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MÁLAGA
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Domingo, 20 de octubre 2019, 13:50
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Resulta fácil imaginarse el antiguo edificio de Cofarán, en el céntrico barrio de San Rafael, convertido en un 'coworking' para emprendedores como los que se han habilitado en inmuebles similares de Madrid, Lisboa o Barcelona. Cumple todos los requisitos: mucho espacio (más de 6.500 metros cuadrados repartidos en cinco plantas), marcado estilo industrial, ubicación céntrica, aparcamiento propio... No es extraño que los responsables de Talent Garden, considerada la mayor red de espacios de 'coworking' de Europa con 23 'campus' (así llaman a sus centros) repartidos por ocho países, se enamoraran de este antiguo almacén de medicamentos –propiedad del Consistorio– nada más verlo por fuera. De hecho, al parecer no llegaron ni a verlo por dentro. Según fuentes municipales, los directivos de esta compañía con sede en Milán, que en España tiene 'coworkings' en Madrid y Barcelona, se reunieron con el alcalde, Francisco de la Torre, para transmitirle su voluntad de instalarse en Málaga y, más concretamente, en el edificio de Cofarán, que creían perfecto para su filosofía de trabajo.
Según las mismas fuentes, la empresa estaba dispuesta a invertir en el mismo para reformarlo a su gusto y pagar un canon al Consistorio. No contaban sus directivos con un 'pequeño' detalle: el inmueble tiene la calificación urbanística de equipamiento y, por tanto, a día de hoy no puede ser utilizado por una empresa con ánimo de lucro.
Con Urbanismo han topado los responsables de Talent Garden, como anteriormente lo hicieron otras empresas que también pusieron sus ojos en este llamativo edificio de ladrillo ubicado razonablemente cerca de la cotizada 'almendra' del Centro Histórico. Y es que a la antigua sede de Cofarán le han salido muchas novias desde que cayó en desuso. Pero ahí sigue, reducido prácticamente a la función de aparcamiento de motos de la Policía Local, que tiene muy cerca de allí su comisaría del Distrito Centro.
No siempre estuvo abandonado. Durante años, este inmueble fue sede de escuelas taller y talleres de empleo impartidos por el Instituto Municipal para la Formación y el Empleo (IMFE). De hecho, fue rehabilitado en 2011 con el fin de mejorar las condiciones en las que se impartían estos programas de formación. Nada menos que un millón de euros, procedentes del Fondo Estatal de Inversión Local (FEIL, uno de los instrumentos que utilizó el Gobierno central en plena crisis para crear empleo a través de inversiones de los ayuntamientos) se destinaron hace ya ocho años para modernizar el maltrecho edificio de Cofarán, donde se enseñaban oficios tan variados como orfebrería, bordado, ebanistería, carpintería, diseño asistido por ordenador, cerrajería y forja.
Sin embargo, la crisis y las políticas de austeridad hicieron que las escuelas taller, dependientes de financiación autonómica, desaparecieran prácticamente en Andalucía. Así fue como el edificio de Cofarán cayó en desuso. A día de hoy, aunque haya un cartel del IMFE en su puerta, este instituto municipal no tiene ninguna actividad allí.
¿Tiene el Ayuntamiento intención de darle uso próximamente a este deseado inmueble? Al parecer, Urbanismo tiene un plan, pero no lo ha revelado aún. Por lo pronto, próximamente van a adjudicarse unas nuevas obras de acondicionamiento de sus instalaciones.
Mientras esperan resignados a que se desvele el nuevo destino de este inmueble de propiedad municipal, empresarios afectados por la falta de oficinas en la capital malagueña llaman la atención sobre la rigidez de la normativa urbanística, que hace muy difícil que se recalifique un suelo de equipamiento. Compañías tecnológicas como Freepik, Uptodown o Ebury han pasado recientemente por el trance de tener que ampliar sus instalaciones y no lo han tenido nada fácil. Consultoras inmobiliarias como Savills Aguirre Newman o CBRE ya han advertido de que la ciudad está perdiendo inversiones por no tener suficientes oficinas.
La alta demanda de oficinas ubicadas en el entorno urbano provocó también recientemente un movimiento a favor de convertir el edificio de Correos en un centro de empresas tecnológicas. Las redes sociales amplificaron esta corriente en pro de la 'Silicon Tower', que se ha dado de bruces con la realidad urbanística: la Junta ha sacado por fin a subasta el inmueble, pero como tiene la calificación de equipamiento no sería viable la instalación de oficinas allí.
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