Málaga pule una joya de su barroco
El Ayuntamiento ultima la rehabilitación de la iglesia sede de la Cofradía de Viñeros, que gana en luminosidad
A los proyectos de reparación y puesta en valor de un buen número de templos de Málaga a lo largo de la última década se ... suma estos meses una nueva actuación que saca lustre a una de las iglesias de mayor valor artístico y, sin embargo, poco conocida y frecuentada. Se trata de la denominada históricamente iglesia de la Aurora y Divina Providencia, que perteneció al convento de las monjas dominicas en la calle Andrés Pérez, junto a Carretería. El cenobio cerró sus puertas en 2006 por la falta de vocaciones, y en 2012 fue segregada la iglesia y pasó a manos del Obispado, que la cedió a la Cofradía de Viñeros en 2013 con el nombre de iglesia de Santa Catalina.
Tras la reparación de urgencia de sus cubiertas en 2015, quedaba pendiente la intervención para restaurar su interior, y en ello está la Oficina de Rehabilitación Urbana del Instituto Municipal de la Vivienda (IMV), que financia la totalidad del proyecto realizado y dirigido por el arquitecto técnico Pablo Pastor, con una amplia experiencia ya en la recuperación de edificios religiosos de Málaga.
SUR ha podido tener acceso al resultado de los trabajos que acomete la empresa ECSA (Edificaciones Castelló) con un presupuesto de 163.611 euros, según el convenio que rubricaron en marzo del año pasado el alcalde, Francisco de la Torre, y el obispo, Jesús Catalá, impulsado por la anterior junta de gobierno de Viñeros.
A falta del pulido y abrillantado del suelo, y de la limpieza de los retablos, el templo presenta un luminoso aspecto que resalta la belleza de sus valores artísticos, encuadrados en el barroco tardío, ya que sus obras finalizaron en 1787. «La obra nos ha permitido descubrir cosas que refuerzan su atribución al arquitecto José Martín de Aldehuela, podría decirse que es una iglesia suya desde los cimientos«, apunta Pablo Pastor, quien destaca la recuperación de la decoración de los techos, formada por tallas de madera dorada que conservaban el oro original. »Lo único que hemos hecho es consolidarlas y limpiar ese oro para que vuelva a brillar«, explica.
En el altar mayor, se han eliminado los zócalos de mármol que fueron colocados a mediados del pasado siglo, y se han sustituido por un rodapié de piedra caliza similar al existente en el resto de la iglesia pero realizado de forma que facilita la ventilación de los muros. El equipo de la restauradora Gloria Pérez ha eliminado los repintes del camarín en el que se ubica la imagen del Nazareno de Viñeros, y los de los grandes medallones de los laterales con las escenas de la Virgen entregando el rosario a Santo Domingo, y Santo Domingo con el beato Fray Alano de la Rupe. Asimismo, se han retirado todas las capas de pintura del cancel de madera de la entrada, lo que permite admirar las piezas de pino y roble con las que está realizado.
«La iglesia ha ganado mucho en luminosidad, estamos muy contentos con el resultado», afirma José Manuel Díaz, hermano mayor de Viñeros, quien confía en que las imágenes titulares puedan regresar a su sede para después de la próxima Semana Santa. Las obras, que también han incluido la renovación de toda la instalación eléctrica, podrían quedar finalizadas el mes que viene, pero quedarán los trabajos de acondicionamiento del edificio para que vuelva a tener uso. Aún se está a la espera de que Emasa resuelva un trámite para el saneamiento.
Viñeros trasladará mañana jueves a sus titulares desde la parroquia de los Santos Mártires, que también cierra por obras de rehabilitación, al oratorio de la Hermandad de las Penas, a las 20.30 horas. Allí permanecerán hasta que vuelva a abrir sus puertas la iglesia de la Aurora y Divina Providencia, que albergará igualmente las imágenes de la Archicofradía del Huerto mientras duren los trabajos en los Mártires, siguiente capítulo en la reciente historia de intervenciones para pulir joyas del barroco malagueño como este recoleto templo de pasado dominico que vuelve a la luz.
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