Las obras del mercado del Molinillo no se reanudarán hasta el otoño y costarán 250.000 euros más
El proyecto para corregir las nuevas deficiencias detectadas en la estructura, pendiente del visto bueno de la Junta para salir a concurso
Las obras de rehabilitación del mercado de Salamanca, que arrancaron a finales de marzo tras ocho años de espera pero que tres meses después fueron ... paralizadas por daños detectados en la estructura durante los trabajos de recuperación de esta joya arquitectónica enclavada desde 1925 en el corazón del barrio del Molinillo, no se podrán reanudar al menos hasta finales de septiembre. Y eso, siempre que se cumplan las previsiones más optimistas del Ayuntamiento, que ya ha remitido a la Junta de Andalucía el proyecto modificado para que le dé el visto bueno, ya que al tratarse de un edificio protegido (está incluido en el catálogo general del Patrimonio Histórico Andaluz) cualquier actuación debe ser autorizada por la Consejería de Cultura.
La actividad comercial no se ha paralizado, ya que las obras se estaban ejecutando por fases de forma que la mitad de los 35 puestos fueron reubicados en el mercado provisional habilitado en la calle Salomón (en uno de los laterales) mientras el resto convive con los trabajos. No obstante, esta incidencia supone echarle más tiempo a las molestias que vienen padeciendo comerciantes y clientes.
Una vez se pronuncie la Administración autonómica (en el Consistorio confían en que el informe favorable no tarde más de dos semanas), será cuando puedan licitarse las obras, que supondrán un sobrecoste de unos 250.000 euros.
La actividad comercial se mantiene, con la mitad de los puestos conviviendo con las obras y la otra, en el mercado provisional
Una partida extra que se sumará a los 1.286.200 euros (481.292 se financian con fondos europeos) por los que el proyecto original fue adjudicado a la empresa especializada en restauración de monumentos Alberto Domínguez Blanco. De ese montante, 964.627 se destinan a la rehabilitación del mercado mientras el resto ha permitido levantar el edificio anexo para el traslado de los negocios. La legislación obliga al Consistorio a convocar un concurso público, lo que deja la puerta a que otra empresa pueda asumir estos trabajos. Aún así, lo previsible en estos casos es que finalmente se presente al contrato la firma que ya está sobre el terreno por resultar más ágil actuar bajo una sola dirección de obra.
Estructura metálica
Más dinero, y más tiempo que deberán aguardar los propietarios de los puestos para recobrar la normalidad. El trámite de contratación puede comerse unos tres meses, a los que habría que sumar otros seis en los que se estima la duración de la ejecución de las obras para subsanar las deficiencias detectadas. No obstante, en el Consistorio trabajan con la premisa de que la mayor parte de estos trabajos se puedan simultanear con los ya previstos en las zonas donde sea compatible. Aún así, sólo con el retraso que ya viene acumulando, la rehabilitación del mercado no se completaría hasta la próxima primavera, cuando la previsión inicial es que estuviera para finales de año.
Los problemas más graves fueron detectados al demoler los recubrimientos cerámicos de las paredes de los puestos, cuando se pudo comprobar el estado de deterioro que presenta la estructura metálica vertical. Una vez analizado, se concluyó la necesidad de sustituir todo el tramo inferior y la ejecución de una nueva cimentación con micropilotes. Además, durante las obras han aflorado otras deficiencias que no venían recogidas en el proyecto original de rehabilitación que deben ser corregidas, como ocurre con la escasa profundidad de las canalizaciones de suministro de agua y de electricidad a los puestos, que incumplen los requisitos mínimos de seguridad, o el mal estado de la red de saneamiento interior.
Las obras de rehabilitación se centran en la subsanación de los numerosos desperfectos que presenta, así como en la recuperación en la medida de lo posible de la impronta original de este monumento de estilo neoárabe que debe su nombre al malagueño José María de Salamanca y Mayol, primer marqués de Salamanca que llegó a ser ministro de Hacienda en 1847 y que como empresario también promovió la construcción del barrio que lleva su apellido en Madrid. La actuación afectará a la totalidad del edificio: cubiertas, estructura, fachadas exteriores e interiores, zonas comunes, urbanización exterior y la remodelación integral de los puestos.
Una de las actuaciones más llamativas será la eliminación de la planta creada (se desconoce la fecha) sobre la actual conserjería y varios puestos, y la reconstrucción de la cubierta abovedada conforme a su diseño original; así como la reconstrucción de elementos de la fachada que fueron eliminados (zócalos, cerrajería, huecos,...) y la recuperación de la gama cromática original. Además, también se contempla el acondicionamiento de las galerías adosadas a los puestos exteriores y la homogeneización de todos los negocios.
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