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Religiosas de la Asuncion junto a la superiora general de la congregación. :: sur
Religiosas de la Asunción,  en Málaga para amar y servir

Religiosas de la Asunción, en Málaga para amar y servir

El 15 de agosto la Iglesia celebra la Asunción de María, que es titular de parroquias en Almogía, Colmenar, Cómpeta, Gibralgalia y Málaga y guía el carisma de esta congregación, conocida en la ciudad por su colegio de Pedregalejo

ANA MEDINA

MÁLAGA.

Domingo, 11 de agosto 2019, 00:03

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El 15 de agosto, la solemnidad de la Asunción de la Virgen María congrega fiestas en honor a la Virgen en múltiples advocaciones a lo largo y ancho de la provincia. La Madre de Dios tiene así un lugar de honor este mes en el corazón de los malagueños, y el dogma de su subida al cielo es centro del carisma y de la labor de las Religiosas de la Asunción, que la ofrecen como guía para las nuevas generaciones que estudian en su colegio, en el barrio de Pedregalejo. Esta congregación fue fundada por Sta. María Eugenia de Jesús Milleret en 1839 en París, donde abrió el primer colegio para atender a jóvenes que necesitaban mayor cultura y formación religiosa y humana. En España cuenta con 23 comunidades que están también abiertas a la vocación misionera: muchas de las religiosas españolas entregan su tiempo y trabajo en territorios de misión más allá de nuestras fronteras.

En 1865 está fechada su llegada a Málaga, donde se abrió el primer colegio de esta congregación de toda España. Carmen Bonelli, que cumple 62 años de religiosa de la Asunción, cuenta que fue a demanda de las Señoras de Loring y de Heredia como se hizo posible. «Fueron a París a hablar con nuestra fundadora, preocupadas por la educación de las jóvenes malagueñas». Así nació este centro educativo, que estaba ubicado en Barcenillas pero que, tras ser quemado durante la guerra civil, «de 1933 a 1936, funcionó en Villa Cele-María, en el Paseo de Sancha, y en Villa Driades, en Pedregalejo, hoy actual Colegio de la Presentación. En 1937, se instaló el Colegio en Villa Clara, en el Paseo de Sancha y, finalmente en el Valle de los Galanes, en el curso 1943-44, primer año escolar en Pedregalejo», explican desde la comunidad de Religiosas de la Asunción de Málaga.

María, modelo educativo

Las Religiosas de la Asunción presentes en Málaga están repartidas en tres comunidades. La primera es la del Colegio de la Asunción, en Pedregalejo, donde han estudiado varias generaciones de malagueños. La segunda es la comunidad de inserción, en El Palo, que comenzó llevando el Jardín Maternal San José, y que ahora se dedica a acompañar a las personas y familias que les rodean, con la misión de cercanía en lo cotidiano, de evangelización y de trabajo social con los necesitados. Y, por último, está la casa de mayores de El Olivar (Churriana), que es un «hogar de corazón misionero, que acoge a hermanas que han dado toda una vida a Dios y a la misión en España o fuera de nuestras fronteras», explican desde la congregación. Carmen, superiora de esta última comunidad, explica que el carisma que les alienta es el de «vivir una vida de contemplación y educar para el anuncio de Jesucristo y la transformación de la sociedad».

Seguimiento de Jesús

La Asunción de la Virgen es esencial en este 'estilo particular de seguimiento de Jesús'. María es su modelo en el amor a Jesucristo y en la respuesta a la voluntad de Dios, como hizo aquella joven judía a la llamada del ángel, por lo que el misterio de la Encarnación es también fundamental en su carisma. «Nuestra regla de vida dice que para María, todo fue adoración. Por eso nosotras tenemos incorporado el rezo del Oficio Divino en nuestro día a día y el Santísimo siempre está expuesto en nuestras capillas. Esas muchas horas de oración y adoración son compatibles con nuestra labor educativa, y han sido muchas las jóvenes de Málaga que se han educado en La Asunción y son Hijas de María», detalla.

Para quien ha pasado por el colegio de La Asunción de Málaga o ha compartido camino con estas religiosas, «la Virgen es modelo de verdadera mujer, esposa y madre, que vivió la realidad de su vida en fe y esperanza, y supo vivir hasta el final con el Señor Jesús, hasta su muerte», apostilla Bonelli. «Desde pequeños, enseñamos a los alumnos, hoy ya chicos y chicas, a vivir la interioridad con la Virgen y a vivir la oración en lo que llamamos «Espacio Adora». Además, les ofrecemos la oportunidad de conocer los momentos más importantes de la vida de María, a crecer en la fe y a sentir su presencia para ayudarnos siempre. Para nosotras es clave vivir con la Virgen el discernimiento y recibir su luz y su fuerza para ser verdaderas discípulas de Jesucristo, y así se lo transmitimos a ellos. Hoy, nuestros antiguos alumnos son personas de fe y de aceptación de la realidad, formadas en la religión y entregadas a los demás», explica.

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