El ocio nocturno se echa a la calle para visibilizar la «ruina» del sector
La plataforma 'Málaga Noche' reclama un rescate de los bares de copas y discotecas o bien medidas que permitan la «hibernación» de los negocios. «Esto es insostenible», advierten
Lamentan que se han convertido en los «cabezas de turco» de las medidas para evitar la propagación del coronavirus y que por un ... puñado de incumplidores «que ni siquiera pertenecen a nuestro sector» la situación de sus negocios ha llegado a un punto «insostenible». «Esto es una auténtica ruina». Lo dice, con un punto de desesperación en la voz, Pedro Marín, empresario de la noche, dueño de la discoteca Liceo y otros establecimientos nocturnos y portavoz de la plataforma 'Málaga Noche', cuyos miembros han decidido echarse a la calle y a plena luz del día para exigir a los responsables públicos medidas que permitan la supervivencia del sector. «Soy empresario de la noche desde hace 31 años y he vivido dos crisis gordas... Pero como esta ninguna», añade Marín aferrado a la pancarta que esta mañana ha recorrido el tramo que separa la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en Málaga y el Ayuntamiento de la capital.
Junto a él, otro medio centenar de empresarios y empleados de la noche, tanto de bares de copas como de discotecas, han alzado la voz para exigir soluciones similares a las que se aplican en otros países europeos como Italia, Francia, Alemania o Gran Bretaña en materia de ocio nocturno. «Allí hay ayudas, aquí la única solución que nos han dado es la del cierre», ha añadido Marín, cuya plataforma ha puesto el peso de su reivindicación en dos peticiones fundamentales: «Pedimos o bien que se nos rescate a través de ayudas que no representen una contraprestación o bien que se deje que el sector entre en hibernación«. O lo que es lo mismo en este último caso: que sea el gobierno el que asuma el pago de los seguros sociales de los empleados y que se congele, a través de la negociación con los bancos, la obligación de pagar alquileres e hipotecas de los locales.
«Nosotros lo que queremos es trabajar, pero al estar cerrados no entra dinero y los gastos son los mismos«, lamenta el empresario a la hora de echar unas cuentas que hace meses que dejaron de cuadrar. Eso, unido a la »falta de atención y compromiso« que contemplan por parte de las administraciones públicas, los ha llevado a asociarse y a comenzar las protestas en la calle. De hecho, la de esta mañana no ha sido la única ni será la última, ya que tienen previsto concentrarse todos los martes o bien a las puertas de la Delegación del Gobierno de la Junta o bien en la sede de la Subdelegación del Gobierno central en Málaga. «Al menos que nos escuchen», zanja Marín como portavoz de un colectivo ('Málaga Noche') que agrupa a una veintena de empresarios de bares de copas y discotecas del centro histórico, a sus cerca de 40 locales y a más de un millar de trabajadores. «Y todo esto está en peligro», advierte el representante de la plataforma, que tiene previsto sumar su fuerza con colectivos similares en otros puntos de la provincia.
Lo hacen, además, como «los grandes perjudicados» de esta crisis: «El ocio nocturno es el que más ha sufrido, y dentro de eso, las discotecas», denuncia Marín entrando de lleno en su caso particular. Su discoteca en el centro, Liceo, cerró sus puertas el pasado 7 de marzo «anticipándose a lo que vendría» y hoy, cinco meses después, sólo ha podido abrir dos semanas. Para eso, y para adaptarse a las medidas que se exigían, el empresario hizo un desembolso de cerca de 4.000 euros para comprar mobiliario específico, mesas altas, contratar a más personal de limpieza o hacer los cambios necesarios en el local para garantizar las medidas de seguridad. «El portero tomaba la temperatura de los clientes, se les acompañaba a las mesas, todo controlado... Vaya, que las discotecas han sido lugares seguros como pocos», añade Marín, cuyo colectivo -dice- ha tenido que enfrentarse a dos limitaciones consecutivas que han terminado de dar «la puntilla de muerte»: «de un lado, la limitación del aforo al 40%; y luego la limitación del horario. Con eso ya no hemos podido«. Y recuerda, además, que estos locales, sobre todo las discotecas, cumplen con una importante función, »ya que nosotros a determinada hora recogemos a esa gente que sigue bebiendo, y que a pesar de que nuestros establecimientos estén cerrados lo siguen haciendo en la calle. En nuestros bares y discotecas, al menos, están controlados. Pero mira ahora qué pasa: que están en la calle«. Ahora, como los empresarios y sus empleados. También en la calle, pero para protestar.
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