Montero asegura que con la nueva ley la actualización de las pensiones está garantizada

Más de 70 expertos aportaron su visión multidisciplinar del que, según Montero, «es uno de los principales retos ante el que nos tenemos que preparar». «En 2050, España tendrá 16 millones de personas mayores de 65 años, un tercio de la población, y eso exige una visión plural para gestionarlo», advirtió Moreno. Pese a la previsión de ese «tsunami demográfico», la ministra hizo un llamamiento a la calma porque «la ley de actualización de las pensiones aprobada por el Congreso de los Diputados va a permitir que cada noviembre se actualice la pensión del año siguiente en función de cómo haya quedado el IPC del ejercicio presente». En este sentido, explicó que hay un «compromiso firme» para continuar creando empleo. «Así lo venimos haciendo de forma ininterrumpida y ya hay 500.000 personas más trabajando que antes de la pandemia, aunque lo más importante para la sostenibilidad del sistema de pensiones es la estabilidad y la calidad en el empleo, con salarios dignos, porque es lo que permite una contribución estable a la caja de la Seguridad Social», subrayó Montero.

En su intervención, que cerró el acto en el hotel Nh de la capital, aseguró que en España (uno de los países más longevos del mundo junto con Japón) las personas centenarias ya no serán una excepción en pocos años. «Por eso, hay que seguir trabajando por una sanidad pública de calidad, por un sistema de atención a la dependencia y el blindaje de las pensiones, que ya hoy nos permite estar en una posición privilegiada», indicó.

Antes de concluir, quiso disociar la fragilidad de las personas mayores, porque una gran mayoría se mantienen activos y puso como ejemplo el caso del jubilado Carlos San Juan, impulsor de una campaña para reclamar un trato más humano por parte de las entidades bancarias. «La administración no puede mirar para otro lado y tiene que convertirse en un entorno amigable para todos. No podemos pasar del 'vuelva usted mañana' al 'apáñese como pueda con el móvil'», deslizó frente a un auditorio, que escuchó también con atención al resto de ponentes que intervinieron en la clausura: Rodrigo Tena, coordinador del congreso; Teresa Barea, decana del Colegio Notarial de Andalucía; José Ángel Martínez Sanchiz, presidente del Consejo General del Notariado; Cristina Armella, presidenta de la Unión Internacional del Notariado, y Gina Magnolia Riaño, secretaria general de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social.

Todos ellos coincidieron en el decisivo papel que como notarios tienen en esta transformación social que se avecina y al que se refirió Barea: «Igual que el notariado vertebra nuestro país, también tenemos que servir de aglutinante, de puente y catalizador de soluciones», expresó. Todas ellas pasan por el respeto a la dignidad del mayor y de su autonomía, retos no siempre fáciles cuando la persona pasa por una situación de vulnerabilidad. De ahí, que durante los días del congreso se haya debatido, entre otros asuntos, sobre la Ley 8/2021, con la que se ha puesto fin a la incapacitación judicial de personas mayores y discapacitadas, y algunos mecanismos de protección, que pasan por los poderes preventivos, escrituras de curatela o adopción de medidas de apoyo, pero también por otros de carácter patrimonial, como la renta vitalicia, la hipoteca inversa, la cesión de bienes a cambio de alimentos o la venta de una propiedad con reserva de usufructo.

En este sentido, Barea quiso resaltar el compromiso de los notarios con la sociedad: «vivimos pegados a la calle; estamos en el diagnóstico y la solución». En la misma línea se pronunció Martínez Sanchiz, que insistió en la idea de que en el contacto directo de los notarios con personas mayores tratan de buscar soluciones a sus preocupaciones, «pero a veces requiere de un esfuerzo colectivo», subrayó.

Una idea que ha sido el hilo conductor del congreso y que también ha quedado plasmado en el vídeo que se proyectó durante el acto y en el que resaltaron la necesidad de «explorar soluciones para problemas que ahora son casi invisibles». En este sentido y ante el trabajo en común que es necesario, Martínez confirmó un proyecto que ya avanzó en la inauguración de este congreso: «levantar acta» de todas las opiniones y recogerlas en un libro blanco «por si fueran útiles en el futuro», porque como dice su lema: «Aspiramos a proteger lo invisible».