HEDO, Hematología Domiciliaria, y desde abril de 2019 hasta hoy se han sometido al proceso 200 pacientes, lo que reduce mucho las infecciones.
Por contra, un trasplante alogénico, cuando las células madre vienen de otra persona, «no es tan demandado porque no todos, afortunadamente, lo necesitan. Es una terapia de más riesgo», declara, de forma que el índice de curaciones es superior al 75%, porque existe el efecto injerto contra linfoma, «las células del donante van contra las células enfermas del paciente». Este tipo de trasplantes, explica la doctora, ha quedado reducido a los pacientes que recaen después de haber recibido la terapia CAR-T.
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