Hosteleros piden al Gobierno que aclare si los empresarios que deciden no abrir tienen que empezar a pagar cotizaciones sociales
Expertos laborales recomiendan levantar la persiana para evitar posibles sanciones por parte de la Inspección de Trabajo
La fórmula de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por fuerza mayor parcial incluida en el Real Decreto-ley 18/2020 de 12 ... de mayo de medidas sociales en defensa del empleo, que entró en vigor el 13 de mayo, trae de cabeza a los hosteleros. Según recoge el Boletín Oficial del Estado (BOE), con esta nueva figura los establecimientos que decidan abrir durante la desescalada y sacar a algunos trabajadores del ERTE van a tener que pagar mayores cuotas a la Seguridad Social por los empleados que se han quedado en el ERTE que por aquellos que se han reincorporado a la actividad. Y a algunos empresarios no les salen las cuentas, porque abrir parcialmente (si están en una fase 1) con solo parte de la plantilla y tener que pagar más por los que deja en casa no les resulta rentable. Y no solo eso, los hosteleros están «indignados» porque, según denuncian, ese real decreto no deja claro cómo las empresas pueden dejar el ERTE de fuerza mayor total y pasar a uno de fuerza mayor parcial.
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Con el estado de alarma toda la hostelería pasó a un ERTE de fuerza mayor total con el 100% de exoneración de cotizaciones sociales porque estaba prohibido abrir. Según el BOE, este tipo de ERTE se prorrogarán hasta el 30 de junio. Pero con la desescalada y la posibilidad de abrir surge la gran duda: Si el empresario que pudiendo abrir su negocio, decide no hacerlo porque no ve la rentabilidad, ¿pasa automáticamente de un ERTE de fuerza mayor total a uno de fuerza mayor parcial y empieza a pagar cotizaciones sociales aunque esté cerrado? Los hosteleros han pedido al Gobierno, a través de la Dirección General de Trabajo, una aclaración al respecto dada la enorme incertidumbre que hay. «La patronal de la hostelería defiende que mientras no se desafecte a ningún trabajador del ERTE, éste siga siendo de fuerza mayor total, al menos, hasta el 30 de junio», declara Joaquín Marín, gerente de la Asociación de Hosteleros de Málaga (MAHOS). «A principio de junio, los empresarios tienen que hacer una declaración responsable explicando a la administración en qué situación están y por qué. Por eso, queremos una aclaración ya y que las empresas sepan a qué atenerse», precisa. Desde esta asociación reclaman que las reglas de juego estén claras y que disipen todas las dudas sobre el procedimiento que hay que llevar a cabo en la reanudación de la actividad.
Marín asegura que el empresario no mantiene el negocio cerrado porque no quiera trabajar, sino porque teme que si abre se arriesgue a asumir unas consecuencias que luego no tengan solución. «En una fase 1, con medidas tan restrictivas, puede ser la muerte de la empresa para algunos negocios. Algunos barajan la posibilidad de esperar 15 o 20 días más y abrir en una siguiente fase con garantías suficientes para que el negocio esté vivo para cuando esto remonte. Por eso, defendemos que si el empresario no ha abierto y tiene a todos sus trabajadores en ERTE de fuerza mayor total, pueda mantenerlo, al menos hasta el 30 de junio», precisa Marín.
No lo ven así los despachos de graduados sociales, que recomiendan aplicar el sentido común. Desde esta institución, desbordados por el centenar de consultas diarias sobre ERTE, aconsejan a los empresarios que si están en fase 1 y la actividad pueden ir recuperándola, no se queden con la persiana echada. «Sobre todo por un detalle: ¿qué interpretará mañana la Inspección de Trabajo? Ya no es una cuestión de bonificaciones», advierte Juan Fernández, presidente del Colegio Oficial de Graduados Sociales de Málaga. Asegura que entre todos los profesionales hay consenso en que el empresario es el que tiene que valorar si le interesa incorporar a uno, dos o tres trabajadores en función de su negocio, «pero mantener la persiana echada cuando pueden abrir, se arriesgan a una posible sanción. Los trabajadores están cobrando unas prestaciones por desempleo y el empresario está teniendo exoneraciones de cuotas a la Seguridad Social, que son muy diferentes en un ERTE de fuerza mayor total de uno parcial», explica.
«Salvo que el empresario tenga muy claro que puede defender el ERTE de fuerza mayor total, como, por ejemplo, un bar que no tiene terraza o que nunca ha tenido comida para llevar ni servicio a domicilio, es preferible abrir. Pero si es un bar con terraza, aunque sea muy pequeña y dude de su rentabilidad, entonces le advertimos que es mejor abrir porque el real decreto habla de ir recuperando la actividad una vez superadas las causas de fuerza mayor que llevaron al cierre», aclara Juan Fernández.
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En esta misma línea se muestra Francisco Vila, catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. En su opinión, si un empresario no quiere abrir que no abra, pero tendrá que justificar por qué sus trabajadores siguen beneficiándose de una prestación por desempleo. «Si dilata la apertura del centro de trabajo pudiendo abrir, cuando la fuerza mayor ya ha desaparecido, y mantiene a los trabajadores cobrando ese subsidio podría ser sancionado por fraude. Las multas podrían suponer tener que compensar todas las prestaciones que han recibido los trabajadores durante estos dos últimos meses».
Para este abogado, el tema es aún más grave si se compara con otras provincias que ya han avanzado de fase. «El Real Decreto-ley 18/2020 establece los mismos criterios en todo el territorio nacional con independencia de la fase en que se encuentre el negocio y eso repercute negativamente en la economía de nuestra ciudad. A un empresario de Málaga, que está en fase 1, le va a costar más trabajo abrir que a otro que ya está en la fase 2, ya que éste puede explotar la totalidad del establecimiento (terraza e interior), puede incorporar a toda su plantilla y beneficiarse de mayores exoneraciones en las cuotas a la Seguridad Social según establece aquella norma. Mientras tanto, en Málaga, el empresario solo puede trabajar con la mitad de su terraza, lo que en teoría se traduce en menos ingresos, y a la vez lo penaliza porque tiene pagar más seguros sociales por los trabajadores que mantiene en casa (innecesarios por el momento porque el negocio funciona a medio gas)», advierte Vila.
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Costes de la Seguridad Social según el ERTE de fuerza mayor total o parcial
La nómina de mayo tendrá las siguientes bonificaciones:
-Empresas que continúan en ERTE de fuerza mayor total (imposibilidad de continuar la actividad):
Siguen con la exoneración del 100% de las cuotas en tanto dure dicha situación y como máximo hasta el 30 de junio. Si la empresa es de más de 50 trabajadores la exoneración será del 75%.
-Empresas que puedan reiniciar la actividad:
1. De los trabajadores que reincorpore y pasen a prestar servicios, aunque sea a menos jornada, tendrán una exoneración del 85% en mayo y del 70% en junio de la nómina que le pague la empresa. Si la empresa es de 50 o más trabajadores los porcentajes serán de 60 y 45%.
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2. De los trabajadores que no pueda reincorporar, porque aún no hay actividad suficiente, o de la parte de jornada que sigue en ERTE, la exoneración se limitará al 60% en mayo y al 45% en junio, por lo que si hasta ahora no se pagaba cuota por los trabajadores en ERTE a partir de mayo sí tendrá coste de seguridad social por aquellos trabajadores por la parte de jornada o suspensión total del contrato que sigue en ERTE. En empresas de 50 o más empleados la exoneración de esas jornadas en ERTE será del 45 y 30%, en mayo y junio respectivamente.
Así pues, el coste de seguridad social es mucho menor en los trabajadores reincorporados respecto a aquellos que siguen en ERTE.
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