El contenedor marrón para basura orgánica está muy verde en Málaga
A la escasa implantación de este quinto recipiente para basura orgánica se une que en los barrios donde está colocado los ciudadanos los usan para tirar todo tipo de residuos
Los malagueños están muy verdes en el uso del contenedor marrón, que está destinado exclusivamente a basura orgánica y cuya implantación en la capital tampoco ... está siendo precisamente rápida. De momento, la experiencia piloto puesta en marcha el pasado mes de junio no puede ser más desalentadora. Pese a que se apostó por comenzar en dos de los barrios de Málaga con mejores resultados en materia de reciclaje y con mayor población joven que a priori estaría más concienciada (Parque Litoral y Teatinos), los resultados evidencian que los ciudadanos aún no le han cogido el punto a este quinto recipiente.
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La realidad cinco meses después es que en su interior se recoge prácticamente de todo y, aunque su tapa sea marrón, a ojos de los ciudadanos se utiliza prácticamente como si fuera el gris (fracción resto, donde se deposita todo lo demás que no se recicla). En la empresa municipal Limpieza de Málaga (Limasam) se va a esperar a que pasen seis meses para hacer una caracterización pormenorizada de todos los residuos que acaban en el marrón, pero la estimación que manejan en función de lo que ven es que actualmente el 40% de la basura es impropia, es decir, que debería ir a otro tipo de contenedor. Para hacerse una idea, el objetivo marcado por ley es que no se supere el 20%. Ante esta situación, en el Ayuntamiento tienen intención de aumentar las campañas de información y concienciación a medida que se avanza en su expansión.
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¿Qué debe ir al contenedor marrón? Los restos biodegradables y los desechos orgánicos. Los primeros son básicamente los restos de comida, tales como carnes, pescados, verduras, frutas o los posos del café. Los orgánicos, por su parte, son servilletas o papeles de cocina usados y manchados de grasa o aceite (si están limpios van al azul). Igualmente, también van el corcho o los pequeños restos de jardinería. Lo que no debe tirarse a este contenedor, y por tanto deben seguir yendo al gris, son el textil sanitario (compresas, tampones, bastoncillos, toallitas higiénicas o pañales), las colillas, el polvo que se genera al barrer o los excrementos de las mascotas.
Málaga comenzó a instalar el contenedor marrón prácticamente sobre la bocina, ya que la Ley de Residuos obliga a los municipios de más de 5.000 habitantes a establecer la recogida separada de los biorresiduos ante del pasado 1 de julio. El Ayuntamiento lo hizo un par de semanas antes, aunque de forma testimonial con una treintena de recipientes en Parque Litoral y otro medio centenar en Teatinos.
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Desde entonces, nada más, a pesar de que se anunció que los siguientes destinos serían las barriadas de Santa Paula, Parque Mediterráneo y Pirámides (Carretera de Cádiz), Colonia Santa Inés (Teatinos), Malagueta (Centro), Echeverría del Palo, Juan Sebastián Elcano y Salvador Allende (zona Este), Armengual de la Mota y entorno de la avenida de Andalucía (Bailén-Miraflores) y Puerto de la Torre. ¿Por qué estas zonas? Porque según los datos de recogida que registra Limasam es donde más se recicla en Málaga, hasta un 5% más que la media de la ciudad.
En cualquier caso, no será hasta la primera semana de mayo de 2023 cuando se complete la implantación de la tapa marrón en toda la ciudad, según el calendario fijado en el plan municipal de sustitución de todos los contenedores de la capital tras la compra de 12.669 recipientes, de los que un tercio se destinarán a extender el reservado para residuos orgánicos.
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¿QUÉ VA A CADA CONTENEDOR?
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Amarillo. Envases metálicos (latas de conservas, bandejas de aluminio, aerosoles), briks y envases de plástico (botellas de agua o de productos de limpieza, geles de baño, bolsas de congelados, tarrinas de mantequilla y yogures, bandejas de corcho blanco, envoltorios de plástico y bolsas).
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Azul. Todos los envases de cartón como cajas de galletas, cereales, zapatos o de productos congelados, así como las bandejas de cartón de huevos y todo tipo de papel (periódicos, libros, revistas y bolsas de papel). Las servilletas o papeles de cocina manchados de grasos o aceites irán al marrón.
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Verde. Cualquier botella de vidrio, frascos de cosmética y de colonia, tarros de mermelada y conservas deben ir al contenedor verde. Los tapones deben ir al amarillo si son de plástico o al marrón si son de corcho. En cuanto a las bombillas, vajillas, espejos o frascos de cerámica, van al punto limpio.
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Marrón. Restos de fruta y verdura, de carne y pescado, cáscaras de huevo, de marisco y de frutos secos, otros restos de comida, posos de café e infusiones, tapones de corcho (sin añadidos de plástico u otros materiales), cerillas y serrín, papel de cocina y servilletas sucias, y pequeños restos de jardinería.
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Gris. Todos aquellos que no sean envases o que no tengan un sistema específico de recogida deben ir al contenedor de la fracción resto, como pueden ser textiles sanitarios (compresas, bastoncillos o toallitas), utensilios de cocina, juguetes, cristales u objetos de plástico o metal que no sean envases.
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