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Martes, 3 de marzo 2020, 12:37
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Diana Ürge-Vorsatz, vicepresidenta del panel III del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) ha sido la ponente estrella hoy en el foro sobre el calentamiento global que se está celebrando en la sede del OMAU de la capital malagueña. Y sin embargo ha tenido que intervenir por videoconferencia, dado que se le ha recomendado no viajar a causa del coronavirus. La investigadora ha advertido de que el Mediterráneo va a ser una de las zonas más afectadas por este fenómeno del planeta, con un aumento que podría llegar hasta los dos grados a mediados de este siglo.
Pero además, ha revelado importantes problemas de sequía e incendios forestales, por la caída de la precipitación total en el área, relacionada con la temperatura, que podría llegar hasta los 60 litros por metro cuadrado de descenso. Hasta ahora, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha constatado en las series históricas aumentos de la temperaturta, pero no tiene constancia de una pérdida significativa de precipitaciones. «La mitad del año trascurrirá en condiciones de sequía», comentó Ürge-Vorsatz. En cuanto al mar, el aumento del nivel será de entre medio y tres cuartos de metro en la próxima década o la siguiente, cuando ocurrirán «eventos extremos» (tales como las tormentas destructoras, caso de Gloria, que se han vivido recientemente) al menos una vez al año.
A pesar de estas previsiones pesimistas, aseguró que no es demasiado tarde para frenar el calentamiento, y cifró en 18 años el plazo para actuar si se reducen lo suficiente las emisiones, aunque será de sólo nueve años si no se actúa de manera contundente. Al respecto, afirmó que el calentamiento afecta más a las ciudades, y dentro de estas puso el foco en los edificios, especialmente por las emisiones derivadas del consumo de electricidad (por la calefacción, el aire acondicionado y la iluminación), que consideró más perjudiciales que las del transporte. «El objetivo es tender a edificios de cero energía, que son una realidad incluso en regiones pobres». A su juicio, es posible rehabilitar energéticamente los edificios para producir mas energía de la que consumen, especialmente mediante paneles fotovoltaicos y sistemas de recuperación de calor y energía y optimización de todos los componentes: ascensores, iluminación, etc.
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