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El azulejo que enseñaba las diferentes formas de pedir el café en Málaga era una de las principales atracciones del Centro. Las imágenes del cortado, solo, mitad o largo atraían cada día a decenas de curiosos hasta el Café Central para hacerse una foto. La obra creada por el ceramista Ruiz de Luna forma parte de la idiosincrasia de los malagueños, pero desde que cerró el Central hace ya tres años sigue sin encontrar su lugar en la ciudad.
El Café Central de la plaza de la Constitución cerró sus puertas en enero de 2022 y desde entonces hasta ahora no ha sido posible encontrar un espacio donde exponer el azulejo para que esté a la vista de malagueños y visitantes, tal y como era deseo del propietario.
El empresario Rafael Prados recuerda que lleva desde entonces ofreciéndoselo al Ayuntamiento para que le dé un buen uso, pero que tres años después continúa guardado en su casa a buen recaudo. «Yo lo que quiero es que se exponga en la ciudad porque ha dado la vuelta al mundo y forma parte de la historia de la ciudad».
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En un primer momento se anunció que se iba a colocar en la fachada de la peña Juan Breva, en la calle Ramón Franquelo, pero aquella iniciativa resultó fallida porque se decidió finalmente colocar una réplica y ni siquiera avisaron al propio Rafael para su inauguración.
El deseo del empresario ha sido siempre que la obra se coloque en algún lugar significativo de la ciudad, preferentemente en un museo. Recuerda que hace varios años, justo antes de las pasadas elecciones municipales, incluso llegó a redactarse un documento para su cesión, pero también se pospuso por la cercanía de los comicios y para evitar que alguien pensara que se trataba de un acto interesado.
Pero el tiempo ha pasado, los concejales han cambiado y nadie ha vuelto a levantar el teléfono para interesarse por el afamado azulejo, que continúa escondido y privado de cualquier mirada. Por eso, algo cansado de esperar, Prados reconoce que ha recibido una oferta de una empresa «muy importante», pero que él no quiere desprenderse de la obra por dinero. «Yo lo que quiero es que tenga difusión, que se conozca su historia y no ganar dinero».
Considera que su ubicación ideal sería el Museo de Málaga o, en su caso, el Museo de Artes y Costumbres Populares. «Esa obra ha dado la vuelta al mundo y quiero que siga así; formando parte del léxico malagueño». Si se colocara en un museo -opina- podría seguir formando parte de la historia colectiva de la ciudad.
A su juicio, el Consistorio debería comprender que conservar estos elementos -como el busto de Chiquito de la Calzada que le acaba de ofrecer el restaurante Chinitas o cualquier elemento histórico de un negocio que cierra- «es también parte de la historia de Málaga». «Hay una importante pérdida de valores cuando un local se cierra y las administraciones deberían salvaguardar todos esos valores que son tangibles», añade.
El Café Central era uno de los negocios más afamados del Centro Histórico. Tras el cierre, el local fue ocupado por el pub de origen sueco John Scott's, propiedad del grupo Kopparberg.
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