Málaga se convierte en un referente del control de las colonias de gatos callejeros

Con un presupuesto de 40.000 euros, que son los previstos en las cuentas de este ejercicio (poco más de 150.000 euros acumulados desde 2017) a cargo del Ayuntamiento de Málaga, los voluntarios de la Asociación Amigo Animal (Aman) están gestionando 126 colonias estables repartidas por la ciudad, a cargo de 166 cuidadores y que suman un total de 2.707 ejemplares. De estos, el 60% ya están esterilizados, según los datos aportados por el Área de Sostenibilidad Medioambiental, si bien en 39 grupos todos sus miembros están ya castrados, y en 29 superan el 80%. El alcalde, Francisco de la Torre, inauguró la cita y destacó que estas medidas están logrando que mejore la convivencia con los vecinos que viven cerca de estos asentamientos felinos, con un control de su población y en buenas condiciones de salubridad pública.

La ponencia inaugural de las jornadas estuvo a cargo de Agnès Dufau, consultora internacional de bienestar animal, profesora universitaria y una referencia en la defensa de los felinos. «En Málaga hay voluntad política de hacer las cosas lo mejor posible dentro del marco normativo y legal: cuando se quiere se puede», aseguró frente a un salón abarrotado. A su juicio, la convivencia entre humanos y gatos es el objetivo último, «de lo contrario habrá maltrato y problemas». Por ello, hizo una defensa de los programas participativos basados en el principio CER (captura, esterilización y retorno) para la gestión de las colonias.

«Sacrificar gatos es caro, requiere recursos humanos, logística, un mantenimiento temporal y el coste del sacrificio y la incineración. Queremos que el dinero público se use de la forma mas eficiente, pero hay quien no quiere que se acabe nunca el problema para mantener siempre el negocio», criticó Dufau, y recalcó que una buena gestión de las colonias forma parte de la protección animal y es la única vía para lograr el sacrificio cero. Al respecto, puso el ejemplo de Cataluña, donde todos los felinos tienen la condición de animales de compañía, vivan donde vivan, y la muerte no se puede emplear como método de control de la población.

La experta apuntó a otras malas prácticas, como la de sacar a algunos gatos de su entorno, porque provoca una repoblación de las primeras, además de que los ejemplares desplazados intentan buscar a sus familias. En cuanto a la esterilización, se considera óptima cuando el 70% de cada colonia lo está, y comentó que la forma correcta es avanzar colonia por colonia, nunca castrar solo a unos cuantos de cada una, y de esta forma los vecinos y los gestores municipales verán los resultados. Por último, se felicitó porque la Junta de Andalucía está avanzando en las leyes de protección felina.