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Este miércoles 25 de enero se cumplen tres años de las inundaciones que arrasaron Campanillas por el desbordamiento del río que cruza el distrito. Tres años ya de un fenómeno inesperado que causó destrozos en viviendas, aparcamientos y locales comerciales y que dejó un saldo de 692 siniestros en el distrito. Fueron días duros para los vecinos, que perdieron numerosos enseres por culpa del agua y del barro, y por eso hoy han vuelto a echarse a la calle para que denunciar que las principales obras para evitar las inundaciones aún siguen pendientes.
Aunque el Ayuntamiento de Málaga ha ejecutado algunas actuaciones en la zona, la principal intervención municipal, el embovedado del arroyo Pilones y la reforma de la calle Adonis, aún continúa sin fecha prevista. La primera vez que se habló de esta solución fue en febrero de 2021, pero diferentes retrasos burocráticos y cambios de criterios entre administraciones han retrasado más de la cuenta un proyecto vital. Tampoco se sabe nada del encauzamiento del río Campanillas, actuación que a la postre evitaría cualquier problema y cuya obra depende de la Junta de Andalucía.
«Los vecinos están muy preocupados porque puede volver a ocurrir en cualquier momento», reconoce Carmela Fernández, presidenta de la asociación de vecinos Evolución y una de las afectadas por aquellas lluvias.
El concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Málaga, Raúl López, reconoce que el proyecto municipal de la calle Adonis se ha retrasado porque la Junta de Andalucía les ha exigido una serie de correcciones en materia de aguas. No obstante, adelanta que ya sólo están a la espera de recibir el visto bueno de la administración regional para sacar a licitación las obras. «No era un proyecto sencillo pero está muy avanzado», apunta.
El proyecto en cuestión está valorado en 2,3 millones de euros y cuenta con un plazo de ejecución de once meses. Las obras consisten en la instalación de un sistema de drenaje en la calle Adonis y el encauzamiento del arroyo Pilones con una escollera de protección. En la actualidad, tras presentar la correcciones solicitadas el pasado 21 de noviembre, solo falta la autorización que debe emitir la Delegación Territorial de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Consejería para sacar a licitación los trabajos.
Pese a ello, López explica que el Consistorio ya ha realizado varias obras encaminadas a reducir el riesgo de inundaciones, como el encauzamiento del arroyo La Rebanadilla (con una inversión de más de 700.000 euros), la reconstrucción de la calle Fausto (298.137 euros) y la reconstrucción del puente de la calle Ronda del Norte (218.637 euros).
Pero no son actuaciones suficientes para los vecinos, que se muestran intranquilos cada vez que escuchan llover más fuerte de lo habitual. «Desde que se produjeron las inundaciones no se han realizado grandes actuaciones, solo lavados de cara en la zona que pasa por el barrio, pero la desembocadura está que da asco», añade Carmela Fernández.
Otro de los vecinos que sufrió las consecuencias de las inundaciones fue Jonathan Rojas, un joven que ha optado por vender su vivienda porque no vivía tranquilo. Se ha mudado a otra zona de Campanillas, «en lo alto de la montaña; lo más lejos posible del agua». Hasta que ha vendido la vivienda este mismo año, asegura que la lluvia les generaba «miedo y angustia». «Cada vez que llovía nos pasábamos el día mirando la cámara de tráfico que hay en la avenida principal por si se inundaba de nuevo la zona; eso no era vida, vender es lo mejor que hemos hecho», reconoce.
Este vecino cree que en todo este asunto hay algo oculto que nunca se sabrá porque «no es normal todo lo que se lio en apenas cinco minutos». Sobre la situación actual, aunque hayan hecho algunas tareas de mantenimiento y limpieza, lamenta que «cuando pasa un tiempo y se olvida todo lo que ha pasado, todo vuelve a la normalidad».
También se muestra preocupada Pilar González. Ella sí continúa viviendo en la misma zona, pero con la desesperanza de ver que nada ha cambiado. «No ha cambiado nada; todo sigue igual». Como el anterior, dice que los días de lluvia no son buenos. «Cuando caiga una fuerte es imprevisible. La barriada está completamente abandonada; está todo igual que antes de las inundaciones y en el río hay hasta árboles», lamenta.
Para canalizar todas las actuaciones acaba de crearse la Unión Vecinal Distrito 9 Campanillas, cuyo portavoz es Manuel Becerro. Él ha sido el encargado este miércoles un manifiesto en el que han reclamado un plan de mejoras que llevan años esperando. «Se hizo una limpieza del río aquel año y años después seguimos estando igual, sin un plan de mejora y a la espera de que nos aprueben un proyecto del que no tienen fecha para su ejecución».
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