Martiricos: un parque muy esperado

La puesta en uso del nuevo parque realizado en lo que fueron los terrenos de Citesa, entre el paseo de Martiricos y la avenida del Doctor Marañón, ha supuesto todo un acontecimiento para los vecinos de este sector y los de barrios cercanos, ávidos por tener cerca un lugar de esparcimiento amplio y de calidad. Desde que fue inaugurada por el alcalde, Francisco de la Torre, el pasado lunes, esta zona verde de casi treinta mil metros cuadrados, realizada por la promotora Espacio Medina, reúne a diario a cientos de malagueños que, con la caída del sol, se dan cita en el recinto para pasear a sus mascotas, caminar, llevar a sus hijos a que jueguen o disfrutar del frescor de las praderas de césped generadas en los montículos de la tierra que se extrajo para hacer los sótanos del edificio de 224 viviendas de protección oficial levantado junto al parque. «Aquí se está muy pero que muy bien. Al mediodía y a primera hora de la tarde no se puede estar porque el sol cae a plomo, pero cuando dan las siete o así ya es otra cosa», explica Josefa Barrionuevo, que junto a unas amigas han empezado a tomar la costumbre de que el paseo vespertino diario comience en el parque.

A escasos metros de una pareja de jóvenes enamorados que comparten confidencias bajo uno de los árboles conservados en la parcela, dos vecinas han montado su particular observatorio en uno de los montículos de césped con dos sillas plegables y una toalla, como si de la playa se tratara. Desde allí divisan a los padres que vigilan cómo sus hijos prueban los elementos de juegos de madera instalados, y cómo otros juegan a la pelota o dan sus primeros pedaleos en pequeñas bicicletas. En realidad, las dos franjas de césped que enmarcan el parque por el oeste y el norte son suelos destinados a albergar en un futuro un equipamiento escolar o social. No obstante, a la espera de que llegue ese momento, forman un complemento perfecto para los espacios de paseo, enmarcados por un estanque longitudinal que sirve como frontera del recinto hacia el paseo de Martiricos.

«Ha quedado precioso, esperemos que sepan cuidarlo», advierte Francisco Casado, quien apunta que el vallado metálico con puertas que se cierran en horario nocturno no se ha instalado en el borde oriental, donde la lámina de agua hace la función de foso.

Aún quedan semanas, meses y años para que esta nueva zona verde se consolide y crezcan las plantas trepadoras que están llamadas a poblar sus pérgolas, para generar una sombra que ahora se echa especialmente en falta en las horas del día de más calor.