El Pascual, de convento de los frailes Mínimos a un hospital que echa el cierre

El uso hospitalario militar se mantuvo hasta principios de los años noventa del siglo XX. En esas fechas, el Ministerio de Defensa puso a la venta el edificio, que fue comprado por la empresa Pascual por 300 millones de pesetas. Las obras de rehabilitación que se ejecutaron permitieron recuperar un inmueble histórico y emblemático. Los trabajos de restauración duraron año y medio y fueron dirigidos por el arquitecto Francisco Raya.

El edificio consta de dos partes: una de ellas se remonta a la época de los Reyes Católicos, mientras que la otra está fechada en el siglo XVIII. El Hospital Doctor Pascual fue inaugurado el 17 de octubre de 1994. Al acto asistió, entre otros, el consejero de Salud de la Junta de Andalucía, José Luis García de Arboleya. Este centro hospitalario se abrió con la finalidad de ser un balón de oxígeno para las listas de espera de la sanidad pública malagueña. Al hospital se le dio la denominación de FAC (facilitación de asistencia clínica).

La caída en picado del Pascual se produjo tras expirar, el 31 de octubre de 2015, el concierto que la empresa tenía con el SAS. En esos más de 20 años de colaboración con la sanidad pública andaluza, unos 300.000 enfermos fueron intervenidos quirúrgicamente en los seis quirófano del hospital. Casi el 90 por ciento de los pacientes atendidos en el Pascual eran remitidos por el SAS.

A raíz de la no renovación del concierto, la asistencia del centro hospitalario fue descendiendo hasta quedarse casi sin pacientes. Ante esa situación, la empresa José Manuel Pascual Pascual S. A. ha puesto en marcha un expediente de regulación de empleo de suspensión de contratos de trabajo (ERTE), que afecta a 66 trabajadores. La vigencia del ERTE se ha fijado entre el 6 de julio de 2018 y el 5 de julio de 2019.

El argumento de la empresa es que la falta de pacientes y de trabajo obliga a llevar a cabo el cierre temporal del hospital y, en ese año de suspensión de la actividad, buscar soluciones para que el centro hospitalario vuelva ser viable. Los trabajadores, por su parte, temen que el cierre temporal se convierta en definitivo, ya que el ERTE, una vez que cumpla el plazo establecido, puede prorrogarse. En los últimos tiempos, la presencia de enfermos en el hospital ha sido testimonial y se ha limitado a algunas asistencias en urgencias y a algo de cirugía estética con compañías privadas en los quirófanos del centro.

El futuro del que fue convento de los Mínimos, luego hospital militar y posteriormente un centro hospitalario concertado con el SAS se desconoce, pero lo que se sabe es que forma parte de la historia de Málaga.