Las 'perlas' del director del OMAU

El hoy responsable de Programas Europeos del Consistorio, avezado conseguidor de fondos de Bruselas para regenerar enclaves del Centro, volvió a permitirse decir lo que piensa de la realidad urbana de Málaga en el marco de una mesa redonda organizada por el OMAU para hablar de su pasaje y espacio público. Allí soltó algunas de sus habituales 'perlas' sobre la gestión urbanística, aunque coloquen al equipo de gobierno local a los pies de los caballos. «Que el propio Ayuntamiento permitiese edificar en los jardines del conjunto protegido de Tabacalera muestra a los niveles perversos de sensibilidad cultural que podemos alcanzar empujados por la voracidad inmobiliaria y económica que rige la ciudad. La eliminación de las colinas naturales del Limonar es otro ejemplo del poco cuidado que se tiene con el paisaje urbano. Afortunadamente en Villa Fernanda se pudo impedir la construcción de edificios de viviendas que hubiesen destrozado uno de los ejemplos más dignos de las mansiones que a finales del XIX y principios del XX se desarrollaron en La Caleta y el valle del Limonar», expuso en su intervención, en la que volvió a ser especialmente crítico con la proliferación de las terrazas de los bares y restaurantes en el Centro, y con los excesos del 'boom' del alquiler vacacional.

Afirmó que la peatonalización del casco antiguo ha generado unos «efectos colaterales» que han terminado por convertirlo en «una suerte de parque temático». «Primero fueron los excesos en la concentración de usos de hostelería, y la consiguiente sobreocupación de terrazas en ámbitos donde los proyectos de renovación urbana preveían calles o plazas diáfanas para el esparcimiento ciudadano», expuso Pedro Marín, para continuar con que «la congestión continúa de los principales espacios de la ciudad antigua» ha acelerado la pérdida de población, y «el alojamiento turístico irregular le está dando el golpe de gracia».

También criticó «las horrorosas jardineras que presumiblemente nos protegen de ataques terroristas», «los carteles permanentes de calle Larios que acompañan a los moños de flores de unas falsas farolas isabelinas» y «la convivencia continua de los avatares religiosos o patrióticos» que «están convirtiendo la semana de pasión en un círculo anual continuo de desfiles y odas marianas». Para Marín Cots, la «supuesta bondad de la coyuntura económica» que genera la «reciente presión de visitantes y turistas» se está utilizando como «justificante para evitar proteger con rigor el patrimonio histórico de la ciudad y su imagen urbana».

Participaron en esta mesa redonda, en la que también fue cuestionada la gestión de las administraciones públicas respecto a los mosaicos del artista francés Invader colocados en fachadas de edificios del Centro, la catedrática de Historia del Arte de la UMA Rosario Camacho; la profesora de Historia del Arte de la UMA María Teresa Méndez Baiges; el escritor José Antonio Garriga Vela; y el abogado Álvaro García-Cabrera.