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Dos operarios de Parcemasa, con sus equipos de protección, introducen un féretro en el coche fúnebre para enterrarlo. Salvador Salas

Muertes sin despedida ni velatorio: cómo gestionar el duelo

La prohibición de los funerales y la reducción al máximo de los entierros pone a prueba al ser humano en uno de sus procesos más dolorosos. Aquí, algunas recomendaciones para iniciar el duelo a pesar de que el último adiós no haya sido posible

Lunes, 6 de abril 2020, 01:06

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El abrazo cercano y cálido de los familiares y amigos, las palabras de consuelo y los «todo irá bien» al oído, los ritos de despedida, ... la mano a la que agarrarse... Perder a un ser querido es uno de los trances más extremos a los que se enfrenta el ser humano, y ese reencuentro balsámico con el círculo próximo en el momento del último adiós representa, en todos los casos, un sostén sobre el que construir todas y cada una de las etapas del duelo. Más allá de una cuestión cultural y social, es una necesidad vital. Es el momento, además, de pasar los últimos momentos junto al familiar fallecido, de velarlo y de recordar los lazos de afecto para encontrar, en ese último gesto de respeto y homenaje, algo de consuelo.

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