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Miércoles, 12 de enero 2022, 23:26
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Después de aguantar una obra eterna, no hay ninguna recompensa. Desde hace meses, calle Amargura, situada en el barrio de La Victoria –ya se comentaba en esta sección– hacía honor a su propio nombre. Los vecinos están totalmente «amargados» por algunas circunstancias que acaecen en la zona.
La obra que monopolizó toda la calle –justo a la entrada del hospital Pascual– ha terminado; pues bien, según Cristina, residente de la calle, la situación de la misma ha quedado «severamente dañada»: «Me dejo los amortiguadores del coche cada vez que entro en la calle de mi casa. Y por supuesto no solo yo, sino todos los vecinos. Desde que la obra terminó se han quedado surcos de gran profundidad, que hasta el momento no tienen solución, ni parece que vaya a haberla».
Otro problema que tiene dicha vía es el estado del comienzo del sendero que llega hasta los bosques cercanos al Seminario, y que utilizan gran cantidad de malagueños para pasear a sus mascotas. Se encuentra en mal estado, no solo por las pintadas –eso es lo de menos– sino por los restos de botellón en forma de paquetes de tabaco, vasos de plástico y botellas. El poco estacionamiento, además, convierte el enclave en un verdadero «tetris» en el que no es fácil encontrar la salida: «Los coches están aparcados de tal manera que si no eres experto en la calle puedes quedarte atrapado por otro vehículo».
Teléfono 952 61 47 61
Whatsapp 660 481 739
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