La Sociedad Protectora de Animales alerta del aumento de gatos abandonados

A pesar de la incidencia de la pandemia, entre enero y junio han entrado al refugio 907 animales (591 perros, 277 gatos y 39 de otras especies como tórtolas o conejos) y se han adoptado 745 (536 canes y 209 felinos). En este campo destacan especialmente las adopciones internacionales, que este año han aumentado hasta las 179 (107 perros y 72 gatos). Los animales han ido a parar a destinos tan dispares como Holanda, Alemania, Suecia y Finlandia.

En el lado negativo destaca que se han tenido que eutanasiar a 18 perros y 25 gatos, la mayoría cachorros que han llegado en muy malas condiciones o incluso lactantes. Además, en el refugio han fallecido 21 perros y 16 gatos a causa de alguna enfermedad o vejez.

Desde la Protectora, ubicada en el Camino de las Erizas, insisten en que la gran asignatura pendiente es la implantación del chip en los gatos, ya que la mayoría carece de él y eso impide que se pueda localizar a las familias, sobre todo cuando se han encontrado en la calle, se trata de avisos de la Policía Local o se han rescatado del Centro Zoosanitario Municipal –con el objetivo de lograr el sacrificio cero–.

La presidenta del colectivo, Carmen Manzano, lamenta que el maltrato y el abandono se han cobrado muchas vidas, y que este año está siendo uno de los peores en cuanto a la cantidad de canes que llegan en muy mal estado, sobre todo «pobres perros de caza». También reseñan que en estos primeros meses del año han acudido a algunos juicios por maltrato animal de los que están pendientes de sentencia y, en otros casos, de señalamiento de fecha. «Hay que denunciar siempre, aunque en algunos casos se archive, no se puede tolerar que el maltrato y el abandono queden impunes».

Para Manzano sería fundamental que se regulen dos aspectos básicos: la esterilización obligatoria y la regulación de las camadas máximas. Sobre el primer asunto no entiende que los particulares mezclen perros porque pueden acarrear problemas de salud para los animales y, si son para vender, se hace competencia desleal a los criadores. Sobre las camadas, no entiende que «un animal pueda estar pariendo desde que nace hasta que se muere» y aboga por regular un número máximo de partos.