My Granny, el gimnasio de las labores, se pone en forma en Málaga
La empresa malagueña ofrece clases de ganchillo, costura o macramé en su nuevo local de La Victoria
Como si de un centro deportivo se tratara, en la puerta del local se muestra un planning con las diferentes actividades disponibles ordenadas por horas. ... Pero en vez de zumba, pilates o spinning, en My Granny, el nuevo proyecto empresarial que acaba de abrir sus puertas en la capital, se ofrece ganchillo, costura o macramé. My Granny Aprendiz de Abuela es, en realidad, una escuela de labores, en donde se pueden aprender diferentes técnicas para tejer o bordar, pero también una tienda en donde adquirir materiales o packs completos para regalos.
My Granny abrió en 2018 en Pedregalejo, aunque la gran aceptación que han tenido por parte de usuarios de toda Málaga les ha animado a abrir un segundo local en la Alameda de Capuchinos, en la zona de la Victoria. Detrás de esta marca se esconde la emprendedora Pilar de Castro, aunque recientemente se ha incorporado al proyecto Silvia Conejo, que será la encargada de llevar la nueva tienda.
My Granny nació en 2018 en Pedregalejo y acaba de abrir un segundo local en La Victoria
Pilar, maestra de profesión, explica que decidió lanzarse al emprendimiento después de quedarse sin trabajo. Como era una apasionada de las manualidades y las labores, decidió abrir un negocio haciendo lo que de verdad le gustaba. Y desde entonces no ha dejado de darle satisfacciones. «Hay mucha gente que tiene la necesidad de aprender labores porque buscan nuevas aficiones», resume.
La tienda de La Victoria abrió el pasado sábado y desde entonces no han parado de recibir clientes interesados. De todas las edades y con diferentes motivaciones. «Tenemos grupos a los que vienen niños de hasta once años», confiesa. El perfil medio de los usuarios son mujeres de entre 50 y 70 años, «aunque poco a poco también se animan algunos hombres». Entre los clientes se cuentan personas que tienen la afición pero quieren mejorar, gente que se ha enganchado durante el confinamiento viendo tutoriales e incluso personas que se sienten solas y necesitan compañía.
My Granny cuenta con una plantilla de doce profesores y ofrece actualmente 27 clases a la semana. Además ofrecen talleres creativos que se celebran habitualmente los fines de semana y en los que enseñan diferentes materias como costura con máquina, lettering con brush marker o aplicaciones de patchwork.
A diferencia de los centros deportivos, en esta empresa sólo trabajan por bonos, por lo que los clientes no deben preocuparse por acudir cada día a la misma hora. Actualmente ofrecen bonos de seis horas al precio de 56 euros (50 estos días).
Mejora física y mental
Entre las diferentes clases que ofrecen destaca una que denominan 'tejer en compañía', en donde se fomentan las relaciones humanas y el contacto entre todos los asistentes. Y es que estas empresarias consideran que tejer es también una terapia que ayuda a muchas personas tanto mental como físicamente. A las mayores les sirve para mejorar la agilidad mental y para ejercitar las manos; y a las menos mayores les permite evadirse de los problemas diarios. «Tenemos usuarios que solo necesitan hablar y que vienen todas las semanas como si fueran a terapia», dicen.
Pilar y Silvia lamentan que pretecnología haya desaparecido de los colegios, ya que consideran que aprender a tejer o hacer actividades manuales también es fundamental para el desarrollo de los niños. Por eso entienden que cada vez más padres se interesan por apuntar a sus hijos a este tipo de actividades extraescolares.
En este negocio también hacen una fuerte apuesta por la vertiente solidaria. Desde que abrieron en Pedregalejo colaboran elaborando productos que se venden posteriormente en mercadillos e incluso algunos usuarios hacen productos que donan a entidades y colectivos necesitados. «Hay muchas personas que tejen mucho y no tienen a quien darle los productos, por lo que terminan dándoselas a personas que lo necesitan».
My Granny de momento cuenta con dos sedes, aunque por la cabeza de Pilar ya rondan otros proyectos con los que seguir creciendo por la provincia. Aunque inicialmente se mostraba temerosa a la hora de abrir un segundo espacio, la gran acogida que han tenido desde que abrió el pasado sábado le ha hecho abrir la mente. «Hay mucha más gente que teje en casa de lo que parecía», sentencia.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión